Los clones
En Santa Cruz, en 2008 ocurrió algo muy parecido, y fue el acto final de la derecha troglodita
El enfoque de las noticias de las agencias internacionales en relación a Venezuela tienen el inconfundible sello de la manipulación mediática y la parcialidad, pretendiendo transmitir la imagen de una juventud “democrática” que se enfrenta contra un feroz gobierno represivo. Evidentemente, la ausencia de filtros adecuados y la mala fe de algunos medios locales que reproducen como verdad lo que transmiten las agencias noticiosas, hace que en criterios poco formados se asuma como verdad lo que dichos medios dicen.
Al observar a los encapuchados armados con palos, miguelitos, botellas y a veces pistolas agrediendo a cuanto transeúnte intenta circular por una calle, destruyendo bienes públicos, edificios o provocando a la Policía para que reaccione y cause víctimas, uno no puede dejar de comparar la extraordinaria similitud entre las movilizaciones producidas entre 2006 y 2008 en ciudades como Santa Cruz, con las que se vive hoy en Venezuela a título de “combatir la dictadura”.
Mientras que a los vándalos que por alguna razón caen por una bala perdida (en muchos casos proveniente de su mismo grupo) la prensa internacional los presenta como “héroes”; a las víctimas provocadas por los vándalos (cinco policías, un fiscal y 11 transeúntes) se los invisibiliza en los medios de comunicación. En la última semana se han quemado 15 sedes universitarias de la Universidad Nacional Experimental de las Fuerzas Armadas (UNEFA), y una de ellas —la del Táchira— ha sufrido además la quema de la biblioteca y laboratorios. Semejante atropello, tan parecido a la quema de libros nazi, no ha recibido condena alguna y, es más, ni siquiera ha sido informado por los grandes medios, que prefieren poner como portada a un solitario incendiario con el rostro oculto que mostrar las ruinas de las universidades destruidas por los jóvenes “demócratas”.
En Santa Cruz, en 2008 ocurrió algo muy parecido y fue el acto final de la derecha troglodita cuyas intenciones golpistas quedaron torpemente expuestas y significó el quiebre de la oposición de la regional. En Venezuela, el efecto será parecido, el artero ataque al orden y a la convivencia de la derecha extremista ha liquidado el capital democrático que la oposición venezolana había acumulado en los últimos años de comportamiento aceptablemente institucional, y producto del mal cálculo, está siendo conducida a una derrota histórica con secuelas de larga duración. Las acciones de la oposición venezolana han unificado a las fuerzas del chavismo y a su vez ha dividido en dos alas a la oposición; la que quiere una salida violenta y está en las calles, y los que consideran que por la vía electoral se podría expulsar del poder al movimiento bolivariano.