Voces

Thursday 30 May 2024 | Actualizado a 15:56 PM

Males de la burocracia

/ 11 de marzo de 2015 / 04:04

Una reciente investigación de la Vicepresidencia elaborada con el apoyo del PNUD señala a la burocracia como el principal obstáculo para el desarrollo de la industria minera en el país. De acuerdo con este estudio, los procesos de licitación, adjudicación y puesta en marcha de los proyectos no solamente son muy prolongados, sino también muy engorrosos. Además de este escollo, la investigación identifica varios otros factores que desincentivan la inversión y entorpecen la gestión de los emprendimientos que están operando en el sector minero: barreras al acceso de la tecnología, falta de personal calificado, restricción de capital y la estrechez del mercado boliviano.

Estas conclusiones coinciden de cierta forma con el informe “Doing Business 2015” del Banco Mundial, en el que Bolivia ocupa uno de los puestos más bajos a la hora de facilitar la apertura y funcionamiento de los negocios: 157 entre 189 países. Si bien las trabas burocráticas no son fáciles de superar, el primer paso para progresar en cualquier emprendimiento pasa por reconocer que existen aspectos que se deben mejorar. En este sentido, es de esperar que las conclusiones del estudio que aquí se comenta no pasen desapercibidas, y sirvan de base para identificar la mejor manera de avanzar para facilitar la apertura de nuevos proyectos en el país.

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El reconocimiento del Estado de Palestina

/ 30 de mayo de 2024 / 00:35

El pueblo palestino tiene derecho a la esperanza y el pueblo israelí tiene derecho a la seguridad. Ese es el camino hacia la paz. Ese es el camino para poner fin a la violencia permanente y al dolor sin fin entre pueblos llamados a vivir juntos. Además, como hemos podido comprobar desde los acontecimientos del 7 de octubre y los que siguieron, el riesgo de escalada regional es más real que nunca, con consecuencias geopolíticas, económicas y humanitarias imprevisibles.

Para asegurar la paz, España aboga por la solución de los dos Estados. Hacer irreversible esa solución es hacer irreversible la paz en la región y hay una forma de conseguirlo: reconocer a Palestina como Estado y como miembro de las Naciones Unidas.

(…) Este es el momento de hacerlo y España lo hará el 28 de mayo. Que la solución que todos reconocemos —un Estado palestino conviviendo junto al Estado de Israel, en paz y seguridad— se convierta en un hecho.  Que por fin la paz entre israelíes y palestinos se haga realidad.

El establecimiento del Estado palestino junto al Estado de Israel es, sin duda, una cuestión de justicia, pero también la única opción para la paz. El Estado palestino debe ser viable, unificando Gaza y Cisjordania bajo la misma Autoridad Palestina, con un corredor entre ambas y con salida al mar, y su capital en Jerusalén Este.

(…) El presidente Sánchez y yo hemos visitado la región en varias ocasiones desde el 7 de octubre. También hemos mantenido numerosas conversaciones con diversos socios regionales y hemos instado a evitar una escalada regional. España ha sido pionera en pedir un alto el fuego inmediato, la liberación de los rehenes y el suministro de ayuda humanitaria a los civiles que la necesitan. Por ello, hemos decidido reconocer al Estado palestino, porque es mucho lo que está en juego: paz, justicia, pero, sobre todo, esperanza y futuro. España va a reconocer al Estado palestino porque el pueblo palestino no puede estar condenado a ser un pueblo de refugiados, porque es la vía a la paz en Oriente Medio, porque es bueno para la seguridad de Israel.

(…) El Parlamento español instó al Gobierno a reconocer el Estado de Palestina el 18 de noviembre de 2014. Nuestra decisión también está profundamente arraigada en el seno de la sociedad española. El reconocimiento ha sido anunciado en varias ocasiones y es un compromiso irreversible de nuestro Gobierno. Además, España ha propuesto la celebración de una Conferencia Internacional de Paz en el más breve plazo, cuyo objetivo es avanzar hacia la materialización de esta solución. La Unión Europea ha hecho suya nuestra propuesta, y también lo han hecho la Liga de Estados Árabes y la Organización de Cooperación Islámica. En total, más de 80 países.

