Voces

Friday 26 Apr 2024 | Actualizado a 21:47 PM

Dos visiones

Las celebraciones del 6 de agosto forman parte de la memoria colectiva y espacial de La Paz

/ 7 de agosto de 2014 / 04:16

Los habitantes de las ciudades han ido construyendo territorialidades singulares gracias a las distintas actividades que se fueron practicando en su interior, las cuales con los años se convirtieron en experiencias que fueron y son parte de la vida cotidiana de la población. Nos referimos a los festejos del 6 de agosto que se realizaron en La Paz durante el siglo XX. Aquellas celebraciones forman parte de la memoria colectiva y espacial de esta urbe, y aun hoy son añoradas por ciertos sectores de la población. Y si bien en la actualidad existen expresiones cívicas en esa fecha, éstas han perdido el carácter representativo de la nación.

En esos otros tiempos, La Paz se engalanaba y se limpiaba con esmero para la llegada de distintos visitantes diplomáticos que arribaban a la sede de gobierno con motivo de homenajear la fundación de la República de Bolivia. No faltaban los banderines de los países invitados, que eran colgados en los postes de luz para dar a conocer el paso de esos personajes por esta ciudad. La población se apropiaba de ese signo para salir a las calles y avenidas a recibirlos con algarabía. Un acto retórico anual.

De esa manera, y posiblemente movidos por la nostalgia de ese ayer, en estos días nuevamente se escucha a algunos ciudadanos hacer planes para asistir a la parada militar que se llevará a cabo el 7 de agosto. Ello demuestra la flotante ansiedad colectiva por el pasado, la cual está cimentada por ejemplo en la ausencia de ese tipo de actos. No es extraño, por tanto, escuchar a quienes aseveran que La Paz hoy solo es útil para la concentración de los conflictos sociales y el periodo electoral.

Así, lo singular de toda experiencia pasada es apreciar la reacción de la población. En este caso, se podrá hacer una comparación a propósito del retorno de la parada militar a esta urbe después de nueve años. Independientemente de aquello, es notorio y claro que esta ciudad ha dejado de ser el centro o lugar de recepción de eventos de carácter internacional y de trascendencia en este país. Claro ejemplo de aquello es el aeropuerto, que aun con cierta ampliación no podría cumplir con ciertas exigencias al respecto.

En contraparte, también existe la otra visión “futurista” de La Paz, en la que se enmarcan quienes señalan la necesidad de vivir la aceleración del tiempo histórico, para que el mundo sociocultural desplace las nostalgias del pasado a un segundo orden. Si bien la memoria viva es respetada, sigue latente y es practicada por este grupo social (sobre todo la juventud), también asegura que todos los hechos y hábitos anteriores se irán perdiendo en el tiempo tanto en costumbres como en importancia. Esto además por el vertiginoso omnipresente que busca superar todo tipo de límites.

En ese sentido, se busca ingresar a la emergencia incipiente de los nuevos tiempos sin objeción alguna, entendiendo que todo pasado puede convertirse en demasiado pequeño para habitarlo. Y que lo importante es delinear metas y dejar de lado los absolutos, ya que generalmente son solo obstáculos que evitan encontrar otras formas de bienestar para la población. A pesar de esas actitudes y visiones que coexisten, es evidente que la ciudadanía paceña siempre antepone el destino del país ante los intereses de La Paz.

Es arquitecta.

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Shanghái, la superciudad china

Shanghái es la ciudad más poblada del planeta, con más de 26 millones de habitantes

Patricia Vargas

/ 26 de abril de 2024 / 07:26

Shanghái es una metrópoli de gran desarrollo económico en China, una de las pocas cuyo pasado aún no fue arrasado por el progreso. Una realidad que invita a recorrer sus calles históricas, las cuales conservan algo de su memoria heredada. Aun así, allí tiene lugar una vida citadina terriblemente activa, lo que hace que su tejido urbano esté en constante transformación.

Esta ciudad fue considerada en el pasado (1930) como el París del Oriente. Lo llamativo es que ese pueblo de pescadores, ubicado al medio de una marisma, fue transformado de puerto comercial y control del tráfico fluvial a una de las ciudades más importantes de China. Un lugar que se enriqueció gracias al comercio del algodón proveniente del interior.

