Telefónicas
Tanto empresas como la autoridad de fiscalización tienen mucho qué hacer
Desde hace mucho tiempo que se sabe que el servicio de telefonía móvil ha superado en cantidad de líneas activas al tradicional a través de redes de cable, lo cual, además de ser una poderosa señal del imparable avance de la tecnología, debe ser interpretado como un constante reto para las empresas proveedoras del servicio en términos de calidad en la comunicación.
En efecto, días atrás, la Autoridad de Regulación y Fiscalización de las Telecomunicaciones y Transportes (ATT) presentó un informe titulado «14 años de telecomunicaciones en Bolivia» en el que se revela que desde 1999 hasta ahora los ingresos de las tres empresas operadoras crecieron en 1.186%, es decir, se multiplicaron por casi 13 veces.
Expresado en cantidad de dinero, el dato muestra que si en 1999, cuando se introdujo en el país el servicio de telefonía celular, el ingreso era de Bs 388 millones, en 2012 llegará a Bs 4.991 millones. Por el otro lado, los ingresos de las cooperativas de teléfonos, proveedoras del servicio tradicional, se redujeron, en el mismo periodo, de Bs 490 millones en 1999 a Bs 391 millones este año.
Según el Director Ejecutivo de la ATT, el incremento de los ingresos de Entel, Tigo y Nuevatel, las tres empresas que prestan el servicio, se debe a las inversiones realizadas en la instalación de radiobases en todo el territorio nacional, así como en la introducción de nuevas tecnologías que permitieron pasar de la telefonía analógica a la digital, que integra además señal de internet y otros servicios de valor agregado, que sólo en 2012 les han reportado un ingreso de Bs 1.040 millones.
Este espectacular incremento en los ingresos de las telefónicas también puede ser evidenciado al observarse el número de líneas activas, que pasaron de 2,4 millones en 2005 a más de nueve millones, actualmente. El factor decisivo en la transición de un modo de telefonía al otro, ya se sabe, es el costo de acceso, pues si antes era necesaria una inversión cercana a los $us 1.000 para tener línea telefónica en casa, hoy con poco más de Bs 200 es posible adquirir un teléfono móvil que permite la telecomunicación allí donde haya señal.
Este cambio implica, para las cooperativas, el reto de hacer una reingeniería de los servicios que ofertan, hoy probablemente concentrados en la provisión de televisión por cable e internet, aprovechando sus redes de cables ya existentes, pues es evidente que la telefonía tradicional sólo puede desaparecer en el tiempo.
Pero, sobre todo, el reto de las empresas que hoy tienen ingresos extraordinarios está en ser capaces de acompañar el crecimiento de sus redes de usuarios con calidad en el servicio, pues quienquiera que haya usado un teléfono móvil en el país sabe que la comunicación es, por decir lo menos, deficiente. Así, tanto las empresas como la autoridad de fiscalización tienen mucho qué hacer por las y los usuarios.