Y la mejor forma de proteger y de garantizar que se va a aplicar esta solución de dos Estados es admitir también al Estado de Palestina como miembro pleno de la Organización de las Naciones Unidas. Esto implica su reconocimiento por parte de todos, como lo han hecho ya la inmensa mayoría de sus miembros, y como lo va a hacer España.

(…) Cientos de miles de personas —familias enteras, niños— están, en estos momentos, privadas de alimento, de agua, de medicinas, de alojamiento ¿Cuánto más deben esperar?

Hay más de 100 rehenes en manos de Hamás. ¿Cuántos más días deben esperar ellos y sus familias para volver a casa? Desde aquel horrible 7 de octubre, la violencia se ha llevado la vida de 1.200 israelíes, de más de 35.000 palestinos. ¿Cuántas más vidas inocentes deben malograrse?

El pueblo palestino debe tener un Estado propio, y también el lugar y la existencia de Israel debe ser reconocido por todos aquellos que aún no lo han hecho. Es de justicia para Palestina, es la mejor garantía de seguridad para Israel, y es la primera y fundamental condición para un futuro de paz y prosperidad en la región. Y eso —paz, justicia, esperanza y futuro— son los valores que la comunidad internacional debe apoyar y defender. Son también los que guían el compromiso de España y lo que defendemos para Palestina: por la paz, por la justicia y por pura dignidad humana.

José Manuel Albares Bueno es ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación del Reino de España.

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Guerra

/ 30 de mayo de 2024 / 00:32

De todas es la peor, porque nombra la cloaca más infecta del alma humana, la profundidad más oscura y el verdadero misterio de nuestra presencia en la Tierra. La guerra no es en modo alguno invento moderno, es más: parece que se puede rastrear hasta la prehistoria; la crueldad tampoco, pues se ejerce desde antiguo con los y las enemigas. Hay doctrina, normas internacionalmente aceptadas (e igualmente vulneradas) y siglos de estudios y enseñanzas.

Es comunmente aceptado que las guerras entre humanos, o sus ancestros, se remontan a la prehistoria, existen hallazgos arqueológicos que sugieren enfrentamientos violentos en comunidades neolíticas. Sin embargo, se considera que la guerra entre los humanos de manera recurrente surgió con el desarrollo de sociedades más complejas y jerarquizadas, producto de la agricultura, la sedentarización y la aparición de la propiedad privada, y que provocó que la competencia por recursos, territorio y poder se intensifique.

La necesidad de tierras fértiles para desarrollar la recientemente adquirida habilidad de la agricultura está entre las primeras respuestas a la pregunta de por qué guerrean los humanos. Pero para que la competencia violenta por los recursos haya sido posible, seguramente tuvo que desarrollarse un entramado social con jerarquías sociales y asignación de roles diferenciados: no es lo mismo el gobernante (y su corte, antecedente lejano de la actual burocracia), que el general de ejército o el filósofo, por no hablar de quienes realmente ponen el cuerpo para que el trabajo de esos tres tenga efecto.

En ese tránsito hizo falta más que la sola necesidad de recursos materiales que estuvieran en poder del grupo opuesto: cada grupo tuvo que construir al otro a partir de una imagen deformada de sí mismo, un no-yo que retiene equivocadamente o injustamente algo que se necesita; y si no se necesita realmente, más razón para revestir el reclamo de ideología, de una imagen agrandada de sí, pero recubierta de miedo al otro, de desprecio al diferente, de odio a todo lo que no se parece a uno. Increíble lo fácil que parece incentivar este sentimiento.

