Voces

Friday 1 Dec 2023 | Actualizado a 20:04 PM

Interculturalidades en la práctica

La interculturalidad cultural es aquella forma de interrelación de una cultura con otras culturas

/ 21 de diciembre de 2013 / 04:01

La Fundación Friedrich Ebert (FES) auspicia el intercambio de experiencias sobre las prácticas de descolonización e interculturalidad en el ámbito del arte y la cultura en Bolivia. El ser partícipe del círculo de diálogo, experiencias vivas de descolonización e interculturalidad; y el seguimiento de las notas periodísticas y entrevistas sobre experiencias de descolonización e interculturalidad difundidas por la red Erbol, me llevan a la siguiente reflexión.

El escenario político nacional denominado “proceso de cambio”  apuesta a formas de multiculturalidad, pluriculturalidad e incluso a la interculturalidad; cuando continúan vigentes formas y prácticas profundas del colonialismo en la sociedad boliviana.

Me llama la atención que las formas de interculturalidad cultural producidas por algunos artistas y gestores culturales (sean habitantes nacidos en centros urbanos o inmigrantes temporales o definitivos) se originen en la ciudad y, particularmente, en La Paz. Aunque cada cultura ha colocado algún sello particular de su práctica de interculturalidad, estas diversas formas de interrelacionamiento les ha permitido apostar por la interculturalidad a aquellas personas sin ser educadas en este ámbito.

Destaco las prácticas del músico Cergio Prudencio, del cineasta Juan Carlos Valdivia y de la empresaria de productos de alimentos Irupana Martha Cordero, entre otros, porque rompen con el esquema tradicional y hegemónico de no hacerlo frecuentemente desde el mundo mestizo criollo boliviano andino. Después de hacer varias películas relacionadas con la interculturalidad, Valdivia termina muy sensibilizado con el tema e incluso adscrito al mundo guaraní y sintiéndose un “guaranisito”. El caso de Cergio Prudencio es digno de mención, pues no solo cuestiona su formación académica occidental en música, sino que reconoce otras formas de conocimiento musical. Sostiene que no basta con reconocer al otro, sino alentar, reivindicar e incluso adscribirse a esa otra cultura dominada y colonizada.

También escuchamos voces del Tambo colectivo que sostienen que la interculturalidad es una apuesta por el mestizaje. Lo interesante de esta propuesta es buscar nuevas interpretaciones y conceptos propios como el ch’ixi o gris, que más que ser otra imposición del mestizaje colonial es el orgullo de ser lo que uno es, es decir, mestizo. Aquí está implícitamente la reivindicación de una parte de la colonización, es decir, reconocer lo que ha generado, y desde esa experiencia traumática propiciar diálogos francos, pero no impositivos y hegemónicos, sino más bien tendientes a la relación horizontal.

En conclusión, la interculturalidad cultural en la práctica es aquella forma de interrelación de una cultura con otras culturas. Está claro que esta forma de interacción no está exenta de tensiones y conflictos, pero a la vez ha generado formas de aceptación o las maneras de reconocimiento entre diferentes culturas de nuestro país.
Sapuruwa jiskt’asiñasa kunjamas sarnaqasktana, jakasktana jaqi masisampi. Kunjamakiskisa lu’piwisaxa, irnaqasiwisixa ¿Janicha ukhamaxa?

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40 años de anticolonialismo del THOA

/ 26 de noviembre de 2023 / 00:35

El pasado 13 de noviembre, el Taller de Historia Oral Andina (THOA) celebró 40 años de vida ininterrumpida de comunidad de intelectuales- investigadores aymaras, quechuas y urus. Se gestó, creó y dio sus primeros pasos en la carrera de sociología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), en la ciudad de La Paz.

Desde sus inicios, el THOA planteó y proyecta alternativas epistémicas de convivencia intercultural de carácter holístico en el conocimiento y la otra investigación en las ciencias sociales y humanísticas. Apostó y apuesta a la producción del pensamiento propio, crítico y anticolonial, basada en la re-valoración y la recuperación de la memoria colectiva de las civilizaciones andinas, amazónicas y del Chaco boliviano, reconociendo la importancia de preservar la historia y la cultura para construir una identidad propia y promover el respeto a la diversidad cultural.

