Prohibido parquear
Hay un problema de actitud en cada una de las contravenciones a la norma de tránsito
Entre los más notables aspectos de la vida urbana en La Paz, igual que en el resto de las ciudades capitales del país, aunque con sus respectivas características, está el sistemático desconocimiento de las normas de tránsito, así como de la autoridad responsable de hacerlas cumplir. En esta actitud caen desde las autoridades hasta el último de los conductores.
Como sucede en todas las ciudades del mundo, la norma de tránsito no sólo está escrita en la respectiva ley o código, sino que se hace explícita en la señalización vertical y horizontal, cuya instalación es, en el caso de la sede de gobierno, responsabilidad municipal, aunque su acatamiento dependa del Organismo Operativo de Tránsito, cuyos efectivos rara vez reciben el respeto que merecen de las y los conductores.
Al respecto, el artículo 127 del Reglamento y Código de Tránsito prohíbe estacionar en lugares vedados, en paradas del transporte público o delante de talleres mecánicos. Por otra parte, el artículo 77 de la Ley Municipal de Transporte y Tránsito Urbano indica que está prohibido estacionar sobre las aceras y donde la señalización lo indique, además de carriles destinados al transporte masivo, entradas de garaje y en curvas, y estacionar en doble fila.
Hay, pues, un problema de actitud en cada una de las contravenciones a la norma, como por ejemplo estacionar en lugares prohibidos, pues da la impresión que hay algo más que la sola necesidad de tener un lugar donde estacionar el coche cuando se lo hace exactamente debajo del letrero donde con palabras e imagen se prohíbe hacerlo. Un reportaje de La Razón publicado el domingo muestra que no hay lugar en la ciudad donde esto no suceda, incluyendo la plaza Murillo, y los coches pertenecen por igual al transporte público que a privados o instituciones públicas y representaciones diplomáticas e, incluso, la propia Policía.
En el Gobierno Municipal de La Paz se anuncia que tras la aprobación de los reglamentos que darán vigencia a la citada Ley Municipal para el transporte, se normará el uso de parqueos y se habilitará nuevos estacionamientos en las calles donde exista más demanda. Una vez que se ejecute el plan y se habiliten los parqueos, el Municipio cobrará un monto a aquellos que deseen hacer uso de ellos. Ciertamente, es una solución razonable desde el punto de vista del gestor del espacio público, pero el problema persistirá en la medida que no afecta a los hábitos de las personas.
Hay, pues, un severo problema que no puede ser resuelto desde la normativa, y tiene que ver con la falta de cultura ciudadana. Lo peor de todo es que esta actitud tiene su equivalente en casi todos los ámbitos de la vida en común. Mientras las personas no comprendan que al respetar el bien común se hacen un favor a sí mismas, todo esfuerzo parecerá vano.