188 años de Bolivia
Han habido avances, pero nuestra economía aún depende de la renta de hidrocarburos
En ocasión del discurso del 6 de agosto, el Vicepresidente del Estado hizo un repaso histórico de las transformaciones políticas y sociales del país, enfatizando lo ocurrido en la revolución de 1952 y en los levantamientos indígenas de principios del siglo XXI, para caracterizar el actual momento como uno en el que el Estado evoluciona hacia una forma más inclusiva y democrática.
García Linera, que antecedió al Primer Mandatario en el uso de la palabra, mencionó tres cambios estructurales como producto de la actual gestión: el reconocimiento constitucional e institucional de las naciones originarias, la expansión del rol del Estado en la economía y la conformación de un bloque dirigente liderado por los movimientos sociales.
A su vez, posteriormente, el Presidente del Estado reflexionó sobre un tema que nos parece interesante destacar, que tiene que ver con la identidad boliviana. Morales dijo que todos los bolivianos somos originarios, algunos son “milenarios” y otros “contemporáneos”. Su propuesta es que, sobre esa base que permite una identidad común, nos pongamos todos de acuerdo para asumir una visión conjunta de país.
Sin necesariamente hacer referencia a los resultados del Censo 2012 sobre la autoidentificación de la población con pueblos originarios, el Presidente intentó —creemos— superar el debate acerca de si los indígenas son mayoría o no en el país respecto de quienes no se autoidentifican con ninguna nación originaria, y abrió así una categoría inclusiva, pero siempre desde un punto de vista que conserva la raíz nacional.
Otros aspectos que el Mandatario destacó como positivos fueron los resultados macroeconómicos; el crecimiento del PIB, cuya cifra está entre los primeros lugares para las economías de América Latina y el Caribe; el nivel de las reservas internacionales (por encima del 40% del PIB) y, simultáneamente, las interesantes innovaciones sociales como las que presenta el programa Mi Salud, que actúa mediante visitas médicas directas a los hogares bolivianos en algunos municipios.
Evidentemente han habido avances, pero aún nuestra estructura económica es altamente dependiente de la renta de hidrocarburos y de minerales. En el mercado internacional, ya se vislumbran signos de que el ciclo de los altos precios de las materias primas puede estar acercándose a su fin. En ese sentido, se hace imperiosa una evaluación rigurosa de los avances en industrialización de nuestras materias primas y en la diversificación de nuestra economía.
Finalmente, respecto a los caminos para la diversificación de nuestra economía, el Jefe del Estado indicó hace algunas semanas que adelantaría al país algún resultado del trabajo del equipo de la Agenda Patriótica 2025. La expectativa sobre los avances de la ruta crítica de Bolivia en el largo plazo aún está latente.