Las cuatro décadas están marcadas de múltiples actividades, como la otra investigación histórica social, con fuerte énfasis en los movimientos indígenas, campesinos y obreros del pasado y el presente. La reconstitución y el fortalecimiento de los ayllus y comunidades aymaras, quechuas y urus. El THOA apoyó decisivamente a la conformación del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq), en sus niveles regionales y nacional, que fue cristalizada en 1997.

También apostó por una producción de radionovelas y teatro en lenguas ancestrales. Una de las producciones más exitosas es la radionovela en aymara Santos Marka T’ula, en 1987. También fueron producidos otras como Qullasuy markan sarnaqawipa (1988) y Tuturani, en 1991. La elaboración de videos es otra de sus acciones. Uno de los trabajos de rescate documental más importante es la teatralización comunal El sueño de Waylla wisa, que se efectuó — y aún se efectúa— en Caracollo, en el departamento de Oruro. Trata del encontronazo de los Inka con los españoles. La apuesta por una editorial bilingüe y propia es otra de sus experiencias. La editorial Aruwiyiri (El que incendia o esparce fuego con la voz) y luego Samiri (acción de respirar) son espacios de difusión de sus trabajos.

En 2006 el THOA fue galardonado con el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanas, en la categoría Contribución Institucional para el Desarrollo de la Investigación Científica, otorgado por el Programa para la Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB). También recibió la Condecoración Prócer Pedro Domingo Murillo en 2016, por el Gobierno Municipal Autónomo de La Paz.

La semana aniversario del THOA, del 13 al 17 del presente, estuvo marcada de un nutrido programa de exposición de fotografías, afiches, videos documentales y libros producidos. Los dos primeros días se desarrolló la transmisión generacional de testimonios, de cómo fueron los grandes momentos del THOA, desde la voz de los fundadores, como Silvia Rivera, Vitaliano Soria y Esteban Ticona. En posteriores días, estas actividades fueron profundizadas con integrantes e invitados extranjeros, sea vía virtual o presencial. Destacamos la ponencia de Mamoru Fujita desde Japón y desde Estados Unidos participaron Sinclair Thomson, Waskar Ari y Beng Dang. Para esta ocasión celebratoria, hubo la visita de dos investigadoras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Berenice Ortega y Selene Figueroa. Entre las nacionales recibimos la grata participación de Alejandra Carranza, a quien conocimos en un momento de combate cultural. Ella tuvo el gran gesto de compartir su pequeño espacio en la Feria del Libro de La Paz, en agosto del presente, cuando fuimos “raleados” o discriminados por los organizadores del evento. Además, se presentaron ocho publicaciones recientes de las tres generaciones que conforman actualmente la comunidad THOA.

En un medio cultural del show y el espectáculo, recibimos muy poco apoyo a nuestras actividades. Excepto la FES Bolivia, que se sumó al festejo de las cuatro décadas publicando un libro con cuatros obras pioneras del THOA. Finalmente, es importante recordar a algunos cofundadores y protagonistas de la comunidad que ya no están físicamente, como Ramón Conde, Felipe Santos, Ruth Flores, Roberto Santos y Demetrio Marca. Pusi tunka marawa amtasiwayata THOA sutini irnaqirinakaxa. Qhip nayr uñtasis sarnaqapxañani. Jallalla THOA!!!

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo. 

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Cooperativistas capitalistas y disfrazados

/ 12 de noviembre de 2023 / 00:30

El 6 y 7 de noviembre, cooperativistas mineros en todo el país llevaron un bloqueo de las ciudades principales, demandando al gobierno del presidente Luis Arce seguridad jurídica; promulgación del proyecto de ley del impuesto al oro; apoyo por parte del Gobierno central con financiamiento económico y mecanización e industrialización en recursos mineralógicos; garantizar el abastecimiento de diésel; políticas para las cooperativas con nuevas tecnologías para un mineral responsable, y prosecución de trámites de adecuación en áreas forestales y áreas protegidas, entre otras peticiones. La movilización en la ciudad de La Paz casi paralizó todas las actividades, como el movimiento de autos, la suspensión de labores escolares y otras del comercio. Además de largas caminatas forzadas a los ciudadanos, toma violenta de alguna institución del Estado y la agresión a periodistas.

