Voces

Friday 3 May 2024 | Actualizado a 13:05 PM

De La Haya a Lima

Bolivia debe prepararse para una futura negociación que tarde o temprano se instalará con Chile

/ 3 de mayo de 2013 / 04:01

Interpuesta la demanda de Bolivia pidiendo a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que declare que Chile tiene la obligación de negociar con el fin de llegar a un acuerdo que le otorgue a nuestro país un acceso plenamente soberano al Pacífico, se abre un nuevo escenario en la relación entre ambos países en la que un tercero, la CIJ con sede en La Haya, deberá pronunciarse sobre las peticiones bolivianas.

La arista más sobresaliente de la demanda es la que hace énfasis en el diálogo y la negociación de buena fe, más aún teniendo en cuenta la experiencia de Bolivia de asistir en distintos momentos de la historia (previa y posterior al Tratado de 1904) a escenarios de diálogo que terminaron abruptamente sin una resolución a la causa pendiente de solución: el acceso libre y soberano al mar para nuestro país.

La buena fe constituye uno de los principios fundamentales del Derecho Internacional Público, “preside la creación y la ejecución de obligaciones jurídicas” como lo ha señalado la CIJ en su sentencia de 1969 referida a la Plataforma Continental del Mar del Norte, criterio que ha sido reiterado en la de 1974 referida a los Ensayos Nucleares: “la negociación ha de llevarse de acuerdo con el principio de la buena fe”, ha ratificado la Corte.

En la demanda boliviana se mencionan varios antecedentes que ratifican el criterio en sentido de que Chile se comprometió con Bolivia a ingresar formalmente en negociaciones para satisfacer la necesidad boliviana de obtener un puerto sobre el Pacífico. En la nota suscrita por el canciller chileno Horacio Walker Larraín el 20 de junio de 1950 se afirma la intención del gobierno de Chile de “ingresar formalmente a una negociación directa con el objetivo de encontrar la fórmula que haría posible ceder a Bolivia una propia y soberana salida al océano Pacífico”.

Y en los actos y documentos relativos a las negociaciones emergentes de la Declaración de Charaña (8 de febrero de 1975), en las que partiendo de un reconocimiento expreso de la situación de mediterraneidad que afectaba y aún afecta a Bolivia, el canciller chileno Patricio Carvajal remitió una nota en fecha 19 de diciembre de ese año afirmando que “se consideraría la cesión a Bolivia de una costa marítima soberana, unida al territorio por una faja territorial, igualmente soberana”. En esa misma nota, Chile afirma que “producido el acuerdo final se dejará el testimonio solemne de que la cesión territorial que permite la salida soberana al mar, representa la solución plena y definitiva a la situación de mediterraneidad de Bolivia”. Esta última frase muestra con elocuencia y claridad meridianas el reconocimiento expreso de Chile sobre la cuestión pendiente de derecho internacional que ha devenido en una controversia jurídica entre ambos Estados que ahora se somete a conocimiento de la CIJ.

Los bolivianos creemos firmemente en que la justicia internacional dará la razón a nuestra justa demanda de acceder con soberanía al Pacífico, y por ello Bolivia debe prepararse para una futura negociación que tarde o temprano se instalará con Chile. Pero aún más, Bolivia debe prepararse adecuadamente para incorporar a Perú en esa negociación, ya que en aplicación del Tratado de Lima y el Protocolo Complementario firmado en 1929 “los gobiernos de Chile y del Perú no podrán, sin previo acuerdo entre ellos, ceder a una tercera potencia la totalidad o parte de los territorios que quedan bajo sus respectivas soberanías”.

Asumiendo que La Haya falle a favor de Bolivia, Santiago tendrá que negociar un acceso soberano al Pacífico y nuevamente se pondrá en el tapete la fórmula expresada en Charaña: una franja al norte de Arica colindante con la línea de la Concordia que incluya una costa marítima, territorio que sólo podrá ser cedido a Bolivia con el consentimiento de Lima. Por tanto, el fortalecimiento de nuestra relación con el Perú es impostergable.      

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Bloqueos urbanos

Carlos Villagómez

/ 3 de mayo de 2024 / 07:30

Hace décadas que nuestra pequeña ciudad padece de bloqueitis aguda por marchas y desfiles de todo tipo. Esta enfermedad llegó con la sede de gobierno, y estamos al borde del colapso. Una ciudad de infinitas callejuelas y pocas avenidas puede bloquearse muy fácilmente. Aparte de la razón estructural de esa gimnasia callejera de la política (jodemos por la incapacidad centenaria de no consolidar un Estado pleno), los efectos nocivos a los ciudadanos son alarmantes y debemos conocerlos.

