Savia Andina…
Cuánta falta hace seguir las huellas de la música instrumental folklórica de Savia Andina
Tuve el privilegio de estar presente en el concierto de un grupo musical con 38 años de vigencia artística en el país, llamado Savia Andina. No me sorprendió que el Teatro Municipal haya quedado chico. ¿Cuándo tendremos otro teatro más grande? Preferiría más teatros en vez de más canchas sintéticas. Pues incluso habilitaron unas sillas para los que no pudieron comprar a tiempo sus entradas. Estuvieron presentes distintas generaciones, incluso visitantes de otros países. Posiblemente la masiva concurrencia se deba a que no hay actualmente nuevos grupos musicales de la calidad de los artistas citados.
A pesar del tiempo transcurrido, esta agrupación supo mantener la calidad de sus intérpretes, pero sobre todo supo colocar al folklore en un nivel muy competitivo. Recuerdo que en sus inicios incluso interpretaban música clásica con instrumentos nuestros como el charango y la quena, y ese estilo repercutió para ser reconocidos como músicos intérpretes de gran versatilidad.
El escuchar cada una de las canciones programadas me permitió rememorar épocas pasadas, como la dictadura de García Meza y sus secuaces de los años 80, pues en esos años se cantaban canciones como el minero u otras. Por los años 90, popularizaron la morenada de José Jach’a Flores: La mentirosita (cuyo estribillo “coca no es cocaína, coca es la hoja sagrada” incluso se convirtió en la música del movimiento cocalero) o Mantita de vicuña, en fin. Luego, el escuchar la canción de la película Mi socio me llevó a recordar algunas escenas protagonizadas por David Santalla y el muchacho riberalteño Gerardo Suárez, apodado en la película El Brillo, porque lustraba calzados. Un día, Gerardo se embarcó en el camión de Santalla, con quien recorrió todo el país.
Ese muchacho, entonces casi adolescente, hoy lamentablemente ha quedado atrapado en las garras de las drogas. Varios amigos me comentaron que lo vieron en Santa Cruz en un estado terrible. Lanzo la convocatoria para que se pueda salvar “al Brillo” de la adicción, por favor, los actores de la película nombrada, incluidos los de Savia Andina, hagan, hagamos algo para que jóvenes brillantes como Gerardo no vayan a parar a esa adicción que los hace esclavos contemporáneos. Disculpen mi emoción, pero veo con mucha pena que los jóvenes de hoy son cada vez más acechados por todo lado, pero sobre todo por el alcohol y las drogas. ¿Dónde está nuestro colonialismo contra un producto como el alcohol y sus distintos nombres, que nos hace tan dependientes?
Volviendo a Savia Andina, cuánta falta hace seguir sus huellas de la música instrumental folklórica. Hoy casi ningún grupo musical la interpreta, estamos en el tiempo de la morenaditis… no de la buena morenada como del Jach’a. Luego cantaron Q’alanchito. Siempre me he preguntado por qué gusta tanto ese tema a la gente. Es sencillamente el amor al hijo, que necesita ser protegido por el cariño profundo. Aunque debo confesar que faltó cantar a nuestro oriente, a la Amazonía y al Chaco del país. Sé que han compuesto hermosos taquiraris, chovenas y tonadas. Supongo que será para otra presentación.
Gracias Savia Andina… por permitirnos rememorar, por invitarnos a cantar el himno de redención de Mario Gutiérrez, uka jach’a uru jutaskiw, amuyasipxañani kutaskiwa, taqpacha llakinakasti tukusiniwa. Tatanak mamaka, amuyasipañani jutaskiwa. Ukhamapi sarnaqasiwinakaxa. Jallalla Savia Andina.