Revise: Fragmentos de vida en la ciudad

Su historia es por demás singular y relata que los ingleses, al llegar en sus buques en 1842 —después de la primera guerra del opio—, redujeron los edificios públicos a cenizas y abrieron sus ricos graneros a la población. Y fue justamente a finales de ese siglo que los asentamientos internacionales, especialmente franceses, abarcaron más de 30 km² de territorio.

En la primera mitad del siglo XX, mientras China salía del dominio imperial, la ciudad de Shanghái vivió una doble realidad: como un rico centro comercial y como el foco de una serie de luchas políticas. En 1921, el Partido Comunista chino celebró su primer congreso, y dos años después Chiang Kai-Sheck ocupó Shanghái.

Fueron tiempos en que los obreros trabajaban en condiciones de explotación en las fábricas, durante 10 o 12 horas al día.

En 1948, con la liberación de Shanghái por parte de los comunistas, se anunció la llegada del nuevo tiempo para esa ciudad. En 2008 su población superó los 18 millones de habitantes, incluidos los tres millones de trabajadores itinerantes.

Lo interesante es cómo Shanghái evolucionó hasta el punto en que hoy es considerada una ciudad vibrante que permite a sus visitantes tres cosas: experimentar el ayer gracias a que conserva los rasgos de su pasado tradicional; vivir el presente que se destaca por la dinámica de su comercio; y mirar el futuro a través de sus grandes adelantos tecnológicos, como el tren de levitación magnética y sus rascacielos de línea contemporánea.

También resulta ineludible mencionar los bellos espacios urbanos que alberga Shanghái, como el famoso Jardín Yuyuan, que se remonta a la época de la dinastía Ming y cuenta con pabellones, jardines rocosos y lagunas de sublimes características.

Sin duda, Shanghái es una ciudad particular que supo mezclar la cultura en su cualidad proyectual y para ello construyó un rascacielos, el de Pudong, que resalta el centro urbano.

De esa manera, esa metrópoli de China —que en 2010 acogió la Exposición Universal— luce hoy un urbanismo del futuro. La ciudad conocida también como la “pieza estrella” de la economía china debido a su gran crecimiento, hoy compite para consolidarse como la urbe más grande de ese país.

Actualmente, Shanghái es la ciudad más poblada del planeta, con más de 26 millones de habitantes. Un destino turístico que destaca por monumentos como el Bund y sus calles cercanas al Área Sur que son parte de la vieja urbe, pero dentro de una imagen que exalta su progreso. Todo ello refleja un pasado histórico mezclado con una vida cosmopolita, que ha tenido el talento de entrelazar pasado, presente y futuro.

Así pues, esa gran metrópoli —núcleo financiero y punto de contacto con Occidente— muestra a otras ciudades del mundo la fuerza y la vitalidad urbana de su cultura.

(*) Patricia Vargas es arquitecta

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Fragmentos de vida en la ciudad

La Paz es una ciudad en la que suceden hechos distintos y en tiempos fragmentados

Patricia Vargas

/ 12 de abril de 2024 / 07:15

La ciudad es un espacio que lleva a diferentes mundos, donde la mirada del observador encuentra relatos que dan cuenta de realidades distintas en la vida de los habitantes. Esta última se halla entrecruzada por situaciones particulares, como es el caso de la población dedicada a la venta de productos singulares, a través del caminar por ciertos sectores de La Paz.

Otra forma de comercio que va acompañada por las gesticulaciones del vendedor y que tiene como característica el recorrido por la ciudad. Este tipo de venta se desarrolla en una especie de ritual, que resulta llamativo por la singularidad que tiene de transitar la ciudad de forma cotidiana.

También revise: La ciudad y el mundo del cine

Esos vendedores en movimiento —que transitan y se detienen en lugares estratégicos de calles, plazas y avenidas— no están a la espera de un comprador, sino que van en busca de él.

Un gran número de comerciantes ambulantes en La Paz se movilizan por los sitios más vitales, como la avenida Camacho, la plaza Murillo, la calle 21 de Calacoto, entre otros. Territorios que, precisamente por su afluencia, terminan siendo disputados por los vendedores.

Lugares que son elegidos, además, por ser los más efervescentes de la vida económica de los ciudadanos. Y es justamente eso lo que lleva al ofertante callejero a aprovechar esos sitios para la venta de sus productos, a partir de un permanente movimiento corporal.

En los últimos años, sobre todo desde la pandemia, ese tipo de comercio móvil es practicado con mayor frecuencia, pues responde a la necesidad de sobrevivencia de esa parte de la población. Una realidad de esta ciudad que además demuestra que la venta de ciertos productos tiene lugar en tiempos mínimos.

