Breverías y braverías
El aforismo es hijo de la imaginación. Y la imaginación sirve para vestir a la verdad desnuda
En enero de este 2015 salió a venderse en México mi libro Breverías, titipuchal (montonal) de aforismos, más de 2.000 frases teñidas de humor que van y vienen por calles de doble sentido. ¿Y cómo van a curar a los locos si no les dan la razón?
Es un volumen coeditado con el diario La Jornada y que presenté 21 veces durante el año en universidades, casas de cultura, plazas y parques habilitados por la sociedad civil, cantinas, sedes de partidos, asilos, foros, hospitales, congresos sindicales, etceterapia. Y ya preparo otro que saldrá en Bolivia el próximo año. Será el cuarto al hilo. Vale decir que este diario, La Razón, editó el segundo en 2005. Hay que ser más Potosí y no tanto potonó.
Invento aforismos a la menor provocación, en el aire de cualquier circunstancia, “ese mundo en cuanto mundo de alguien” que dice el diccionario. Bolivia lanzó un SOS en La Haya. Chile soslaya.
Como periodista me paso la vida recopilando decires de la gente común, y como humorista les pongo afeites, tintes y peinados para que vuelvan al vulgo y se luzcan como breverías, neologismo de mi invención. El aforismo no es vulgaridad ni grosería. Es hijo de la imaginación. Y la imaginación sirve para vestir a la verdad desnuda. Se ruega a los curas pederastas no confundir grey con gay.
Empecé a inventar aforismos hacia 1965 en Olla de Grillos, un programa de humor político por radio Altiplano de La Paz que pretendía trocar en dictaburla la dictadura del general Blablablarrientos. Esa semanal aventura de corte suicida sobrevivió a los presidentes militares Ovando y Torres, a los que apoyé, pero terminó de golpe con la sangrienta asonada del general Bang bang en agosto de 1971.
Se dice que el oficio más antiguo es la prostitución, pero yo creo que es la sobrevivencia. La sobrevivencia enseña a resistir para que la vida no se prostituya. Y un arma de la resistencia es el humor. ¡No se duerma! ¡Cúrese del insomnio!
Y antes de irme de esta columna con el Año Viejo quisiera alertar sobre la campaña que en 2016 iniciará la cadena yanqui CNN contra Bolivia y el proceso de cambio. El presentador Fernando del Rincón, quien usa el micrófono como cachiporra y convierte entrevistas en interrogatorios, inició la invectiva por órdenes del imperialismo para solaz de la derecha libre pensante de nuestro país, contenta ella con lo que pasó en Argentina y en Venezuela. Al provocador Del Brincón (está al brinco para atacar) seguirán, sin duda, otros “analistas” cenenéicos. En posiciones y deposiciones, cada quien su esfínter.