La salud del padre Mateo
La banal disputa mediática se resolvería si el padre Mateo enarbolara ‘10% del PIB para Salud’.
El padre Mateo está en intensa campaña. Quiere que el presupuesto para la salud, tanto en el nivel central del Estado como en las entidades territoriales autónomas, sea del diez por ciento. “10%”, escribe con tinta negra en las palmas de sus manos —e incluso en su calva cabeza— sobre un fondo tricolor. Y las exhibe donde puede. Está empeñado en recolectar firmas para respaldar una iniciativa legislativa. Y organiza nueve grandes caminatas a pocos días de la visita del papa Francisco a Bolivia.
La campaña del sacerdote ha provocado la reacción del Gobierno. “El padre Mateo miente: busca reducir el presupuesto, cercenar el derecho a la salud y matar a la gente”, acusó el Ministro de la Presidencia en conferencia de prensa, tras asegurar que el presupuesto asignado a salud en el Tesoro General del Estado es del 11,5%. “Padre, perdónalo porque no sabe ni lo que dice, ni lo que hace”, respondió el prelado también en conferencia de prensa. Y asegura que la cifra oficial es del 6,23%.
Así estamos: 11,5% para el sector salud según el Gobierno; 6,23% de acuerdo con el padre Mateo. Y en medio la campaña por el 10%. Si la cifra difundida por el ministro Quintana es correcta, el padrecito está promoviendo un presupuesto mínimo que ya ha sido superado, lo cual resultaría no solo “surrealista”, sino ridículo. Si en cambio la cifra manejada por el sacerdote es cierta, los que estarían haciendo el papelón son los ministros. ¿Quién miente? Ninguno. Están hablando de cifras diferentes.
En su campaña difundida por diferentes medios, el padre Mateo pide “10% del Presupuesto General del Estado para Salud”. Y demanda lo propio en el caso de los presupuestos de gobernaciones, alcaldías y de las todavía inexistentes autonomías indígenas. Según un comunicado oficial del Ministerio de Economía, la administración central destina el 17,9% para salud; las gobernaciones, 13,5% y los municipios, el 3,1%. En todos los niveles, pues, el presupuesto estatal supera el demandado 10%.
¿El padre Mateo tiene un problema de salud que le lleva a promover una campaña “a la baja”? Nada de ello. El prelado es más bien lúcido en sus cifras y fuentes (oficiales). Lo que pasa es que está confundiendo el porcentaje en salud y deportes del Presupuesto General del Estado (PGE), con el porcentaje con relación al Producto Interno Bruto (PIB), que ciertamente es del 6,23%, como agita en su campaña. La banal disputa mediática se resolvería si Mateo Bautista enarbolara “10% del PIB para Salud”.
Igual resulta curioso que el padre Mateo haya duplicado su aspiración en apenas tres meses. Hoy la saludable consigna, con mano abierta es del 10%. En marzo pasado era del 5%. ¿Qué pasó? No lo sabemos. Parece que una cumbre en Santa Cruz se dio cuenta de que con el 5% no alcanzaba. Pero el prelado va más lejos en su campaña: quiere una población no solo sana, sino también lectora. “Con salud se lee”, fue el lema con el que vendió 1.031 libros de su autoría en la Feria… ¡con el 10% de descuento!
El próximo 4 de julio habrá caminatas por el 10% (del PIB) para salud. Según el padre Mateo, esta demanda ya es de conocimiento de la cabeza de la Iglesia Católica. No en vano la movilización se hará como antesala de la visita papal. Pero el problema de fondo no es tanto la disputa con reflectores acerca de porcentajes; ni tampoco que, en un Estado laico, la religión sea una plataforma política; ni menos que el proyecto de ley del prelado haya sido apadrinado por asambleístas de la oposición.
Lo que de verdad está en el centro de esta cuestión es la vida de las y los bolivianos en un sistema público de salud que, por diversos motivos, pese al sostenido incremento de presupuesto en la última década, sigue siendo una lástima. “El tema salud, no me quejo, pero no estoy conforme con lo que hicimos hasta ahora”, dijo el presidente Morales, autocrítico, en su discurso de posesión el pasado 22 de enero. Los enfermos se quejan. El 11,5% no es suficiente.