Revise: Las musarañas de Malasia

¿Qué genera la congestión vehicular en el organismo de un chofer de taxi o del usuario que está en posición chullpa en un minibús? Pues, lo siguiente: El tráfico vehicular está estrechamente relacionado con el aumento de las enfermedades respiratorias. La exposición continua a los contaminantes del tráfico, como el dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas finas, puede provocar el desarrollo o empeoramiento de enfermedades como el asma, la bronquitis crónica y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Además, la exposición a largo plazo a estos contaminantes puede aumentar el riesgo de padecer cáncer de pulmón. El dióxido de nitrógeno (NO2) y las partículas finas, por ejemplo, pueden penetrar en el sistema respiratorio y causar enfermedades respiratorias como el asma, la bronquitis crónica y la reducción de la función pulmonar. Además, la exposición a los óxidos de nitrógeno puede contribuir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial y problemas del corazón. Es imperativo acotar: como vivimos en alturas andinas donde escasea el oxigeno, todo lo anterior se potencia al máximo.

Aparte de esa descripción científica de los efectos nocivos a nuestros organismos, tenemos otros en la psiquis: la congestión vehicular es una de las principales causas del  estrés, y contribuye significativamente al trastorno psíquico llamado burn out (estar fundido). Pero, la palabra estrés tampoco parece intimidarnos. Los bloqueos por marchas, desfiles y farándulas no solo afectan el tiempo de viaje, también generan frustración, agresividad, ansiedad y agotamiento mental; efectos tremebundos que nos resbalan porque creemos que somos tan indestructibles como los monolitos.

Pero, lo más triste, es que los bloqueos tienen una secuela: La Paz ha perdido calidad de vida y su futuro es incierto. Las tensiones de la política nacional que se manifiestan perversamente en nuestra pequeña ciudad han calado muy profundo y las heridas no paran de sangrar diariamente.

¿Existen soluciones a corto plazo? Los entusiastas candidatos y candidatas tienen  como respuesta las recetas de siempre. Mis arrugas dicen que no hay soluciones inmediatas.

(*) Carlos Villagómez es arquitecto

Temas Relacionados

Comparte y opina:

De cloacas y lodazales

Sin una información y un periodismo de calidad, no se puede contar con una ciudadanía crítica que participe activamente en política

Verónica Rocha Fuentes

/ 3 de mayo de 2024 / 07:19

Producto de la apertura de una investigación judicial basada en informaciones de medios digitales a Begoña Gómez, esposa del presidente de gobierno de España, Pedro Sánchez, es que éste comunicó la semana pasada que se tomaba unos días para reflexionar en torno a si aún valía la pena continuar a la cabeza del gobierno español cuando los ataques llegan a los seres más queridos; dejando así a la ciudadanía en vilo durante cinco días. El lunes de esta semana inició con el tan esperado anuncio no solo por este país, sino por varios otros del mundo: la noticia fue internacional. En éste, Sánchez señaló que seguiría a la cabeza del gobierno y denunció aquel secreto a voces que padecen las sociedades en los últimos años: la política se ha vuelto un lodazal.

Consulte: Palabras que pesan

Luego del anuncio, varias han sido las reacciones. A Sánchez, que se le conoce por ser un político que sobrevive a varias embestidas políticas, la oposición de derecha le ha criticado por el dejo de victimismo que tuvieron estas acciones y la oposición de izquierda, que no haya anunciado medidas concretas para darle batalla a este escenario político contaminado. Asimismo, desde ambos lados señalan haber sido víctimas anteriormente de estas sucias prácticas que combinan desinformación y juzgados. Esto aunque es claro que, al menos en el caso español, esta época de cloacas y lodazales coincide con la emergencia de portales de desinformación como Ok Diario o partidos políticos de ultraderecha como Vox. 

Lo que ocurrió en España se constituye en uno de los más importantes hitos en comunicación política en habla hispana de los últimos años. Más aún, cuando en el centro del hecho político se encontró, precisamente, un fenómeno atravesado por ella. La pregunta que queda es: ¿cómo se va a gestionar hacia adelante una democracia habitada por una política con las características actuales gracias, en buena parte, a la dinámica comunicacional contemporánea? Como pocas veces se había visto anteriormente, resulta más que determinante para la salud y preservación de la democracia lo que desde la comunicación se proponga.