Súmese al conjunto de factores propicios para la guerra el desarrollo tecnológico, desde la primera honda que sirvió para arrojar piedras con tanta fuerza que se podía derribar a un gigante, hasta naves no tripuladas que llevan una bomba atómica en su vientre, pasando por toda clase de armas de fuego, capaces de matar a decenas con una sola carga. De por medio, la inventiva no escaseó a la hora de diseñar crueldades para causar el mayor daño posible, desde violar y embarazar a las mujeres, hasta aplicar los más inverosímiles métodos para causar tanto dolor como sea posible. He ahí la verdadera diferencia entre cualquier otra especie y la humana.

Precisamente por eso, en el siglo XX, luego de uno de los peores horrores de la historia humana (hasta ese momento, porque en lo que va del siglo XXI, la cosa se ha agravado, aunque en formas en apariencia más sutiles —o menos brutales), se actualizaron los discursos y experiencias para dar vida a una robusta legislación internacional y toda clase de pactos, reunidas en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario. Grandes avances de la humanidad que han servido de casi nada para evitar la verdadera desgracia de la guerra: el genocidio. Ayer fue en el África, luego de Europa oriental, hoy es en Oriente Medio.

Da lo mismo si los perpetradores del horror viven el fin de sus días en una lujosa prisión holandesa, en un búnker donde se esconden de los enemigos o en un lujoso palacio construido con el dolor ajeno: el daño que se ha causado es imposible de sancionar, como imposible de reparar. La humanidad, al menos esa parte que no quiere la guerra, se aferra a la utopía de la justicia internacional, que tarda demasiado e inevitablemente llega tarde para evitar la desgracia.

Mientras tanto, seguimos recibiendo cotidianamente noticias del avance de la guerra, aquí o allá o en todas partes al mismo tiempo, y no pocos mensajes que glorifican a los ejércitos y su capacidad de matar en nombre de ideas e ideales profundamente corruptos y equivocados, pero que muchas y muchos siguen dando por buenos.

Claudio Rossell Arce es profesional de la comunicación.

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Mire la calle

Lucía Sauma, periodista

/ 30 de mayo de 2024 / 00:29

¿Cómo puede usted ser
indiferente a ese gran Río
de huesos, a ese gran Río
de sueños, a ese gran Río
de sangre, a ese gran río?
¿A ese gran río?

(Nicolás Guillen)

Mire la calle, pero véala de verdad, es decir quitándose la rutina de los ojos, unas veces se llenará de asombro ante tanta indiferencia, hay gente que llora y nadie le pregunta qué pasa, o si necesita consuelo o si quiere llamar la atención; ante otras, en cambio, se quedará quieto ante tanto despliegue de violencia, de gritos, de pelea. En las calles hay tanta gente con la mente fuera de este mundo, están en las aceras o cruzan las calles sin ver los semáforos o lo que pisan o lo que les rodea, tienen la mente en otro tiempo, en otro lugar y uno se pregunta cómo serían de niños, si tendrían una casa, una cama, un padre, una madre, si hubo un tiempo en el que iban a la escuela. Ahora de tan idos ni siquiera son mendigos.

Mire la calle, todo se vende, todo se compra, fruta, juguetes, ropa, verduras, dulces, audífonos, todo tipo de quimeras, hierbas para curar o para enamorar, recetas para hechizar, para llamar la plata, para comprar la casa. Cualquier lugar es bueno para improvisar un puesto de venta, para transportar una carretilla, no hay inconveniente si se estorba el paso, los transeúntes están acostumbrados, bajarán de la acera o saltarán por encima del puesto de venta, esquivarán el mantel tendido en la calle o lo pisarán, finalmente todo seguirá su curso.

Mire la calle, está atestada de gente, son ríos humanos, así son las avenidas del centro de nuestras ciudades, unos van y otros vienen, jóvenes, niños que a rastras siguen a los adultos, que de la mano los llevan quién sabe a dónde, los pequeños irán igual. Unos están más apurados que otros, caminan, corren, otros simplemente andan un poco sin rumbo, sin apuro o quizás con desgano, sabiendo que es mejor resignarse.

