¿Perderá Israel su momento?
Ciertamente la situación de Oriente Medio ha cambiado radicalmente, pero en favor de Israel
El nuevo gobierno de coalición de Israel, formado por la mayoría más pequeña posible en su parlamento, probablemente signifique que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, actuará aún con más cautela con la que ha procedido en el pasado. Esto es una tragedia, ya que Israel se encuentra frente a una extraordinaria oportunidad estratégica.
A primera vista parecería absurdo hablar con esperanzas acerca de las oportunidades para Israel. La región de Oriente Medio se encuentra en desorden, el radicalismo islam está invadiendo tierras que antes eran estables, Hezbolá y Hamas se encuentran activos y persiste el peligro nuclear iraní. Sumémosle a todo ello el repulsivo antisemitismo que aumenta cada vez más alrededor del mundo, tolerado y promovido en demasiadas comunidades musulmanas. Asimismo, parece un tiempo muy peligroso para el Estado judío. Esto mismo fue lo que Netanyahu insinuó al periodista de la cadena de televisión NBC Andrea Mitchell al explicarle, en medio de una entrevista, por qué había decidido dar marcha atrás en su apoyo para la consolidación de un Estado palestino. “Lo que ha cambiado”, dijo Netanyahu, “es la realidad”.
Ciertamente la realidad de Oriente Medio ha cambiado. Sin embargo, miremos más allá de los titulares. Si examinamos la situación más detenidamente, se puede observar que en realidad ha cambiado radicalmente en favor de Israel. En primer lugar, se puede apreciar la desaparición de la amenaza árabe. Desde su primer día de existencia, Israel ha enfrentado el peligro de extinción debido a los ejércitos árabes.
Ésta es la amenaza en contra de la cual el Estado judío se ha planificado, armado y entrenado durante la mayor parte de su vida nacional. No obstante, hoy en día esta amenaza ha desaparecido.
Los ejércitos de los principales adversarios estratégicos de Israel (Irak, Siria y Egipto) actualmente se encuentran desorganizados; mientras que las fuerzas armadas israelíes se han convertido en la superpotencia de la región, en una liga delante de todo el resto. Y más importante aún, Egipto, Arabia Saudita y los Estados más pequeños del Golfo se encuentran ahora en una alianza tácita con Israel en contra de Irán. Junto al general egipcio Abdel Fatah al-Sissi, Israel está interactuando con, probablemente, el presidente más anti-Hamas (y tácitamente pro-israelí) de la historia de Egipto.
Para comprender la profundidad de este cambio estratégico se debe tener en cuenta lo siguiente: se ha informado que los árabes están pensando crear una fuerza armada conjunta. Cuando eso ocurrió la última vez, en 1948 y en 1967, su propósito era borrar a Israel del mapa. Actualmente, su objetivo es luchar contra el mayor enemigo de Israel: Irán. Por esta razón, un comentarista del periódico israelí Haaretz observa: “Israel no solamente no está alarmada, sino que incluso se encuentra actualmente estática”.
En segundo lugar, los principales enemigos de Israel se encuentran presionados más que nunca. Irán y Hezbolá se han comprometido a defender al régimen de Bashar al-Assad en Siria, un desafío abrumador a largo plazo, dado que el Presidente sirio representa a los alautias, quienes conforman menos del 15% de la población de su país. Los informes varían dependiendo de cuán costoso ha sido este apoyo para Teherán.
El periódico The Economist estimó este apoyo en 15.000 millones de dólares, el equivalente al presupuesto total de defensa de Irán de cerca de un año. A su vez, Hezbolá se ha atascado en Siria, cientos de sus combatientes fallecieron allí. Es probable que el conflicto sirio continúe manteniendo ocupados y agotados a Irán y Hezbolá durante años. Es un problema muy severo, ya que el precio del petróleo ha disminuido, así como también los ingresos a Irán.
Al observar los conflictos en Siria, Irak, Yemen y Libia, es imposible no pensar que los principales enemigos de Israel, los chiitas y sunitas extremistas, se encuentran atareados matándose los unos a los otros. Por supuesto persiste el programa nuclear de Irán, a pesar de que actualmente se ha enlentecido significativamente. Sin importar los resultados de las negociaciones de Irán con Estados Unidos y las otras potencias occidentales, es grato recordar que Israel posee un poder nuclear disuasivo, que, según algunos, consta de aproximadamente 200 ojivas nucleares, muchas de ellas en submarinos. Por otro lado ha construido una muralla que redujo el impacto de los ataques terroristas contra Israel a prácticamente cero, y la Cúpula de hierro (sistema de defensa antimisiles) ha debilitado significativamente la amenaza de cohetes por parte de Hamas y de Hezbolá.
Además, la economía de Israel continúa avanzando en mayor proporción que la de los otros países de la región. Mientras sus ciclos de innovación y productividad tecnológica permanecen, el conocimiento de Israel es solicitado por países como China e India, que antes eran reacios a siquiera reconocer públicamente sus relaciones con Jerusalén. Así que, aunque enfrenta peligros reales, hoy en día Israel posee una política establecida para frustrar, impedir los problemas y defenderse con fuerza y efectividad.
Empero, el peligro para el cual no está protegido es el siguiente: continúa ejerciendo control sobre la franja de Gaza y la ribera occidental, tierras habitadas con aproximadamente 4,5 millones de personas que no poseen país ni voto. El sentimiento en Israel, que ahora gobierna el país, parece ser que si los problemas palestinos son ignorados, de alguna manera serán resueltos. Pero no lo serán, y resulta trágico que sea el momento, con tantos puntos a favor de Israel, en donde un liderazgo inteligente podría asegurar a Israel permanentemente como un Estado judío y democrático y hacer las paces con sus enemigos. Es una oportunidad de oro que se encuentra a la vista del primer ministro Netanyahu.