TCP y el factor Cusi
Así, los posibles avances en materia de pluralismo jurídico son teñidos de malestar interno
En los últimos días, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) ha dado algunas señales interesantes pero contradictorias con relación a la incorporación de lo indígena originario campesino en esa máxima instancia de control de constitucionalidad. En el centro del hecho está el magistrado Gualberto Cusi, quien suele sorprender con sus declaraciones y, a veces, sus ocurrencias.
Una de las innovaciones fundamentales en la conformación de los órganos del poder público del Estado Plurinacional tiene que ver con la inclusión, por mandato constitucional, de autoridades de origen indígena originario campesino. Ello ha ocurrido por distintas vías en los órganos Judicial y Electoral y en el TCP. En este último caso, el mecanismo de preselección de postulantes y la elección directa de magistrados garantizaban la presencia de al menos dos magistrados indígenas.
¿Cuál es la importancia de esta inclusión? Se asume por principio y se espera que con la presencia directa de autoridades de origen indígena originario campesino haya mayor impulso y consistencia en la naturaleza plurinacional del órgano público. Claro que para que una entidad como el Tribunal Constitucional sea plurinacional no basta que dos o tres de sus magistrados sean indígenas. La propia estructura y, en especial, la esencia de sus sentencias y fallos deben ser, en sí mismos, plurinacionales.
La señal alentadora es que las sentencias del TCP cambiaron su formato a fin de incluir un acápite específico sobre pluralismo jurídico, que, según sus autoridades, debe estar expresado en cada uno de los fallos del Tribunal. Así ocurrió por ejemplo en el reciente polémico fallo sobre el derecho a la vida y la despenalización del aborto, que habría incorporado la cosmovisión andina como parte de su fundamentación. De ese modo se estaría impulsando el pluralismo jurídico consagrado en la Constitución.
La señal contradictoria, en tanto, tiene que ver con recurrentes declaraciones y algunas acciones del magistrado indígena Gualberto Cusi. En el citado fallo sobre el aborto, Cusi vulneró la confidencialidad de la sentencia al difundir su contenido en medios de prensa antes de su notificación. Pero lo más curioso es que Cusi, luego de firmar la sentencia dándole la mayoría de cuatro votos que requería (todos varones), mandó una carta retirando su voto, lo cual es no solo raro y extemporánea, sino inútil.
Es el mismo magistrado Cusi quien, en nombre de la representación indígena, se ocupa sistemáticamente de atacar al TCP, en especial a su presidente, a quien acusa de “presionar, direccionar o retrasar” los fallos, supuestamente para que no perjudiquen al Gobierno. Claro que son declaraciones sin prueba, basadas en supuestas llamadas, viajes y reuniones. Así, los posibles avances en materia de pluralismo jurídico son teñidos de malestar interno por obra de uno de sus propios miembros.