Integración fronteriza
Estos dos puertos podrían constituirse en un megapuerto chileno-boliviano en la zona de Arica
Nuestro embajador en el Perú, don Gustavo Rodríguez, ha efectuado últimamente importantes declaraciones sobre la planificación de obras que integrarán más a Bolivia con Perú. Él ha mencionado tres principales: la primera, la carretera de Tacna a La Paz, la cual se espera que se concluya, por lo menos en el territorio peruano, a fines de 2017. Es menester señalar que dicha carretera fue una esperanza de los pueblos paceño y tacneño desde los años 70. Se llegó a suscribir actas entre los prefectos de La Paz y Tacna a fines de los años 80 y principios de los 90. La trayectoria ya estuvo trazada en esa época, y contemplaba la ruta de Tacna a Collpa, Santiago de Machaca y La Paz. En la planificación binacional se debería también incluir la carretera de La Paz a Charaña, la cual ya está vinculada desde esa localidad a Tacna, con una buena carretera. Además, esta vía estaría incluso ligada a Arica, y en consecuencia, tendría gran valor estratégico.
El embajador Rodríguez también destaca la posible construcción del corredor ferroviario bioceánico Brasil-Bolivia-Perú, el cual llegaría hasta el puerto de Puno. Dice que este proyecto había recibido el respaldo de los gobiernos regionales del sur de Perú. Pero sabemos que la construcción de tan gran obra no es tarea fácil, ya que Perú y Brasil se han puesto de acuerdo para construir el tren transcontinental que uniría a esos dos países, sin que atraviese por Bolivia.
En verdad era imposible que el Brasil y Perú, que son fronterizos, hubiesen aceptado que una línea ferroviaria tan costosa, concebida para movilizar miles de toneladas de carga, pasase por un tercer país, ajeno a ellos. Además, hay que agregar que Bolivia está considerada como una de las naciones más inestables del continente, donde surgen huelgas, paros y bloqueos en forma constante.
Pero además, para ejecutar este proyecto se deberá superar un gran escollo: la imposibilidad de construir un ferrocarril internacional desde Bolivia a través de Tacna hasta Ilo sin la aquiescencia chilena. Se debe recordar que en el Protocolo Complementario al Tratado de Lima de 1929 se determinó no solo el previo acuerdo de Chile y Perú para la cesión de ese territorio a una tercera potencia, sino también para “construir, a través de ellos nuevas líneas férreas internacionales”. Por tanto, el mentado ferrocarril transcontinental, luego de pasar de Santa Cruz a Cochabamba, no podría continuar la vía hacia el mar, sino que deberá subir a La Paz, y de allí continuar hacia el río Desaguadero, Puno e Ilo; es decir, una ruta muchísimo más larga.
La tercera obra sería la modernización del puerto de Ilo. Lamentablemente ése es el peor puerto internacional que posee el Perú. Cuando se determinó la privatización de los puertos peruanos, el único que no fue adjudicado fue precisamente Ilo, el cual ha quedado bajo la ineficaz administración estatal. Al respecto cabe la pregunta: ¿si se cree firmemente en que Chile tarde o temprano nos concederá una salida al mar por el corredor al norte de Arica, el cual ya nos fue ofrecido en varias oportunidades, entonces para qué preocuparnos de Ilo y gastar nuestro dinero en habilitarlo si luego tendríamos un puerto propio?
En el futuro, cuando se haya solucionado el problema marítimo nacional, entonces sí podríamos concebir la posibilidad de instalar un corredor ferroviario transcontinental desde Brasil, cruzando Bolivia, hasta el puerto de Arica y también al puerto boliviano. Estos dos puertos podrían constituirse en un verdadero megapuerto; y, de este modo, el Brasil podría contar con dos corredores ferroviarios para sacar sus millones de toneladas de grano por el océano Pacífico, uno hacia el norte peruano, y el otro hacia el megapuerto chileno- boliviano de la zona de Arica.