Los presidenciables
Morales tiene grandes opciones, Del Granado tendrá una buena bancada legislativa

A falta de que el Tribunal Constitucional declare o no la pertinencia constitucional de una eventual repostulación de Evo Morales para 2014, el Movimiento Al Socialismo (MAS), a través del vicepresidente Álvaro García Linera, ya dio por descontada esa candidatura. Si fuera así (se espera un fallo hasta la primera semana de mayo), el Presidente del Estado sería el primero en ingresar a la carrera electoral, a pesar de los cuestionamientos a su repostulación.
Con siete años en el Gobierno, su experiencia en la gestión pública (con sensatez, mejor que sus predecesores) y su vigencia plena son sus principales cartas de presentación. Claro, también tiene defectos, como su permanente alusión al pasado o su recurrente ánimo de confrontación con sus adversarios políticos. Por otra parte, tiene respaldo en todo el país, consiguió un importante caudal en Santa Cruz y acaba de arroparse con el anuncio de un juicio en La Haya contra Chile, asunto que siempre trae réditos.
Una segunda opción es Juan del Granado, del Movimiento Sin Miedo (MSM), que desde que dejó de ser aliado del MAS se ha convertido en otro opositor del Gobierno. Intenta marcar diferencia de Morales al calificarlo de “totalitario” y cabeza de una administración “corrupta” y “carente de gestión”. Su virtud es ser uno de los oponentes más cercanos al proceso actual, aunque carga el estigma de haber sido circunstancialmente parte de la alianza de su otrora partido, el Movimiento Bolivia Libre (MBL), con el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) de tiempos de la capitalización.
Ha sido buen alcalde de La Paz y, como tal, alguna vez Morales quiso clonarlo. Aunque a veces no puede zafarse de su bajo perfil (recorre el país en busca de incidencia), su principal arma contra el Gobierno fue/es el conflicto por el Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS). Así, se entiende que quiere encantar a los indígenas. Asimismo, Del Granado tiene carisma y buen caudal de votantes en la ciudad de La Paz y está consolidando alianzas con organizaciones sociales al estilo del MAS. No se conoce de un vínculo fuerte en Santa Cruz, donde lo tildan como la otra cara del MAS.
Samuel Doria Medina, el líder de Unidad Nacional (UN), es el tercer postulante seguro. Si algo hay que reconocer en él es su perseverancia en la candidatura presidencial (será su cuarta vez) y su permanente respaldo a pequeños productores de manera política y empresarial. Su carisma siempre estuvo en cuestión. Promueve la unidad (de la oposición) al estilo venezolano, y busca una alianza con Rubén Costas y compañía; aunque puede verse obligado a ceder la candidatura debido a sus antecedentes electorales.
Creo que un cuarto candidato será Costas. De manera sintomática, apareció en los medios y está en puertas de fundar su propio partido. Reelecto en el primer cargo departamental de Santa Cruz, su gestión es reconocida en su región y en la llamada “media luna”, pero desconocida en el resto del país. Es un líder muy regional, con poca llegada nacional.
En última línea, podría citar a Adriana Gil, antigua aliada del MAS y de Manfred Reyes Villa. Pienso que, a pesar de su derecho, su opción es nula, como la del mismo otrora líder de Nueva Fuerza Republicana (NFR). Los otros que se anuncian sólo serán parte de la papeleta.
De entre todos, me atrevo a afirmar que Morales tiene grandes opciones de ser reelegido, Del Granado tendrá buena bancada legislativa, Doria Medina no podrá rebasar su techo y Costas hará un ensayo electoral que lo proyectará mínimamente. ¿Y unida la oposición? Sin Del Granado, imposible algo.