El cambio está en uno
El ‘crecimiento’, para que sea sustentable, debe tener en cuenta los límites ecológicos de nuestras regiones
Otro año se acaba, los problemas ambientales, nuestros problemas, persisten aún, en algo avanzamos, en otros temas retrocedemos. Esto es una realidad desde los problemas ambientales más comunes, como la basura tirada en la calle, hasta los más complejos, como el cambio climático. El fin de año siempre exacerba nuestro espíritu de consumo, de compra, de tener; y deja de lado, muchas veces, esa conciencia ambiental que todos deberíamos tener y bajo cuyo principio deberíamos buscar satisfacer nuestras necesidades básicas, y no aquellas que nos hacen creer como importantes y necesarias. Debemos partir reconociendo que el “crecimiento”, para que sea sustentable, debe tener en cuenta los límites ecológicos de las regiones donde vivimos; la vía del desarrollo sustentable es aquella donde reconozcamos que nuestra supervivencia no depende del crecimiento, y se debe basar en vivir bien dentro de los límites ecológicos del planeta, donde prime la calidad de vida y no el nivel de vida.
Lo complicado está en saber reconocer cuáles son las necesidades de una sociedad y qué necesidades se pueden cubrir dentro de los límites del planeta; y para esto necesitamos conocer mejor cuáles son esas necesidades y cuál es la capacidad que el planeta tiene para sostenerlas. Por supuesto ese reconocimiento no es suficiente, con ese conocimiento se debe tomar acciones para ir más allá del dogma de que el crecimiento es la única base para la sociedad, pues sin él no hay empleo, sin empleo no hay salarios, sin salarios no hay consumo y sin consumo no hay producción y, por tanto, no hay más crecimiento. Sin embargo, reconociendo estas necesidades, las de la sociedad, y las capacidades, las del ecosistema, podremos lograr esa vía de desarrollo sustentable.
Ahora bien, dicen que hacer eso es comenzar de cero; pues no, nunca se empieza de cero. Siempre se empieza desde la sociedad en la que uno está. En este caso, una que ni es justa ni es sostenible. A partir de esto hay que reconstruirla. ¿Cómo hacerlo?… Primero hay que cambiar individualmente, sino difícilmente se podrá ser coherente con uno mismo y exigirle a nadie que cambie nada. Pero esto por sí solo no es suficiente. También hace falta un cambio colectivo, que luego derive en el cambio en las instituciones; pero el cambio debe comenzar desde abajo y encontrar afinidades con instituciones que brinden un marco para lograrlo. Es muy importante tener esto en cuenta, pues al igual que un cambio de mentalidad puede cambiar la estructura, un cambio de estructura también puede cambiar la mentalidad.
El año se cierra con los mismos desafíos ambientales; sin embargo, el desafío principal, que cada uno de nosotros cambie, es quizás el más importante si queremos seguir viviendo y compartiendo la vida en nuestras regiones y en nuestro planeta.