Entre las demandas nos llama la atención la de seguir usufructuando el diésel subvencionado o que paguen tan poquito sus impuestos, es decir, el 4,5%. Pues el ciudadano común paga con el IVA el 13%. Por varios medios de comunicación, los representantes de los cooperativistas declararon que “no quieren ingresar a explotar minerales en los parques nacionales”, pero en su petición aludida, hacen referencia a la “prosecución del trámite en áreas forestales…” ¿Qué supone este pedido? Invasión legal o forzosa a los parques nacionales o áreas protegidas. Lo cual supone la violación abierta a la madre naturaleza, además del gran impacto negativo a los pueblos indígenas, que habitan cerca o alrededor de los parques nacionales.

Pero ¿quiénes son los cooperativistas mineros movilizados? Hace varios años los cooperativistas mineros dejaron de ser actores comprometidos con el pueblo y el país. Hoy ya no son los “revolucionarios”, como otrora. Optaron por la línea capitalista depredadora de la última generación, contaminando los ríos, soslayando impuestos o pidiendo apoyo al Gobierno para la industrialización minera, etc. Queda claro que hoy son poseedores de ingentes cantidades de ganancias y quieren seguir esa senda capitalista salvaje.

En estos días que bloqueaban, hubo varias denuncias sobre cómo repartían cascos o guardatojos flamantes, ¿será a sus afiliados o a personas camufladas como cooperativistas? Después de hacer un vistazo por los lugares del bloqueo, tengo serias dudas si todos/as los que obstaculizaban en las calles céntricas de la ciudad son mineros, pues los vi muy citadinos de “caritas cuidadas” y “hasta maquilladas”, e incluso el uso de los flamantes guardatojos hace denotar que jamás lo utilizaron antes. Otro dato, no los vi p’ijchar o masticar la hoja de coca y casi todos estaban muy ocupados con sus celulares de última generación. Fuera de los perjuicios ocasionados, dejaron ingentes cantidades de basura en los lugares de vigilia. Entonces, ¿cuántos son mineros? ¿Cuántos son mineros empleados de los cooperativistas capitalistas? ¿Cuántos fueron pagados para acrecentar el número de “mineros”?

Otro dato, hubo muchas mujeres en los días de movilización, todas con cascos de mineros o guardatojos. En el sentido social y desde el vocabulario nuestro había “señoritas”, chotas, birlochas y cholas. Posiblemente estas últimas podían ser parte de las actividades mineras, no sé en qué condición, ¿de palliris, esposas…? A las primeras, posiblemente su participación se deba a que fueron pagadas y en el mejor de los casos, son parientes de algunos capitalistas llamados cooperativistas.

Atrás quedaron las ideas del vanguardismo minero y revolucionario del país. Como lindos recuerdos están las tesis de Pulacayo, etc. En las últimas movilizaciones del pueblo, sobre todo en el periodo nefasto de Janine Áñez, Arturo Murillo, Luis Fernando Camacho y sus seguidores, las cooperativas apoyaron abiertamente al régimen de facto. Qhuyan irnaqiritwa, sakixay wali munañani purintanipxchixa. Janiw thakhisanqhiti. Wali uñisir jaqinakapxiwa. ¿ Janicha?

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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Quemas, humareda y la gran contaminación

/ 29 de octubre de 2023 / 02:44

Estos últimos días vivimos en Bolivia con gran contaminación ambiental y extrema. Se calcula que existen alrededor de 350 puntos de incendios en varios departamentos del país, sobre todo en Santa Cruz, el Norte de La Paz, Cochabamba, en Beni y Pando. Además, se comenta que nuestro país sería el segundo del mundo con más quemas de bosques.

Olvidamos la gran experiencia de combatir al fuego de hace algunos años. Recuerdo que había acciones políticas muy concretas para sofocar inmediatamente los lugares afectados, incluso con bomberos voluntarios de otros países y aviones alquilados para el combate contra el fuego. Hoy, casi todas las autoridades, es decir, del Gobierno central, las gobernaciones y los municipios se manifiestan tenuemente al respecto. Incluso en la sociedad estamos tan apáticos. ¿Acaso hemos normalizado los incendios? Parece que sí, al menos no se conocen protestas reclamando acciones inmediatas para las regiones afectadas. Las marchas contra la guerra y la solidaridad con el pueblo de Palestina tienen más adherentes que las conciencias sobre nuestros incendios provocados.

