El peatón
Los peatones tienen que transitar muchas veces por la calzada, debido a la falta de espacio en las aceras
La nominación de La Paz como ciudad maravillosa logrará atraer a un buen número de turistas, porque querrán descubrir el porqué de ello. Y no cabe duda de que este desafío irá unido a la nueva gestión municipal, la cual seguramente necesitará replantear el funcionamiento de ciertos sectores del centro de la ciudad, el lugar más visitado y concurrido por todo turista. Aquello elevará también la importancia del peatón, ya que en la actualidad los turistas que nos visitan tienen que transitar muchas veces por la calzada, debido a la falta de espacio en las aceras.
En los últimos años, muchas metrópolis buscan la recuperación del valor y uso de las aceras, pues al necesitar la construcción de grandes autopistas conectadas entre sí, fueron matando de alguna manera la vida de aquéllas, tanto por el aislamiento de su población (solo en áreas de trabajo y de vivienda) como por el esparcimiento conectado dentro de espacios atractivos cerrados. Es decir, el uso de la ciudad fue desplazado a un segundo plano.
Exactamente lo contrario se observa en nuestra urbe, donde si bien hay un rico uso del espacio público de plazas y calles, especialmente en el centro paceño, en los últimos años los permisos para el asentamiento de puestos de venta se han excedido y hoy éstos son un verdadero problema para el tránsito fluido del peatón. Dos realidades distintas que requieren la reconquista del protagonismo de la movilidad peatonal y especialmente del uso de esas arterias para la circulación del visitante y el ciudadano de a pie.
En el primer caso, lo llamativo es que terminaron fundando una organización denominada ciudades que caminan, la cual defiende a ultranza el criterio de que “para hacer ciudad, es imprescindible caminar”, recordando que los peatones generan vida y riqueza a las ciudades, mientras que el parque automotor lo ha envenenado, según sus mensajes en las redes sociales. Esa especie de añoranza de la ciudad de ayer ha inspirado a poetas y escritores a denominar a las plazas y áreas peatonales como los lugares donde lo fugitivo, contingente y transitorio del encuentro dota de significación a la ciudad.
La Paz es una ciudad atractiva para cualquier turista, sobre todo por lo ecléctico de su área central, donde algunas obras de arquitectura de valor importante están presentes. Sin embargo, no faltan fragmentos de lugares donde la diversidad formal está representada por imágenes intercambiables que no dejan de ser atractivas. De esa manera, ese sector de “la ciudad de los edificios” es también peatonal por las dimensiones de sus avenidas y las aceras que las circundan. No obstante, es oportuno afirmar que el centro histórico requiere de la creación de nuevos lugares amables que no solo revitalicen el comercio, sino que sean de atractivo, por ejemplo, para el turista.
Una realidad irrefutable es que la dinámica de esta urbe ha llevado a que las políticas municipales se centren más en ofrecer mayor libertad de movimiento a los vehículos, olvidando a los espacios públicos de calidad y con accesibilidad universal para los peatones. Creemos que hoy la importancia de éstos invita a repensar en un nuevo reordenamiento de ciertos sectores del centro paceño.