Niños discriminados
Prácticamente no existe trámite que no exija los dos apellidos de las personas
En los últimos años, la sociedad boliviana ha aprendido que la discriminación, en cualquiera de sus formas, es tan común como execrable, y por ello se promulgó en 2010 una ley específica para combatir, penalmente, estas manifestaciones. Este aprendizaje ha servido, además, para que las personas sepan reconocer situaciones de discriminación y las denuncien.
Una de las formas de discriminación que por estar naturalizada es casi invisible en la vida cotidiana es la que afecta a los hijos e hijas de madres solteras. En efecto, estos niños, niñas y adolescentes son comúnmente discriminados al ser inscritos en colegios y universidades, al tramitar sus cédulas de identidad y hasta cuando deben viajar al exterior, según testimonios de algunas madres recogidos por este diario.
La razón más habitual para esta discriminación está en que prácticamente no existe trámite que no exija los dos apellidos de las personas, razón por la cual los hijos de las madres solteras perciben que son puestos “en evidencia” al no poder señalar el nombre de la familia paterna. Ocurre en las escuelas y colegios, en las universidades, en los bancos, al tramitar la cédula de identidad y la licencia de conducir, al llenar una solicitud de trabajo, entre muchos otros.
La viceministra de Género y Asuntos Generacionales, la representante del Defensor del Pueblo en La Paz y un asambleísta consultados por La Razón al respecto coincidieron en que se debe realizar gestiones ante todas las entidades para evitar estos actos discriminatorios. La viceministra opinó que en el caso de los registros escolares se debe aplicar la Ley Avelino Siñani, que prohíbe cualquier acto de discriminación en las aulas; en cuanto al llenado de formularios, informó que planteará un análisis a las instancias respectivas para ver si es posible colocar una sola casilla de apellidos, en vez de especificar el paterno y materno.
A su vez, la Defensora del Pueblo considera que los casos de discriminación señalados podrían resolverse con la inclusión de un capítulo específico en el proyecto de Ley del Código Niño, Niña, Adolescente que aún se discute en la Asamblea Legislativa. Finalmente, el asambleísta, que además es presidente de la Red Parlamentaria de la Niñez y Adolescencia, anunció que como un primer paso se reunirá con el Ministro de Educación para indagar si existe algún mecanismo de control para evitar discriminación de niños o niñas de un solo apellido en escuelas y colegios.
Es un hecho que la discriminación no se acaba con una ley ni con campañas publicitarias, que sin embargo son muy útiles y necesarias, sino con una actitud renovada en la sociedad. El ser capaces de identificar actos de discriminación ayuda no solo a denunciarlos, sino también a reconocer cuando uno mismo los comete. Tal vez esa sea la mejor manera de lograr un cambio en la sociedad.