La contaminación comienza a hacer estragos, sobre todo en la ciudad de Santa Cruz y también en La Paz, por ejemplo, con la suspensión de las actividades escolares. En Chuqiyapu marka ya no se puede distinguir si es humo o nubes, con consecuencias de problemas respiratorios y picazones en los ojos.

Lamentablemente, los diferentes medios de comunicación, incluidas las redes sociales, han quedado atrapados en banalidades y en puro shows, solo se dice que “hay focos de calor”, pero no se indaga más, por ejemplo, ¿quiénes son los causantes? Y menos sobre la afectación que se ha causado a la flora y la fauna, y la Madre Tierra.

¿Quiénes son los autores de los incendios? Se dice que son los “chaqueadores”, es decir, personas que queman para limpiar el suelo y para luego sembrar. No es posible permitir este tipo de prácticas tan peligrosas que lo único que están haciendo es causar la deforestación, la muerte de animales, aves y la contaminación ambiental. Pero también se dice que serían los avasalladores de tierras agrícolas, que pasado el incendio proceden a apropiarse y venderlas.

Los medios informativos transmiten verdaderas simulaciones de bomberos que supuestamente irán a sofocar el fuego a las regiones afectadas; pero en situación de gran emergencia y de urgencia, cómo es posible tolerar shows mediáticos que lo único que hacen es banalizar la tragedia y normalizarla. No se puede permitir que en medio de tanta tragedia se siga tratando la información como un hecho sin trascendencia. Es hora de atacar la razón de la sociedad mezquina y que ama cada vez más la muerte como algo normal. Los gobiernos municipales de los lugares afectados no se han pronunciado y menos son parte de políticas claras para enfrentar el problema a futuro.

Estos días oímos a asambleístas nacionales que quieren hacer una ley en la que se pueda penalizar con 30 años de cárcel a los causantes de los incendios. Pero ¿para qué otra ley inocua? Tenemos en la CPE el capítulo V sobre el derecho al medio ambiente. Con esa ley suprema basta. Sería que los senadores y diputados vayan a los lugares de los incendios para ver in situ la magnitud de la tragedia y sus efectos catastróficos, y así tener alguna idea de cómo los seres humanos y todas las especies vivas estamos afectados.

Necesitamos emprender una gran campaña de educación societal, a lo mejor resulte algo para el futuro. Pero ¿quién la organiza? Hoy el Gobierno central está enfrascado en líos internos, las gobernaciones y los municipios no saben (o no quieren) cómo enfrentar el problema. El Consejo de Autonomías, en su asamblea del miércoles, no discutió sobre los incendios. Los políticos (llámese “pititas”, plataformas, comités cívicos, etc.), que salían a las calles para disimular que les interesaba el problema, hoy están en la absoluta ignorancia y apatía. Muchos ciudadanos opinan que son estos sectores conservadores y sus seguidores los que están incendiando. Todo es posible.

El capitalismo salvaje y la sociedad del espectáculo nos están llevando a generar muertes más sutiles, por ejemplo, la afectación a la salud de todos los ciudadanos, pero ni qué decir de los animales y otros seres vivos que habitan los lugares incendiados. Uka ñanqha jiq’iwa wali usuntaychistani, arsusiñasawa uka nina jiwayañataki.

 Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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Más creatividad para enfrentar la escasez del agua

/ 15 de octubre de 2023 / 03:34

Estos últimos días la ciudad de La Paz y otras en la región andina boliviana atraviesan por una ola de calor inusual. Con temperaturas promedio de entre 23 y 25 grados, que es poco habitual para las ciudades andinas, incluidas Oruro y Potosí. Ante esta situación, existe mayor consumo de agua y también mayor evaporación. La empresa EPSAS, en la ciudad de La Paz, ha comenzado a aplicar formas de racionamiento ante la posible escasez del agua, aunque utilizando un lenguaje técnico. Supongo para no alarmar a la gente y generar caos, como ocurrió en 2016, donde todos querían almacenar en un tanque; pero los comerciantes inescrupulosos aplicaron precios exorbitantes. El caudal del agua en las represas está bajando. Frente a este panorama, existe la preocupación en la ciudadanía urbana, es muy probable también como secuela psicológica no superada desde el año citado.