Así, La Paz es una urbe en la que suceden hechos en fragmentos de tiempo, lo cual es parte de su esencia y cotidianeidad. Sin embargo, también hay que reconocer que la población se siente agobiada por la presencia cada vez mayor de comerciantes que se asientan o deambulan por las vías. Por esa razón, se espera que dicha venta móvil no se amplíe, ya que el libre transitar del habitante correrá más riesgo que hoy con los puestos callejeros en las aceras.

Lo singular de este tipo de comercio móvil es que así como aparece, desaparece en cuestión de minutos, sobre todo cuando los funcionarios ediles salen a hacer controles sorpresa. Son, pues, presencias sorpresivas las que encontramos en nuestro andar por la ciudad y que nos llevan a pensar en cuán creativa es la gente para lograr vender en las arterias paceñas. Esta actividad, empero, podría resultar hasta peligrosa si este comercio se dedicara a expender sustancias nocivas.

Definitivamente, La Paz es una ciudad en la que suceden hechos distintos y en tiempos fragmentados, lo que demuestra la infinidad de realidades que habitan en su interior. Todo en el contexto de una situación económica deteriorada que hoy exige prontas soluciones.

La multiplicación del comercio informal y sobre todo ambulante no solo delata la situación económica agobiante de estos momentos, sino la fragmentación de una economía que hace visible la existencia de otras realidades lamentables que enfrentar, como la de aquella población a la que le urge una fuente laboral oficial y bien establecida.

Es evidente que La Paz nos presenta diferentes mundos. Ciudad hecha de distintas historias que relatan realidades que se desarrollan en un territorio siempre en disputa con los comerciantes informales, quienes están sitiando cada vez más esta ciudad.

(*) Patricia Vargas es arquitecta

Temas Relacionados

Comparte y opina:

La ciudad y el mundo del cine

Patricia Vargas

/ 30 de marzo de 2024 / 07:07

Desde su nacimiento el cine pareciera haber sabido aprovechar la vida urbana de las ciudades como el lugar significante donde se realizaban las escenas más ricas en contenido. Mucho más, las películas han aprovechado a la ciudad como el gran espacio escénico y para ello, los directores descubrieron sus potencialidades, sin olvidar aquellos lugares ocultos y de gran valor escénico.

De esa manera esos sectores urbanos —útiles para ser apropiados como grandes espacios escénicos—, pareciera que fueron los óptimos para sobresaltar los hechos que allí debían suceder.

Es evidente que la arquitectura ha jugado un rol fundamental en las películas, esencialmente cuando se presentaban las distintas tipologías espaciales urbanas de carácter hibrido. Mucho más sucede en la actualidad, cuyo interior de ciertas películas presenta un fuerte imaginario tecnológico digital.

Lo singular es como la vida en las ciudades, está expuesta en las historias fílmicas de gran prestigio, las cuales inspiraron a ser convertidas en tramas escénicas, por demás atractivas.

Por todo ello, el cine desde su nacimiento ha demostrado que es urbano por excelencia, el cual siempre ha utilizado ciertos espacios públicos, que colaboraron en el logro de una especie de teatralización de la vida cotidiana, sin olvidar a los habitantes que sirvieron no solo como parte del contexto escenográfico secundario, sino del relato de grandes historias fílmicas.

Existen ejemplos dentro de algunas de esas historias fílmicas que remarcan y resaltan los bellos entornos de las ciudades, los cuales imprimen un significado singular a sus historias. Lugares de estética y cultura sobresaliente, que colaboran en elevar el significado del contenido de sus historias, mucho más, hasta podrían convertirse en parte protagónica de estas últimas. Un ejemplo fue la película Muerte en Venecia. 

Lo particular es cómo en ese filme se olvida lo bello de Venecia. Relega el valor de la ciudad, las bellas obras de arquitectura y las de arte que tiene. Allí se muestra una playa que releva la temática de su historia. Mucho más, remarca el significado de la misma dentro de un hotel. Está basado en una historia de amor idealista e imaginaria, que es el fundamento de la misma.

Una película, por tanto, que omite el aprovechar en convertir a Venecia en el más bello escenario y de valores urbano arquitectónicos. Todo lo contrario, relata su historia dentro de un hotel y en playas, lo cual pareciera dar con ello mayor valor al relato romántico e imaginario.

