El agente en La Haya
Se están dando pasos importantes en pro del derecho a un acceso soberano al mar
La designación del expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé como Embajador Extraordinario con representación plenipotenciaria para actuar como agente en representación de Bolivia en la demanda que se presentará contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya ha sido sin duda la noticia más importante de la semana por su enorme significación.
En efecto, con el nombramiento del también expresidente de la Corte Suprema de Justicia, el Gobierno demuestra, por una parte, que el proceso está en marcha, y que, como pocas veces en la historia de la más que centenaria demanda, se están dando los pasos más apropiados para buscar la satisfacción del derecho al acceso soberano al mar en el marco de la solución pacífica del conflictos. Por otra, se hace evidente que se trata de una verdadera política de Estado, en la que los posicionamientos ideológicos ya no cuentan, sino únicamente el objetivo final.
En el acto de posesión, Rodríguez reconoció que la responsabilidad que asume es compleja “y probablemente tomará mucho tiempo”, aunque aseveró que tiene confianza en que concluirá con un acto de justicia. A su vez, el Presidente del Estado, además de reconocer su respeto y admiración por el jurista, comprometió el apoyo del Gobierno y “del pueblo boliviano” en el trabajo que se desarrollará en la Corte Internacional.
Al día siguiente de su posesión, el agente boliviano hizo su primera declaración oficial, señalando que hoy ya no existe “la idea de que la victoria da derechos”, y pidió a los países de la región apoyar la solución pacífica por la que Bolivia optó para volver al mar con soberanía.
Hasta donde se sabe, la demanda boliviana será llevada a la Corte en pocos días más, y aunque no se conoce el contenido de la misma, sí se anunció que acompañará al embajador Rodríguez Veltzé el equipo jurídico de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima (Diremar).
Como agente de Bolivia en el juicio contra Chile, Rodríguez básicamente cumplirá el papel de un abogado en un tribunal, ya que representará al Estado en la fase escrita y oral del proceso internacional, que se desarrolla sólo en inglés o francés, según dispone la Corte Internacional de Justicia (CIJ). “En general, el agente se encarga de todos los actos formales que tiene que realizar el Gobierno al que representa”, se explica en los documentos que se refieren a los procesos que se siguen en la CIJ.
Lo ha advertido el propio embajador Rodríguez: los mecanismos y plazos procesales son complejos y largos, lo que debe ser asumido como una advertencia de que el final del camino todavía está lejos. Sin embargo, el haber dado los primeros pasos en esa dirección debe motivar la esperanza de que es posible cambiar la actual situación de enclaustramiento. Las futuras generaciones lo agradecerán.