Hace poco tiempo, la ciudad de Montevideo quedó sin agua. Ojalá no lleguemos a ese drama uruguayo. Después de 2016, aprendimos una gran lección, de que se tiene que reciclar el uso, pero lo que no aprendimos es cómo realizamos el reciclaje por tiempos prolongados o el cómo se efectúa ese reciclamiento persistentemente.

Por la dinámica citadina, que siempre nos falta el tiempo y por eso tratamos de “ganarle tiempo al tiempo”. Uno podría reciclar algunas veces al recipiente de aguas usadas, provenientes de la ducha, la lavadora, etc. A estas alturas precisamos de una tecnología sencilla y económica que pueda realizar ese paso, llevar directamente el agua usada de la ducha o la lavadora a un tanque de almacenamiento para su uso en el inodoro. Incluso necesitamos aprender cómo almacenar adecuadamente captando el agua de la lluvia.

Ante esta preocupación y cuasi de emergencia, que será permanente, es indispensable que algún inventor o alguna empresa proponga esa tecnología del reciclaje. He aquí la labor de las universidades y sus equipos de investigación. Lamentablemente, la universidad, sobre todo las estatales, está más imbuida en organizar entradas folklóricas, concursos de robótica solo para la demostración, etc. Si un robot podría hacer toda esa operación y a bajo costo, sería interesante.

El calentamiento global, algunas veces llamados fenómeno de El Niño/La Niña, no es nuevo en el mundo andino, que supo atravesar por crisis similares o tal vez peores. De esos acontecimientos ha aprendido, por ejemplo, la relación especial en el agua. De esta correspondencia surgen la ch’alla a la Pachamama con agua, la instalación de las famosas qhutañas (embalses) o similares para el almacenamiento para tiempos de la sequía. Pero también están los ritos a las wak’as y cantos, sobre todo de los niños y las mujeres para que llueva, hoy aun practicada en las comunidades y ayllus, por ejemplo, en el Norte de Potosí. La existencia de una gran tecnología hidráulica en el periodo inca y aún utilizada en nuestros tiempos, es otra gran muestra de una vasta relación del ser humano andino con el agua. Pero, hoy esa tecnología tiene que ser adaptada al mundo urbano y de manera inmediata. ¿Quiénes son los promotores para estas nuevas políticas?

La plantación de árboles en regiones andinas, para que no falten las lluvias, es otro de los grandes retos y opciones a futuro. Pero ¿quién promueve esta política de largo alcance? Hasta ahora, ni el Estado central menos las gobernaciones ni los municipios están apostando para esta vía a largo plazo.

Sabemos que existen muchos manantiales de agua en varios lugares en la ciudad de Chuqiyapu marka, por ejemplo, en el bosquecillo de Pura Pura. En estos tiempos de probable falta de agua, nadie se preocupa de almacenar para que pueda ser más útil, incluso potabilizando para el consumo humano. A estas alturas parece ilógico lavar autos con agua, cuando sabemos que en otros lugares del mundo se usa elementos químicos no dañinos para estos quehaceres. Wali mach’a pacharjamakiw sarasktanxa. Uka irpirinakasaxa janiw yaqapkiti uma juk’a utjatapata.

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.  

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Una sociedad egoísta, contemplativa al dolor

/ 1 de octubre de 2023 / 02:10

Escribir sobre algún acontecimiento difícil que uno ha vivido, no siempre es grato porque es rememorar esos momentos de dolor pasados. Hoy la sociedad boliviana, y particularmente la ciudad de La Paz, atraviesa por momentos muy difíciles. Oímos maltratos atroces a las mujeres, niños/as ancianos/as, que suceden todos los días y en varios casos con muertes espantosas. También escuchamos del maltrato a los animales, en pasados días se produjo la muerte cruel de un can en la ciudad de Santa Cruz. Ni qué decir de los atropellos. Hace pocos días un niño estudiante en la ciudad de El Alto sufrió un accidente, sin recibir auxilio, menos del infractor, en fin. ¿Es normal que sucedan estas prácticas perversas día tras día? A los que les gusta las estadísticas, les encanta decir que las ciudades no duermen, que siempre están en movimiento, incluidos los datos de los accidentes, que pasan a ser simples números de los dolores de los seres vivos.