Y con ello la trama de esa historia de un amor irreal e imaginario, pareciera buscar sensibilizar la problemática y elevar el sentido sensitivo de la misma.

Para terminar, es evidente que la cinematografía ha creado ciudades imaginarias; desde las digitales, las desérticas, las futuristas, donde la creatividad no deja de sorprender. Allí es donde muchas obras son creadoras de historias inimaginables.

Y para ello la complejidad de las urbes son bien aprovechadas por el ojo mecánico. Empero, en esta historia pareciera que privilegia el tiempo más que el espacio. El primero demostrativo de la vida de un personaje que vivirá sus últimos días de vida.

Muerte en Venecia es una representación de un libro escrito por Thomas Mann que recibió el premio de Cannes.

Para terminar, expertos como Burque afirman que las películas aportan visiones diferentes de la realidad que colaboran en ganar en perspectiva e imaginación. Elementos claves para la motivación a la creatividad.

Patricia Vargas es arquitecta.

Tabién puede leer: Lo que no se ve, ¿un problema?

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Lo que no se ve, ¿un problema?

En los últimos años, en La Paz se triplicó la construcción de edificios no solo en el centro

Patricia Vargas

/ 15 de marzo de 2024 / 09:56

Algo singular de las ciudades es lo subterráneo, que no solo acoge a ciertas funciones urbanas como la circulación de los trenes subterráneos en algunos países, sino también a diversas instalaciones de otro tipo de servicios.

Hoy nos referimos a este tema debido a las lamentables afectaciones que ha sufrido el sur de la ciudad de La Paz en las últimas semanas, lo cual debiera llevar a la revisión, en algún momento, del alcantarillado del centro urbano.

Lea también: La ciudad lineal, ¡un acontecimiento!

Es justamente de esto último que se conoce poco; es el caso de la reposición de conexiones de alcantarillado sanitario, pues muchos de los tubos colectores ya cumplieron su vida útil.

Esta situación se percibe en los olores que desprenden ciertos sectores del centro urbano, los cuales debieran llevar a su control, pues anuncian que allí algo está sucediendo. La salud y la seguridad de la ciudadanía así lo exigen.

Tampoco se debiera olvidar la revisión del buen funcionamiento de las distintas instalaciones de los edificios en altura. Para ello, valdría la pena controlar los lugares donde se ubican las centrales de conexión y el control de las redes de alcantarillado, gas e iluminación urbana.

En los últimos años, en La Paz se triplicó la construcción de edificios no solo en el centro, sino en sus barrios más alejados. Bloques de hasta 40 pisos que cuentan con un número importante de departamentos, oficinas y demás espacios funcionales, los cuales están conectados a las redes de alcantarillado externo y a la acometida de agua potable.

Dado ese crecimiento, el centro urbano paceño debiera tener una mayor atención en cuanto a los temas expuestos, ya que en el eje (Mariscal Santa Cruz y adyacentes) el sistema de la red de alcantarillado fue cambiado hace cuatro décadas. Pese a ello, se sigue construyendo, conectando o descargando aguas servidas al alcantarillado antiguo, el cual respondía seguramente a la dimensión requerida en aquellos años.

Lo preocupante es que esa tarea si bien fue prioritaria y para ese entonces preventiva, pareciera que posteriormente no contó con el apoyo de las reparticiones técnicas encargadas de esa especialidad. Posiblemente, porque no cuentan con los recursos para invertir en “lo que no se ve”. De ahí que la tarea de control, mantenimiento o cambios fue postergada en el tiempo.

Hay que recordar que las grandes edificaciones en altura hoy cuentan con un número mayor de 30 departamentos por bloque, sin olvidar las oficinas y demás espacios de equipamiento que poseen. Esos inmuebles se hallan conectados a las redes de alcantarillado externo y a la acometida de agua potable.

Debido a todo lo anterior, actualmente se triplicó el número de conexiones sanitarias y poco se conoce sobre los nuevos planes y programas referidos a la reposición de conexiones de alcantarillado sanitario, y menos sobre la ampliación de nuevas redes. Esto, aun sabiendo que muchos de los tubos colectores rebasaron su lapso de utilidad. Un cálculo que se basa en que el tiempo de duración, según expertos, es de 30 años.

