América Latina vuelve a París
Francois Miterrand al conquistar la presidencia, fue motejado como el Allende francés
El 13 de diciembre, los Campos Elíseos, amanecieron adornados de la tricolor republicana, junto a la verde bandera brasileña, honrando la visita de Estado, que realizó la presidenta Dilma Rouseff, rompiendo así, largos años de silenciosa indiferencia al subcontinente latinoamericano. El posicionamiento de Brasil como quinta potencia económica mundial, su peso demográfico y la solidez institucional de su democracia, imponían ese nivel de reconocimiento, muy diferente al brindado a otros mandatarios recibidos en las trastiendas de la ciudad luz.
Esa circunstancia mueve a repasar las relaciones de Francia con la región. Lejos están las tradicionales vinculaciones que llevaron a franceses a tierras sudamericanas como al antropólogo Claude Levi-Strauss, a Paul Rivet o Jacques Soustelle y por otra parte atrajeron al hexágono sea por curiosidad intelectual o como asilados políticos a Porfirio Diaz, Victoria Ocampo, Jorge Amado, Pablo Neruda, César Vallejo, Julio Cortázar, Fernando Henrique Cardoso o Celso Furtado. Para no mencionar la influencia francesa en los siglos XIX y XX, erosionada por la gran guerra que catapultó a Estados Unidos como superpotencia cumplidora de su “destino manifiesto” en las Américas y en el resto del planeta, en tanto que el desmembramiento del imperio galo, producto del imparable proceso de descolonización, reducía su supremacía y confinaba las ambiciones francesas a sus límites geográficos naturales.
Exposiciones como la que hoy se consagra, en París, a Francisco de Miranda, el precursor de las independencias hispanoamericanas, recuerdan que ese singular caballero andante vivió siete años en Francia, dos de los cuales en la cárcel, enjaulado por el terror, en represalia por sus amistades girondinas. Sin embargo, es el único criollo cuyo nombre figura en el Arco del Triunfo, por su coraje desplegado en la batalla de Valmy (1792). También podríamos rememorar que Bolívar vivió un buen tiempo en París, al igual que muchos personajes latinoamericanos posteriores, que incluyen a los expresidentes bolivianos Belzu, Daza, Frías, Arce y otros.
La irradiación de las ideas francesas de libertad, igualdad y fraternidad, continuaron con fuerte impacto en la arquitectura ideológica, tanto de colectividades de izquierda como de la derecha conservadora. Fue el pensamiento exaltado de Charles Maurras que influyó en el ideario de las falanges bolivianas y chilenas, vía la española. Tampoco le es ajeno el concepto de “Revolución Nacional” usado por el régimen de Vichy y adaptado luego por el Movimiento Nacionalista Revolucionario. El aprecio maurraciano por el autoritarismo, deglutido por el argentino Leopoldo Lugones, reverberó hasta Borges, quien escribía “ la democracia es la estadística abusiva y nada más. Nadie piensa que la mayoría pueda tener opiniones valiosas en literatura o matemáticas, pero se supone que todos pueden opinar de una manera decisiva sobre la política…”.
La prédica de otro francés, Jacques Maritain, dio nacimiento a los partidos democratacristianos y, en menor nivel, es conocida la interpretación doctrinaria de la guerrilla castrista recogida de la pluma de Regis Debray (Revolución en la Revolución) pues, desde entonces, la influencia política se invierte, porque la muerte heroica del Che Guevara es ícono y ejemplo universal para las nuevas generaciones.
Evidentemente, si en 1971 el chileno Salvador Allende demostró que el socialismo podía llegar al poder por las urnas, años más tarde Francois Miterrand al conquistar la presidencia, fue motejado como el Allende francés. Ahora, en la campaña electoral de 2012, el candidato del socialismo extremo Jean Luis Melanchón, se alegraba que lo llamaran el Chávez de Europa, etiqueta que gusta exhibir y que lo llevó ya dos veces a Caracas, donde acopió recetas para aplicarlas en Francia.
Finalmente, una reflexión parece pertinente, si el crecimiento brasileño es admirado en París y a su Presidenta se le escucha con atención sus logros, en tiempos de globalización, ¿tiene algo que ver la orden de compra de 34 aviones de guerra franceses aparentemente solicitada por Brasilia?