La brecha digital
El satélite Túpac Katari pretende facilitar el acceso de pobladores rurales de Bolivia a internet
La brecha digital es la diferencia entre las personas que tienen acceso a internet y pueden hacer uso de ese servicio, y aquellas que están excluidas. Siendo internet una potente herramienta para facilitar el acceso a información actualizada que se puede convertir en conocimiento, así como para emitir opinión propia, se convierte en un espacio de ejercicio de derechos humanos. De hecho, el relator especial de las NNUU para la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión ha declarado a internet como un derecho humano en 2011. Por esto, la labor de reducir la brecha digital es imperiosa.
En Bolivia, el 30% de la población tiene acceso a internet, aunque no sabemos cuántos realmente utilizan ese acceso para generar un beneficio propio o social. Sin internet, una persona no puede acceder a las miles de oportunidades de educación virtual como cursos gratuitos y pagados, carreras de pre y posgrado de las mejores universidades del mundo. Tampoco puede tener información en tiempo real acerca de los mercados en Europa, EEUU o cualquier otro país donde desee vender productos o servicios, o comprar insumos. Una persona que no está conectada a internet y que, digamos, apoya una causa ambientalista, tiene dificultades para mantenerse al día con la información que otros activistas, en Bolivia u otro lugar del mundo, difunden para generar más conciencia. No digo que internet sea una panacea porque no lo es, solo me doy cuenta que parte de las actividades humanas que tienen que ver con ejercicio de derechos civiles, políticos y económicos ahora pasan también por los espacios virtuales.
El satélite Túpac Katari pretende facilitar el acceso de pobladores rurales de Bolivia a internet, es decir, reducir la brecha digital. Por lo dicho anteriormente, esto está bien. Varios comentarios se han dirigido a mostrar las motivaciones electorales del satélite, o a mencionar que es un gasto elevado. Son opiniones válidas, pero no me quiero quedar en ellas. Mi preocupación va al desarrollo de una política de inclusión digital que use esa nueva infraestructura en beneficio de la población.
Desde el desarrollo de la Estrategia Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación para el Desarrollo (ETIC) en 2005, no sé de ningún esfuerzo serio para elaborar un plan boliviano acerca del uso de las tecnologías de información y comunicación para promover todo lo que se dice estos días que el satélite puede lograr: teleducación, telemedicina, democratizar la comunicación, etc. Sería de esperar que los actores políticos y la ciudadanía desarrollen propuestas en ese sentido. Ingresando al año electoral, los programas electorales son los instrumentos ideales para enterarnos qué proponen las organizaciones políticas y para que también la ciudadanía proponga ideas y demandas.