Inspección técnica
Es a todas luces insuficiente la cantidad de puntos de inspección instalados
Días atrás finalizó la más reciente inspección técnica, todavía a cargo de la Policía Nacional. El periodo de inspección arrancó en noviembre de 2013 y debía finalizar ese año; pero la cantidad de motorizados que debían realizar el trámite sobrepasó ampliamente la capacidad organizativa de la Policía y se amplió el periodo de inspección hasta el 11 de abril.
Pese a la ampliación, más de medio millón de automóviles no alcanzaron a cumplir el trámite de la inspección. Es una cifra realmente elevada, tomando en cuenta que en el país se registraron algo más de 1,3 millones de automóviles.
Supuestamente la inspección técnica garantiza el buen estado del parque automotor, y con ello se supone que se minimizan los riesgos de accidentes. No obstante, las propias autoridades policiales reconocen que una proporción importante de los siniestros ocurren por el mal estado mecánico de los vehículos implicados en casos de tránsito.
El hecho de que no se haya podido inspeccionar una importante proporción de los vehículos que circulan las calles de las ciudades bolivianas debería llamar la atención de las autoridades competentes para analizar la pertinencia de la logística y los procedimientos de la inspección técnica.
Si luego de casi medio año de dicha revisión no todos los propietarios están en condiciones de obtener la codiciada roseta que expide la Unidad Operativa de Tránsito, es necesario cuestionar la modalidad de la inspección, la logística y lo arcaico de los procedimientos; en tiempos en los que toda la información necesaria puede almacenarse en bases de datos, los funcionarios responsables en los puntos de inspección siguen solicitando fotocopias de los documentos de registro de los propietarios y de los vehículos. Esta medida solo aumenta los requerimientos de espacio físico de archivo para toneladas de papel.
Por otro lado, es a todas luces insuficiente la cantidad de puntos puestos a disposición de la ciudadanía. Muchos propietarios pasaron hasta ocho horas y más solo haciendo fila para registrar sus vehículos. Una cantidad importante de ellos tuvo que repetir la fila porque recién cuando les tocó su turno se enteraron de que les faltaba algún requisito obligatorio. Esto dice mucho acerca de la urgente necesidad de una mayor transparencia en la información.
No cuestionamos desde este espacio la importancia de que las autoridades garanticen el correcto funcionamiento de cada unidad del parque automotor que circula en las ciudades bolivianas. Es más, incluso se debería revisar que las emisiones de dióxido de carbono estén por debajo de un límite permisible. Pero es de vital importancia que este trámite sea rápido en su ejecución, que sea universal en su alcance y que sea eficaz en el logro de su meta.