Cabe mencionar que esta información fue consultada a expertos sanitarios, quienes señalaron que los colectores ubicados en las avenidas posiblemente ya colapsaron debido a que sobrepasaron su capacidad de evacuación.

Ante este panorama, se entiende por qué la atención de “lo que no se ve” siempre encuentra motivos para su postergación, lo cual podría llevar a que en el futuro se presenten más problemas de los que se registraron en las últimas semanas.

 El artículo no pretende alterar más a la población, todo lo contrario, busca que los expertos y responsables de las distintas instalaciones de esta ciudad se esmeren en el control y esencialmente el mantenimiento de las distintas instalaciones. Y con ello, evitar problemas a futuro.

(*) Patricia Vargas es arquitecta

Temas Relacionados

Comparte y opina:

La ciudad lineal, ¡un acontecimiento!

Lo peculiar de este momento es que la ‘ciudad lineal’ en Asia muestra una ruptura total con la ciudad tradicional

Patricia Vargas

/ 1 de marzo de 2024 / 10:50

La ciudad del futuro conlleva imaginarios que buscan convertirla en una gran metrópoli y para ello está abierta a nuevas propuestas conceptuales y espaciales. Mucho más, estudiosos señalan que la nueva ciudad del mañana estará conformada esencialmente por edificios, avenidas y grandes áreas verdes.

Una imagen que sorprende y cautiva porque se presenta como un gran remanso para la vida ciudadana. Sin embargo, también lleva a una interrogante: ¿todas intervendrán sus centros urbanos o los reducirán para su conversión en netamente informacionales?

Lea también: Dos ciudades, una historia

Innegablemente, las ciudades parecieran buscar hoy liberarse del pasado. Una realidad que se hace evidente, por ejemplo, en las megaciudades del Asia, que eliminaron la periferia para transformarlas en grandes espacios de crecimiento urbano.

Planificadores de estos tiempos aseguran que la ciudad contemporánea se está despojando cada vez más de la identidad, ya que ésta, con el tiempo, pareciera ser una limitante para su desarrollo. Asimismo, su centralidad evita la renovación, la expansión y cierra su proyección al futuro. Esto en el entendido de que toda identidad extrema obstaculiza el progreso.

Lo interesante es que los visionarios de la ciudad del futuro afirman que vivimos en un tiempo sin medida, esto es, el desarrollo cada vez más grande de las nuevas condiciones de la vida ciudadana.

Por todo ello, el mundo urbano pareciera hoy responder a la emergencia de la nueva sociedad, la sociedad red, característica de la era de la información y de la revolución de las tecnologías de la información y la comunicación.

Esto, porque son estos tiempos los que serán testigos de las profundas transformaciones de las ciudades. Una muestra de ello es lo que ocurre en las ancestrales urbes del Asia, que no olvidan fácilmente sus creencias y hábitos de vida; pero, con todo, hoy han sido transformadas en megaciudades.

Una realidad que no debe desmerecer a las ciudades del ayer, que tuvieron  su origen en un centro. Este fue convertido en histórico y de él nació la trama urbana o cuadrícula, que se expandió a través de un crecimiento ordenado, pero que determinó la desigualdad del valor de la tierra y la aparición —en nuestro caso— de las laderas.

Dado que la ciudad está cambiando, se construye la ciudad lineal al medio del desierto. Una urbe que ha eliminado toda centralidad y, con ello, toda identidad. Esto indica que las ciudades que deseen conservar sus centralidades no podrán responder a los nuevos tiempos y menos al “vivir conectado” que predomina en la actualidad.

De ahí que la ciudad contemporánea se transforma cada vez más, hasta el punto en que es altamente descentralizada y tiende a desdibujar lo funcional de los espacios de trabajo y los de residencia. Empero, con ello también nace el futuro de su nueva definición funcional.

Para terminar, es evidente que las megaciudades se van liberando de lo histórico y de los centros urbanos, para ir creando otros espacios de uso múltiple y de valor espacial. Una propuesta que terminará con la existencia de las periferias, pues las convertirá en verdaderas ciudades del mañana, donde lo informacional logrará transformar el sentido y significado de la vida del habitante.

Lo peculiar de este momento es que la ciudad lineal en Asia muestra una ruptura total con la ciudad tradicional. Es más, su nueva conceptualización y definición espacial pareciera estar llevando a la vida urbana, hacia la nueva era. ¡Un verdadero acontecimiento!

(*) Patricia Vargas es arquitecta

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Últimas Noticias