‘Usos y costumbres’
La gran cantidad de subalcaldes que están siendo procesados en El Alto es preocupante
Representantes de algunas juntas vecinales de El Alto han decidido dar una dura batalla a las flamantes autoridades de ese municipio, en pos de decidir la designación de subalcaldes distritales a través de mecanismos que ellos llaman “usos y costumbres”, en contravención con la normativa, que faculta a los alcaldes designar a estas autoridades según su propio criterio.
Lo que empezó como una más de las frecuentes movilizaciones vecinales que vemos en cualquier ciudad boliviana, se ha ido magnificando, primero desde las movilizaciones vecinales, pasando por la toma de algunas de las instalaciones de las subalcaldías y, finalmente, con amenazas de paros y bloqueos. En no todas las zonas de El Alto los vecinos insisten en que sean las juntas vecinales las que designen a los subalcaldes. Al menos en los distritos 4, 6 y 7 se ha aceptado a las autoridades designadas por la nueva Alcaldesa.
En medio de este conflicto, muchos elementos llaman fuertemente la atención. Primero, la intensidad beligerante de las exigencias de algunos dirigentes vecinales; segundo, el pésimo desempeño de la mayoría de los subalcaldes designados en el pasado reciente por las juntas vecinales; y tercero, la persistencia de una lógica de cuoteo en el nivel local cuando en el nivel nacional se están realizando esfuerzos por reestructurar la institucionalidad política.
La creciente intensidad del conflicto es particularmente llamativa en un municipio que ha sido noticia sistemáticamente por la pobre ejecución de obras en los barrios y comunidades. Por caso, hasta octubre del año pasado la ejecución de la inversión en el municipio llegó solo al 26% del monto presupuestado. Siendo los subalcaldes los principales responsables de la realización de obras en los barrios, no parece tener sentido insistir en un tipo de selección que claramente no favorece la eficacia.
Por otro lado es importante recordar que, más allá de los aspectos relativos a la gestión, en El Alto, como en ningún otro municipio del país, la cantidad de subalcaldes que están siendo procesados por la Justicia es preocupantemente alta. Los presuntos delitos cometidos por estas autoridades van desde el uso indebido de bienes hasta el peculado en la función pública. Tal parece que los dirigentes vecinales que insisten en designar a los subalcaldes olvidan que tienen cierto grado de corresponsabilidad con las autoridades procesadas.
Finalmente, la actitud de los dirigentes alteños va en contracorriente de los mensajes expresados por el Presidente en los últimos días. Por un lado, en la posesión de las autoridades departamentales señaló su intención de trabajar con todos los gobernadores, tal como estipula el marco normativo e institucional autonómico. Por otro lado, en estos días hubo una clara señal indicando que el TSE no será sujeto de cuoteo de las organizaciones. ¿No son principios dignos de ser escuchados?