La calle, las calles están llenas de basura, hay quienes barren en la madrugada, pero al mediodía ya se amontaron las bolsas plásticas, los papeles que envolvieron comida, las cáscaras de frutas, miles de otras cosas desechables se acumulan, si hay viento varias de estas cosas se elevan, por un momento quedan suspendidas en el aíre y vuelven a caer justo en alguna de las cloacas embotadas.

Mire la calle, minibuses, colectivos, taxis, autos, van por las avenidas, las callecitas estrechas, sangran y desangran la ciudad, se amontonan, hacen mucho ruido, se persiguen, se entremezclan, avasallan, crean estrés.

Entre todo ese caos, de repente se escucha una voz pequeñita y dulce que canta la canción que aprendió ese día en el kínder y la calle se ilumina, por un momento deja de lado todo lo gris, uno se deja llevar por el sonido y aunque dure unos segundos tiene el poder de cambiar la soledad, lo gris, lo feo de la calle, aunque sea solo por unos segundos…

Lucía Sauma es periodista.

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La araña gigante

Sus personajes, seis en busca de una salvación, disparan rabiosos contra la ‘clasecita’ burguesa de La Paz

Ricardo Bajo

/ 29 de mayo de 2024 / 11:40

(“Siempre se llega virgen al dolor de la vida”, Marguerite Yourcenar)

¿Se puede publicar (post mortem) una novela que el autor no acabó? ¿Y si la familia lo autoriza? ¿Y si la noble tarea de rescatar una obra —y un escritor— es más que suficiente? El uruguayo-boliviano Sergio Suárez Figueroa (SSF) es el gran “tapado” de nuestra literatura. Y los chicos de La Mariposa Mundial (Rodolfo Ortiz, Omar Rocha y Alan Castro) han encontrado sus tesoros. Están decididos a recuperar del olvido a este charrúa nacido en Cerro/Montevideo hace un siglo. En 2014 publicaron su poesía completa y ahora se atreven con una de sus novelas, esa que en un principio se llamó Las noches y las voces y luego La araña gigante.

Consulte: Indagación de un padre

Se trata de una roman á clef, una novela en clave. Escrita en 1959 y “anunciada” en 1962; nunca se llegó a publicar. La araña gigante no es gran literatura pero se lee con curiosidad pues sus personajes son —hoy— buques insignias de nuestras letras y artes. Por ella caminan sin rumbo los Jaime Saenz, Óscar (Alandia) Pantoja, Édgar Ávila Echazú, Ismael Sotomayor, Fernando Medina y el propio Suárez Figueroa (Gervarsio, en la novela). SSF describe la bohemia/noche paceña de finales de los cincuenta. Más que por sus virtudes literarias, la obra atrapa por la construcción/nacimiento de un mundo marginal a partir de las andanzas de una dupla temible: Saenz (Jaime Stil) y el pintor Óscar (Alandia) Pantoja (Kolia, en la novela).

Stil es un poeta joven, místico. Vive con su madre obesa y su tía picada por la viruela. Viste un gabán, tiene ojos saltones ocultos detrás de unos anteojos y una cara redonda semejante a la de Orson Welles. Habla con “fuerte acento paceñista”. Su cuarto, dice SSF, es su propio autorretrato. En él, hay una pintura de Edgar Allan Poe y una foto de Thomas Mann. El joven bebe y mucho. Ora pisco, ora cerveza, ora chica. Va de maldito. Y de réprobo.

Es un enamorado/cultor del escondido inframundo paceño. En las caras de los vagabundos, en las espaldas/sacos de los aparapitas, en los cementerios y hornos de ladrillo, Stil descubre (como en los tapados) una religión perdida, unos seres mágicos y misteriosos. Saenz no ha escrito sus grandes obras todavía y Suárez Figueroa se adelanta para intuir su mundo en los tugurios más grises/tristes. Stil quiere “aprehender el soplo de lo divino” y SSF narra —por primera vez— ese deseo. Metafísicas palpitaciones. Intimidades espirituales.