Hace algunos días el dolor de un perrito, que fue atropellado por un conductor necio, me llevó a sentir ese sufrimiento y buscar auxilio de algún veterinario/a. Ver al can maltratado en una de sus patitas y tendido en el pavimento de una avenida, me dejó muy triste e impotente. No escatimé para ir en su auxilio. Lo vi muy asustado y apenas podía caminar, le dimos agua, intentando que pruebe un sorbo; pero estaba tan asustado que solo nos mostraba sus dientes, suponiendo que podíamos seguir maltratándolo.

Decidimos buscar a algún veterinario/a para que le ayudara inmediatamente. No fue muy sencilla esta decisión, pues la veterinaria más cercana estaba cerrada. Hasta que ubicamos otra, pero con mucho estupor. Después de contarle del hecho y pedirle si podía asistirlo, el veterinario me dijo “no puedo, estoy esperando una visita”. Pero, al ser preguntado sobre cómo debería procederse inmediatamente ante un can atropellado, no hubo respuesta.

¿El médico veterinario aludido no aprendió los primeros auxilios en el tratamiento a los animales? Si no sabe lo más elemental en los primeros auxilios, ¿será un médico veterinario? Es posible que me haya topado con un gran embaucador y no un veterinario. ¿El Ministerio de Salud realiza algún control para saber si en los centros de atención para animales trabajan médicos especializados? ¿El gobierno municipal de la ciudad de La Paz tiene otras formas de control sobre estos locales? ¿Existe alguna institución de denuncia sobre estos hechos?

Ante esta negativa del posible estafador, proseguí con mi búsqueda de otro samaritano de los animales y visité un local conocido que atiende a canes y gatos. Luego de reiterar lo que sucedió y preguntarle si podía auxiliarle. La respuesta fue “no puedo, estoy sola en la atención”. Al final, me dio la referencia de Animales SOS, expresando que es una entidad que atiende este tipo de necesidades. Apenas me facilitó un par de números de teléfonos de la institución nombrada, al llamar nadie contestó. Por si acaso, las “clínicas veterinarias” aludidas están ubicadas en el sector norte de la ciudad, más exactamente sobre la avenida Quintanilla Zuazo.

¿Qué deduzco de este intento de buscar asistencia médica para un perrito atropellado? No existe ningún cariño hacia los animales por parte de los “médicos/as veterinarios”. A lo mejor haya alguien con quien no me topé. Solo vi reacciones frías y de profunda insensibilidad. Al ver que el animalito maltratado fue llevado a su local, ¿pensaron que no se les iba a pagar? Claro que iba a reconocerles la atención. Pero creo que ni pagándoles se sensibilizarían.

Si no existe cariño ni voluntad de atención, ¿por qué estudiaron para ser veterinarios? Con las respuestas recibidas es posible pensar que la atención en estas clínicas para animales esté plagada de “negligencias médicas”. Como no hablan los animales, no sabemos si la curación o el tratamiento son adecuados y efectivos.

Hay que pensar que la ciudad de La Paz cada vez necesitará compartir la vida con los animales, sobre todo con los perros y gatos. Además de las wak’as y otras espiritualidades andinas. ¿Podremos convivir con todos ellos? Creo que es preciso que los centros de salud pública incorporen a algún buen veterinario/ a para que pueda brindar alguna asistencia y control efectivo a los animales.

Nuestra sociedad no puede imitar a otras insensibles. Los animales, las aves… también tienen el derecho de vivir en la ciudad y ser atendidos como seres vivos. ¿Cómo educamos a los irresponsables que abandonan a sus mascotas o a los conductores imprudentes que no piensan que conducen una máquina y se pueden convertir en asesinos? Uka q’iyir jaqinakaxa janiw suma apnaqapkiti. Aniturunakaruxa taqqhatañak munapxi, ¿ janicha ukhamaxa?

Esteban Ticona Alejo es aymara boliviano, sociólogo y antropólogo.

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