Un balance íntimo
En este año la literatura me ha vuelto a dar algunas sorpresas de las que puedo sentirme feliz
Todos los años, en estas fechas, comparto con mis lectores un balance íntimo. 2015 fue, en general, positivo para mi familia. En lo personal tuve desaciertos y aciertos y, como siempre, la literatura me ha vuelto a dar algunas sorpresas de las que puedo sentirme feliz.
En lo familiar, mi hija, Carmen Lucía, se graduó por excelencia de la universidad, y Luis Antonio cumplió su sueño de abrir una librería especializada en cómic. Brisa Estefanía volverá a México a ejercer la medicina, y Carmen, mi esposa, retomó sus clases en la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM) y recuperó el cariño de sus alumnos; mientras tanto prepara un nuevo libro. La mítica editorial Visor de España, reconociendo la necesidad de incluir poemas nacionales en su colección (el único país que faltaba), me pidió hacer una antología de la poesía boliviana del siglo XX, y así lo hice; los principales periódicos nacionales destacaron la noticia. Un suplemento cultural tituló “Por fin en el Parnaso”, usando un término que se refiere al monte habitado por las musas y que para los poetas significa haber llegado al lugar ideal. Elegí 31 poetas, 20 clásicos y 11 contemporáneos. Una revista argentina destacó la selección y los poemas incluidos. Cuando visité las ferias del libro de Buenos Aires y de Lima comprobé que allí, junto a las de otros países, estaba la de Bolivia, y varios amigos me han comentado que está en las vitrinas de las principales librerías del mundo y eso me hace sentir muy orgulloso de lo que hago. En la actualidad estoy trabajando en otras antologías a pedido de algunas de las mejores editoriales de Latinoamérica.
Este año doné muchos libros, me satisface haberlo hecho en la cárcel de Palmasola, que, según el pedido de una interna, no tenían nada para leer y pasar sus días en el encierro. Tuve el honor de apoyar a la organización de un homenaje al gran poeta Eugen Gomringer, creador de la Poesía Concreta, nacido en Cachuela Esperanza (Beni); un reconocimiento que ya se hacía esperar.
Este año publiqué mi poemario La luna entre las sábanas, cuyo contenido sensual y erótico fue muy bien recibido por el público, tal como me lo hicieron saber los lectores en las redes sociales.
Algunos de los textos que publico en estas redes tuvieron efímeros éxitos y me han ganado muchos lectores, de los cuales me enorgullezco. Dos de mis buenos amigos ganaron premios nacionales, Ramiro de la Vega obtuvo el Premio Nacional de Grabado y Daniel Averanga, el Marcelo Quiroga Santa Cruz de novela; a su vez Rodrigo Urquiola ganó el segundo lugar del Concurso de Cuentos y Poesías Prêmio Catarâtas de Brasil. El Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez fue otorgado a Magela Baudoin, y los galardones que ganaron Giovanna Rivero y Liliana Colanzi hizo de 2015 el año de las escritoras bolivianas. Por lo demás, el horóscopo del almanaque pintoresco Bristol me aconseja que para 2016 cuide mi salud y que me concentre en el presente. Así lo haré, intentando mejorar en lo espiritual.