Que en la actualidad la desinformación vestida de periodismo y la construcción discursiva de posverdad se hayan vuelto moneda corriente en la comunicación, y que el descrédito y el atrincheramiento tribal le hayan ganado terreno al intercambio de argumentos en lo político, están resultando ser un fenómeno político cuya magnitud está modificando radicalmente la percepción de la ciudadanía respecto a la importancia de vivir en democracia. Dando como resultado nuevas generaciones que creen hacer política desde la antipolítica (es decir, rechazándola), oponiéndose —sin matices— a todo aquello que tenga apariencia de institucionalidad y atrincherándose en sus identidades como proyecto de vida y futuro individual. 

La comunicación política para la democracia lo viene advirtiendo desde hace décadas: sin una información y un periodismo de calidad, no se puede contar con una ciudadanía crítica que participe activamente en política, generando una democracia saludable. Lastimosamente, con los años lo que es contrario a esta premisa ha ganado terreno y hoy acudimos a un escenario informativo plagado de desinformación y malas prácticas periodísticas (además de su crisis existencial), y todas las consecuencias que esto implica. Sumado —cómo no— a la instrumentalización de jueces y juzgados (porque a esas prácticas no se les puede llamar Justicia) que solamente van consiguiendo la tergiversación de la política, la degradación de la vida pública en democracia y la erosión del tejido social. ¿Le suena familiar?

(*) Verónica Rocha Fuentes es comunicadora. Twitter: @verokamchatka

Temas Relacionados

Comparte y opina:

El BM, el PIB y el tiro al blanco

Ante escenarios muy cambiantes, tanto a nivel mundial como nacional, es muy difícil realizar pronósticos de mediano plazo

Efraín Huanca Quisbert, economista

/ 3 de mayo de 2024 / 07:15

Otra vez jugando a las expectativas. Al parecer muchas entidades y economistas se dieron a la tarea de generar expectativas; unas, a bajar las tasas de crecimiento del PIB, y otros, para romper los equilibrios macroeconómicos. 

El Banco Mundial (BM), en el documento Competencia: ¿el ingrediente que falta para crecer?, en su afán de explicar la región latinoamericana en su conjunto, generaliza demasiado y mal, puesto que cuando hacemos la operación inversa, particularizar, la realidad concreta no encaja a esta generalización, como para el caso de Bolivia.

Lea: Bloomberg y su cristal empañado

El BM, cuando hace su diagnóstico “construye” elementos “generales”, pero éstos son ajenos a la realidad boliviana; por ejemplo, cuando dice que la región debe recuperar el poder adquisitivo y reducir los niveles de pobreza, Bolivia tiene grandes avances en estos aspectos. Otro tema que plantea es el déficit fiscal, pero es un problema a nivel mundial, es decir, no solo de los países emergentes, sino, principalmente, de los desarrollados; otro tema que postula, por demás importante, es el envejecimiento de la población, sin embargo, Bolivia tiene una gran población joven. Por lo tanto, por donde lo miremos, “su” diagnóstico del BM no nos representa, no refleja nuestra realidad. 

Inmediatamente, el BM realiza una enumeración de los elementos que serían problemáticos para la región. Por ejemplo, dice que los precios de las materias primas seguirán debilitándose durante 2024, reflejo de una menor demanda a nivel mundial, en un escenario donde “la economía de EEUU superó todas las expectativas y parece estar lista para alcanzar el santo grial de un ‘aterrizaje suave’, bajando la inflación sin generar una recesión, aunque Europa sigue deprimida y China, el mayor mercado para ALC (América Latina y el Caribe), mantiene un comportamiento lento e impredecible”.

Con estos elementos, realiza sus proyecciones del Producto Interno Bruto (PIB) para América Latina y el Caribe. Para Bolivia pronostica que para 2023 el PIB estaría en 2,4%, para 2024 en 1,4%, para 2025 en 1,5% y para 2026, en 1,5%. Tienen a la mano su bola de cristal. Para 2023, el BM formuló similares pronósticos en cuatro oportunidades, empero, en ninguna dio en el blanco. Con estos datos, Bolivia está debajo del promedio, que es de 1,6% para ALC; el PIB más alto es de Paraguay con 3,8%, y el más bajo de Argentina, con -2.8%. Lo más curioso, por decir menos, es que el BM se aventuró en aseverar que Argentina registraría para 2025 un crecimiento de 5% y de 4,5% para 2026.

Según estimaciones oficiales, el PIB de Bolivia crecería en 3,7%, apuntalado por una inversión pública caracterizada por el énfasis en la inversión productiva y por una demanda efectiva resultado de una distribución primaria del proceso de producción y la redistribución del ingreso, que permiten continuar con el fortalecimiento del mercado interno, lo que neutraliza, en parte, los efectos de la crisis internacional y los conflictos bélicos, y se constituye en un elemento central para una industrialización con sustitución de importaciones.

