En torno al Movimiento Al Socialismo
Los estudiosos definen el origen del MAS en torno a un halo de ‘misticismo ideológico’
La historia de los partidos en Bolivia está determinada por el caudillismo, el faccionalismo, la oligarquización y el divisionismo políticos. Esta última condición ha permitido incluso el surgimiento de partidos efímeros y de organizaciones formadas como “partidos taxi”, según una ilustrativa clasificación de estudiosos bolivianos residentes en EEUU. Con base en esas condiciones, estos investigadores identifican además al sistema de partidos bolivianos como carente de institucionalización, apoyando un viejo estudio de Scott Mainwaring y Timothy Scully. Pero aunque todos los partidos en el país fueron determinados por las condiciones mencionadas, varios analistas que han convertido al Movimiento Al Socialismo (MAS) en su objeto de estudio han lanzado hipótesis que hacen suponer a ésta como una forma partidaria de nuevo cuño y una organización de características sui géneris.
En primer lugar, Jorge Komadina, Herve do Alto y Pablo Stefanoni, investigadores que adquirieron autoridad en el tema, argumentan que fue en el seno de los congresos campesinos que tomó fuerza la tesis de la constitución de un instrumento político, por lo que el carácter organizativo de éste necesariamente debía estar en relación con la forma organizativa del movimiento campesino y los sindicatos, particularmente los cocaleros, el sector más insistente en la constitución de ese instrumento, con Evo Morales a la cabeza. Sin embargo, el Primer Congreso Extraordinario de 1995, que reunió a las organizaciones laborales, campesinas e indígenas, dio lugar a la constitución de la Asamblea por la Soberanía de los Pueblos, que entró con serias limitaciones a la arena institucional por carecer de registro. Esto impulsó a la Asamblea a aliarse con la Izquierda Unida y a sus representantes a ocupar una posición subordinada respecto de los izquierdistas. La tesis se había desviado así de los intereses cocaleros, por lo que éstos buscaron por sí solos la constitución del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (IPSP) y a adquirir la sigla MAS, de origen falangista, asumiendo una forma de organización partidista. Esto debido a las propias exigencias de la democracia representativa y la necesidad de proyección de un liderazgo adecuado al institucionalismo presidencial. Por ello, si bien la constitución del MAS-IPSP fue distinta a la de otras organizaciones partidistas, en las condiciones de la democracia representativa tuvo que asumir una forma organizativa fundada en el caudillismo y la oligarquización del poder, fenómenos históricamente inevitables en el mundo.
En segundo lugar, los estudiosos definen el origen del MAS en torno a un halo de “misticismo ideológico”, a partir de la lucha de los cocaleros contra los gobiernos neoliberales y la adopción de una simbología indígena. Sin embargo, el MAS-IPSP surgió como una organización sin ideología, pues su fin era práctico: entrar a la arena institucional para defender a los cocaleros de la violencia del Estado y lograr representatividad para reformar a éste. La propia adquisición de la sigla MAS de manos falangistas supuso esa falta de ideología y ese pragmatismo; la ideología sólo llegó cuando la organización tuvo que alimentarse de una intelligentsia que resultó q’ara y clasemediera muy adecuada al juego electoral.
Por ello, a 18 años de la constitución del MAS, es innegable su carácter caudillista, oligárquico y faccionalista. Esto último reflejado en el surgimiento de grupúsculos que abogan por la reconducción del proceso de cambio. Pero la organización ha resistido al divisionismo, quizá por el caudillismo de Morales y la inexistencia de liderazgos alternativos que lo convierten en símbolo unificador y no en la razón de las disidencias.