La araña gigante se puede leer también como una crítica política/sociológica. Sus personajes, seis en busca de una salvación, disparan rabiosos contra la “clasecita” burguesa de La Paz. Se sienten enjaulados por las montañas, empequeñecidos por los cerros, atrapados por la malicia y la mezquindad de su clase social. Y putean contra el cuarto de hora de fama de la falsa aristocracia. Para no someterse a la tristeza, para olvidarse de las miserias, para no sentirse derrotados (aunque lo estén), chupan, escriben y pintan. La cura por el habla, decía Freud.

Cuando beben (sin importar el lugar; ora una chichería en las laderas, ora en un cafecito elegante), se creen el símbolo de una nueva generación, de una nueva cultura. Así se rebelan (o así lo sienten) contra la “repugnante pequeña burguesía”. Con el paso de las décadas, su obra será olvidada. O peor, será caricaturizada. Quedará la noche paceña. Y los de abajo, susurrados en días de delirium tremens bajo cielos horriblemente celestes.

Kolia, miraflorino afiliado al Partido Comunista, tiene la boca grande y torcida como el cómico Joe E. Brown. Padece el mal del excesivo talento, como Stil. Lee a Rolland y a Chéjov; y respira un existencialismo pesimista, como el resto de los personajes/cuates (todos misóginos, por cierto). Para espantar sus males, canta. “En una callecita, en un vallecito / vas con un trajecito verdecito / viditay, te añoro / estoy calladito”. Kolia no tiene plata para sus “pinturitas” y roba cuadros coloniales (ora un Greco, ora un Melchor Pérez de Holguín) que trata de vender a las embajadas extranjeras. Y cómplices.  

“Todos siguieron riendo”. Así termina la novela del uruguayo (uno de los primeros en deslumbrar en La Paz con la novedosa guitarra eléctrica de los años 50). “Ya veremos si la acabo o no”, dicen que dijo. Antes de la duda, SSF nos dejó legado hace medio siglo su particular descenso a los infiernos. Lo hizo —como sus personajes— para encontrarse a sí mismo. Ahora, los lectores (que encontramos solaz en los libros rescatados gracias al trío de La Mariposa Mundial) abrimos puertas inesperadas y nos topamos con ellos en el espejo. Han quedado para siempre anclados en una cantina popular, esclavizados por el trago. ¿Qué misterios había en sus vidas raras y locas, locas y raras?

(*) Ricardo Bajo encuentra solaz en los libros rescatados

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¿Dólar fuerte: deuda insostenible?

El grupo de países que más ha lanzado una ofensiva verbal contra el dólar son los BRICS

Gabriel Loza

/ 29 de mayo de 2024 / 11:26

Si a un anarcoeconomista le hablan de una economía que, entre 2022 y 2023, ha tenido un déficit fiscal en torno al 6% del PIB y una deuda pública del 97% del PIB, y que además se proyecta que tendrá una tendencia creciente y que en 2028 el déficit fiscal alcanzará el 6,4% del PIB y la deuda publica el 108,3% del PIB, tendría que aplicar inmediatamente la receta del FMI o de Milei, de recortar drásticamente el déficit fiscal y renegociar su deuda pública. El único problema es que no es cualquier paciente subdesarrollado, sino simplemente se trata del paciente que habla inglés: EEUU.

Lea: Las ‘anclas’ de Milei

En marzo de este año salió publicado el informe de la Oficina del Presupuesto del Congreso (CBO por sus siglas en inglés), el cual alerta sobre el peligro de los elevados déficits fiscales y el crecimiento acelerado de la desmesurada deuda pública de Estados Unidos. 

