Bendito zinc
Entre otras funciones, el zinc fortalece las defensas y ayuda a la formación de tejidos blandos y óseos
El zinc pasó de ser un gran desconocido a tener un lugar preponderante para el beneficio de la salud. De un tiempo a esta parte, las investigaciones se han centrado en descubrir los beneficios del consumo diario de dosis adecuadas de ese mineral, para el mejor desarrollo neurológico no sólo de los bebés en el periodo fetal, sino también de los niños con malnutrición.
En 1963, un estudio elaborado para evaluar la anemia entre adolescentes y jóvenes que manifestaban retraso en el crecimiento y en la maduración sexual descubrió la importancia del zinc, al observar que los pacientes respondían favorablemente ante la ingesta de suplementos de ese mineral.
La mayor parte del zinc se absorbe en el intestino delgado. El zinc forma parte de 100 enzimas que, ligadas al retinol —vitamina (A) que ayuda a la formación y mantenimiento de dientes y tejidos blandos y óseos— y al metabolismo de proteínas y glucosa, cumplen un papel fundamental en el sistema defensivo (inmunológico) del cuerpo, mejorando la respuesta natural en todas las células del cuerpo humano.
La piel retiene el 20% de zinc de todo el organismo, y a él se debe su elasticidad. Más del 85% del total de los cabellos, uñas, músculos, testículos y tejidos del ojo dependen de ese mineral. Sus funciones son varias; entre ellas, modular la acción de la insulina. Es esencial para la correcta contractibilidad muscular, sistema de proteínas, metabolismo del fósforo, desarrollo del sistema nervioso central, desarrollo del esqueleto, así como para la cicatrización de las heridas.
Además, está relacionado de manera directa con las funciones sexuales y reproductivas del varón.
Las fuentes de zinc naturales son dos: vegetales y animales. En el primer caso provienen principalmente de la soya, granola, levadura de cerveza y algunas algas. En el segundo, de carnes rojas, pescados, yema de huevo, aves y sardinas. Existen grupos que se benefician de manera extraordinaria con el aporte exógeno de zinc. Entre éstos están las gestantes, los lactantes, infantes, niños, ancianos y personas con trastornos de la alimentación, el caso por ejemplo de personas con anorexia y/o desnutridas, las personas con enfermedad celiaca, Chron, alcohólicos y los que son vegetarianos.
En nuestro país se producen la mayoría de los alimentos mencionados anteriormente. Desaprovechar los beneficios de los elementos orgánicos es inconcebible, cuando cada día se tiene mejores conocimientos de sus beneficios.