Turismo comunitario
Estos proyectos ayudan a preservar y aprovechar los recursos naturales y culturales
En los últimos años, varias poblaciones rurales han decidido promover el turismo de sus regiones por cuenta propia con muy buenos resultados, ya que además de fomentar el cuidado del medioambiente, incide positivamente en los ingresos y en la calidad de vida de las comunidades involucradas. Todo ello en gran medida gracias a la implementación de programas de capacitación.
Por caso, cabe resaltar el programa “Rutas: Turismo Comunitario con Calidad Sostenible en América Latina”, que ha beneficiado a cerca de 350 proyectos de 17 comunidades rurales aledañas a tres destinos con alto flujo turístico: los lagos Imbabura (Ecuador), el Valle Sagrado del Cusco (Perú) y el lago Titicaca (Bolivia). En estos proyectos participan aproximadamente 3.380 pobladores, según datos proporcionados por los gestores de este programa: CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y la fundación española Codespa.
Según explica el director representante en Bolivia de la CAF, Emilio Uquillas, los emprendimientos que se gestionan bajo este modelo se cimientan en tres pilares: proporcionar una oferta de turismo rural comunitario (TRC) de calidad que cumpla con las expectativas de la demanda; comercialización sostenible, gestionada por las propias comunidades rurales; y alianzas público-privadas-comunitarias estratégicas, que generan mutuos beneficios y oportunidades de negocio.
Para tal efecto, a los pobladores se les enseña a llevar correctamente sus cuentas, disminuir los costos de operación, a tratar con excelencia y respeto a los clientes, y a manejar correctamente los residuos y la basura que se genera en este tipo de negocios, entre otras competencias que les han permitido mejorar su competitividad y articularse efectivamente con el resto de los actores, privados y estatales, que participan en la cadena turística
De acuerdo con datos del programa, gracias a este modelo, la duración de las visitas de los turistas a las comunidades y el gasto promedio en el que incurren durante su estadía se ha duplicado en el caso de Bolivia, de $us 7,18 por día a 14,91. Para Uquillas, estos proyectos pilotos exitosos, que ofrecen a los visitantes entrar en contacto con comunidades rurales que conservan su identidad cultural, ponen en evidencia el gran potencial detrás del turismo comunitario.
En efecto, además de acceder a un mercado internacional de turistas con alto poder adquisitivo, dispuestos a pagar altas sumas de dinero pues saben que además de recibir un buen servicio están promocionando el cuidado del medioambiente, este tipo de emprendimientos contribuyen a preservar y aprovechar los recursos naturales y culturales de manera sustentable. Encomiable labor que debería ser reproducida en otras regiones del país.