El BM argumenta que el bajo nivel de crecimiento no es solo una estadística, sino una barrera para el desarrollo; lo que omite decir es que el PIB —el indicador por excelencia de la producción— tiene como reverso la generación de ingreso y, más aún, la distribución de este ingreso entre los participantes del proceso de producción, tal como lo definió el economista inglés David Ricardo.

Ante escenarios muy cambiantes, tanto a nivel mundial como nacional, es muy difícil realizar pronósticos de mediano plazo. Además, cabe indicar que el BM nunca acierta con sus pronósticos, con una metodología encajada en una caja de Pandora que, más bien, parecería ser resultado de una sofisticada culinaria. Entonces, cabe preguntarse, ¿cuál es la intencionalidad, a pesar de esto, de realizar pronósticos?

(*) Efraín Huanca Quisbert es economista

Temas Relacionados

Comparte y opina:

América y Europa, con maratónicas elecciones

Panamá elegirá este domingo 5 de mayo un nuevo presidente, marcada por la incertidumbre y una alta complejidad política

Alfredo Jiménez Pereyra

/ 3 de mayo de 2024 / 07:10

Varios países de Latinoamérica, Estados Unidos y de Europa están inmersos en una intensa carrera electoral a efectuarse en los próximos seis meses y cuyos resultados impondrán un fuerte impacto en el quehacer político de ambos continentes.

Panamá elegirá este domingo 5 de mayo un nuevo presidente, marcada por la incertidumbre y una alta complejidad política, económica y social. José Raúl Mulino encabeza todas las encuestas, pero su candidatura corre peligro puesto que la Corte Suprema de Justicia analiza la legalidad de su candidatura.

Revise: Noboa y su reprochable irrupción a una embajada

El 19 de mayo, Republica Dominicana acudirá a las urnas en medio de un panorama muy tenso. El Partido Revolucionario Moderno, encabezado por el presidente Luis Abinader, busca la reelección con el objetivo de consolidar su liderazgo y afianzar las reformas impulsadas durante su primer mandato. Los opositores: el exmandatario Leonel Fernández, de la Fuerza del Pueblo; Miguel Vargas, del PRD; y Abel Martínez, del Partido de la Liberación Dominicana, se presentan con pocas perspectivas.

El próximo 2 de junio, la política mexicana marcará un hito histórico puesto que existe la posibilidad de que el país elija a su primera presidenta, al presentarse dos mujeres que gozan del apoyo electoral: Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. La candidata del oficialista Morena, Sheinbaum, encabeza por amplio margen las encuestas contra la coalición opositora Frente Amplio por México, liderada por Gálvez. La exjefa del gobierno de Ciudad de México, Sheinbaum, quien goza del respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador, ha prometido continuar con su agenda de transformación social y económica. En tanto, Gálvez representa una alternativa para aquellos que desean un cambio en la dirección política del país, aunque su postulación enfrenta el desafío de unificar a una oposición poco organizada.

El 28 de julio se llevará a cabo la elección presidencial en Venezuela, en una coyuntura marcada por la crisis política y económica. El presidente Nicolás Maduro se presentará a la reelección y no hay dudas que se imponga en la contienda electoral puesto que no tiene contrincantes de peso. La principal opositora, María Corina Machado, no pudo inscribirse por estar inhabilitada. Tampoco lo pudo hacer por problemas “técnicos” su sucesora Corina Yoris. Ante esto, debieron proponer un candidato in extremis, que recayó en Edmundo González Urrutia.

El 27 de octubre se llevarán a cabo las elecciones generales en Uruguay. Hay que aclarar que el próximo 30 de junio se llevarán a cabo las elecciones internas para elegir a los partidos políticos que participen en la contienda electoral.

Marcada por la guerra entre Rusia y Ucrania, además del genocidio por parte de Israel contra Palestina, los europeos celebrarán, del jueves 6 al domingo 9 de junio, comicios parlamentarios. Cada cinco años se celebran elecciones europeas para elegir a los representantes en el Parlamento Europeo, la única asamblea transnacional del mundo elegida por sufragio directo. Estos representantes defienden sus intereses y pueden dar forma y decidir sobre la nueva legislación de la Unión Europea (UE).

Finalmente, el martes 5 de noviembre se celebrarán las presidenciales en Estados Unidos. Los votantes elegirán al presidente que comande a la nación que se halla inmersa en diversos problemas de política internacional.

