Ciberacoso
Se han registrado hasta 220 tipos de fraude y malas prácticas en el ciberespacio
El último Informe La Razón, publicado ayer, presenta una investigación sobre el ciberacoso y diferentes modalidades de fraude en internet. Se trata de dos problemas, el acoso y la delincuencia, que si bien siempre han estado presentes en la historia de la humanidad, están ahora cobrando fuerza y adquiriendo nuevos matices en el país y el mundo, gracias a la tecnología.
En efecto, si bien aún no existen estadísticas al respecto, es de conocimiento público que las estafas por internet están a la orden del día y en permanente crecimiento; pero también que los acosadores y el crimen organizado emplean cada vez más esta herramienta para expandir sus prácticas y negocios. Una encuesta elaborada en 2011 por la Universidad Walden (California) revela que tan sólo en EEUU existen aproximadamente 200 mil acosadores, que se valen de los correos electrónicos, redes sociales, blogs, mensajes de texto o páginas web para hostigar a las personas.
Si bien en el país no son muchos los que navegan en internet (aproximadamente el 15% de la población), el número de acosadores y de víctimas también va en aumento, con un promedio de ocho acosos al año; siendo muchos más los que no son denunciados. Por lo general, se trata de hombres con trastornos psicológicos (una persona frustrada, cargada de envidia, celos o resentimientos) que aprovecha el anonimato y el alcance de la red para conseguir el favor o el sometimiento de sus víctimas, que suelen ser mujeres o menores.
En cuanto al otro punto mencionado, los especialistas han llegado a registrar hasta 220 tipos de fraude y malas prácticas en el ciberespacio. Es una nueva forma de delinquir que está resultando bastante efectiva por la amplia gama de estrategias que se pueden utilizar, así como la gran cantidad de ingenuos prestos a morder el anzuelo. Por lo general, se trata de mensajes o páginas web orientadas a conseguir datos personales para acceder a cuentas bancarias.
Por otro lado, los delincuentes emplean la internet para entretejer cadenas criminales de todo tipo; desde el tráfico de drogas y animales, pasando por el robo y la comercialización de repuestos, hasta la organización de redes de prostitución. Por ejemplo, semanas atrás, la Policía descubrió en Cochabamba una organización dedicada a la prostitución de muchachas menores de edad, a quienes contactaban y engañaban a través de Facebook.
Todos estos riesgos han llevado a las grandes compañías de internet a unirse para combatir los correos electrónicos indeseables y las estafas virtuales. No obstante, las medidas de seguridad de nada servirán a menos que la población sea correctamente informada, para que no se deje engañar por los castillos de arena que circulan en el ciberespacio. Además, son los usuarios quienes deben aplicar los controles de autentificación, a fin de evitar la usurpación de datos confidenciales.