Según el informe, el déficit fiscal aumentaría significativamente del 6,2% en 2023 al 8,5% del PIB en 2054. Ese crecimiento es principalmente como resultado del aumento de los costos de los intereses, que suben de un 2,4% del PIB en 2023 al 6,3% del PIB en 2054 y también, en menor medida, de los déficits primarios que se mantienen en torno al 2,2 %.

La deuda en manos del público, impulsada por los grandes déficits fiscales, subiría de un 97% del PIB en 2023 a un 116% en 2034, y luego continuaría creciendo en una tendencia muy empinada, alcanzando el 166% del PIB en 2054.

El gran problema para la Oficina de Presupuesto del Congreso es que, a diferencia del FMI, alerta un peligro inminente para EEUU: “Esa creciente deuda desaceleraría el crecimiento económico, aumentaría los pagos de intereses a los tenedores extranjeros de deuda estadounidense y plantearía riesgos significativos para las perspectivas fiscales y económicas.”

Si se analizara a un país solamente con esos datos, yo por lo menos no compraría títulos de deuda emitidos por el Tesoro por los “aumentos de los pagos de intereses a los tenedores extranjeros”. Sin embargo, EEUU emite su moneda discriminadamente para las transacciones domésticas e internacionales, constituyéndose en la divisa por excelencia no solo para transacciones, facturaciones, emisión de deuda internacional sino como reserva de valor y su uso en las reservas oficiales de divisas.

Según datos del FMI, para el cuarto trimestre de 2023, el dólar se ha mantenido como moneda dominante de uso de reserva con un 58% del total de las reservas monetarias mundiales, aunque con una disminución de un punto porcentual respecto a 2021 (59,3%). Empero, si comparamos su peso con principios de siglo, el dólar representaba el 71,1% de las reservas monetarias oficiales.

El euro continúa con un 20% de importancia, aunque con 0,5 puntos porcentuales menos que en 2021. Este peso se ha mantenido desde fines de 2000. Más lejos en incidencia están el yen (6%), la libra esterlina (5%) y el renminbi, con un 2% (mientras que en 2021 estaba con 2,7%), con similar importancia del dólar australiano y el dólar canadiense. En 2000, el renminbi no figuraba como moneda de reserva internacional.

Parte de las reservas mundiales en dólares están constituidas por títulos del Tesoro de EEUU y los inversores extranjeros poseen un tercio de los títulos del Tesoro en circulación. Sin embargo, esta tenencia de títulos disminuyó puesto que hace unos 10 años la participación era del 50%.

En el contexto actual de incertidumbre geoeconómica, que no se dio ni en la época de la Guerra Fría, la tendencia de varios bancos centrales ha sido aumentar sus tenencias en oro con precios crecientes de la onza troy fina, que han llegado hasta los $us 2.400. Así también Japón, que es primer tenedor de los títulos del Tesoro de EEUU en el exterior, a fines de abril habría vendido unos $us 35.000 millones en bonos estadounidenses, y las tenencias de deuda del Tesoro de EEUU de China, segundo tenedor, cayeron a $us 797.700 millones en enero.

El grupo de países que más ha lanzado una ofensiva verbal contra el dólar son los BRICS, que en la próxima reunión en Rusia, en octubre, “dará la máxima prioridad al programa de desdolarización y tomará medidas para reducir aún más la dependencia de la moneda estadounidense en el comercio transfronterizo entre las naciones”.

Sin embargo, de ahí a desdolarizar todas las transacciones hay un abismo. El gobernador del Fed Christopher J. Waller señala que “las investigaciones sugieren que los inversores extranjeros poseen aproximadamente la mitad del valor en dólares de los billetes estadounidenses en circulación”. Así, es muy probable que los asistentes a la reunión de los BRICS en Rusia lleven dólares en efectivo o en tarjetas de crédito.

(*) Gabriel Loza Tellería es economista, cuentapropista y bolivarista

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