El presidente demócrata Joe Biden se ha presentado como un protector de la democracia y basa su campaña en sus logros bipartidistas, como un importante proyecto de ley de infraestructura, y su apoyo a las prioridades demócratas, como el derecho al aborto, al que los republicanos se oponen con firmeza. Biden se postula para la reelección siendo la persona de mayor edad en ocupar la presidencia, lo cual es un tema de preocupación entre muchos demócratas.

Por su parte, el expresidente Donald Trump vuelve a postularse a la presidencia que perdió en 2020, aunque luego negó su derrota hasta el punto de incitar a una turba de sus partidarios para que atacaran el Capitolio. A pesar de que ha disminuido un poco su influencia en el Partido Republicano —y aunque enfrenta investigaciones legales, tanto de las autoridades estatales como del Departamento de Justicia—, conserva una amplia base de seguidores.

Así, los países mencionados y Europa enfrentan sus propios retos con la finalidad de reafirmar sus democracias o de dar continuidad a los oficialismos caracterizado cada vez más por la tendencia del voto castigo a los gobiernos de turno, que no supieron cumplir con sus promesas electorales.

(*) Alfredo Jiménez Pereyra es periodista y analista internacional

Temas Relacionados

Comparte y opina:

¡Qué triste espectáculo!

Lucía Sauma, periodista

/ 2 de mayo de 2024 / 06:55

Hace unos días, la BBC publicó la lista de las 100 mejores universidades del mundo, entre las que figuran tres de Latinoamérica: la Universidad de Sao Paulo (Brasil), la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Buenos Aires, de Argentina. Además de ocupar un lugar entre ese prestigioso centenar, en la de México se graduaron tres premios Nobel y en la de Argentina, cinco de sus egresados fueron galardonados con ese premio. ¡Qué privilegio! ¡Qué honor! Las tres son universidades públicas y gratuitas. En las tres, la exigencia es muy alta y el esfuerzo que hacen los estudiantes para aprobar las materias y concluir la carrera es también muy alto porque saben que cuanto mejor sea su rendimiento y cuanto antes finalicen, mayores serán sus oportunidades de trabajo. 

Revise: Dejarlos ser

Por esas casualidades que a veces uno no termina de entender, en el preciso instante que estaba pensando en ese ranking de universidades, el taxi en el que me transportaba pasaba por un costado de la UMSA, cuando finalizaba uno de los actos de fin de campaña por la elección de rector, la máxima autoridad de la principal universidad de Bolivia. Mientras el taxi redujo al máximo la marcha por la JJ Pérez, pensé tristemente que la San Andrés está a años luz de figurar entre las 1.000 (mil) mejores de Latinoamérica. El espectáculo que ofrecían los estudiantes era degradante. Hombres y mujeres estaban en un patético estado de ebriedad, caminaban por mitad de la calle sin poder mantenerse parados, este era el motivo de la congestión vehicular que ocasionaban a las 10 de la noche. Las aceras o cualquier lugar, y a vista de todos, se convirtieron en baños públicos. La música que se reproducía desde un escenario armado en el atrio universitario invitaba a beber y continuar con la decadencia de los miles de estudiantes que tienen fecha de ingreso pero nunca de salida, de jóvenes que no están dispuestos a leer un libro entero y recurren a los resúmenes que ofrece el internet o “encargan” la lectura, sus tareas e incluso sus tesis a los negocios que frente al Monoblock ofrecen realizar estos trabajos por un monto, generalmente negociable, con los que se obtienen los títulos universitarios.

Por supuesto que no todos los alumnos, ni todos los docentes de la UMSA, están de acuerdo con ese comportamiento, pero qué impotencia la que deben sentir ante tan bochornoso espectáculo. Ese mismo sentimiento de vergüenza e impotencia deben experimentar quienes saben de los casos de acoso, violencia, extorsión que se presentan a diario en las diferentes facultades de esa casa de estudios. Es cierto que en varias oportunidades se hicieron algunos intentos de poner en claro lo que sucede dentro de la universidad pública, pero el sistema que rige tiene un tejido demasiado siniestro y profundamente entramado. Apenas se vislumbra un resquicio de cambio que pretende corregir la desfiguración que sufre la UMSA, salen todos los “defensores” de inconscientes y profanos detractores del saber y el conocimiento que han invadido la universidad. ¡Qué lástima! ¡Qué difícil ser optimista frente a este panorama!

(*) Lucía Sauma es periodista

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Últimas Noticias