Pliego petitorio
Es evidente que la COB necesita ampliar su visión respecto a la política laboral en el país
La Central Obrera Boliviana (COB) hizo público su pliego petitorio correspondiente a la gestión 2016, y en esta oportunidad el documento sindical pone énfasis en tres factores: la estabilidad laboral, el incremento salarial y la generación de empleo. Se trata sin duda de temas complejos que necesitan ser tratados con “pinzas”, dejando de lado las “hoces y martillos”.
El petitorio destaca algunos problemas “dramáticos” por los que estaría atravesando la clase trabajadora, como los despidos que se van sucediendo en el sector minero, debido a la caída de los ingresos de las empresas, lo que se traduce en la rescisión de contratos con los trabajadores del barreno. También realza la necesidad de establecer un incremento salarial de acuerdo con el “costo real” de la canasta familiar, que a criterio de la COB no es el 2,9% de inflación registrada en 2015 y anunciada de manera oficial por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, sino que estima una cifra mucho mayor. Y en cuanto a la generación de empleo, existe un clamado para que la inversión pública sea el catalizador que genere nuevas oportunidades de trabajo para quienes cada año ingresan al mercado laboral.
Si bien todas son aspiraciones legítimas que deben ser atendidas con eficacia por parte de las autoridades gubernamentales, la solicitud de los trabajadores sindicalizados nuevamente adolece de una perspectiva más estructural respecto a la problemática del empleo en Bolivia.
Primero, con la derogación del Art. 55 del DS 21060, que daba amplias facultades a los empleadores para despedir a sus trabajadores sin ninguna restricción, hoy impera la estabilidad laboral, medida que afecta la productividad del trabajo en las empresas, pues las obliga a mantener personal que ha dejado de contribuir a la estructura productiva. Asimismo, la COB, junto al Gobierno, debería velar para que la estabilidad laboral se aplique tanto en el sector privado como en el público (por cierto, cuando se despide a funcionarios públicos, el ministro del ramo no marcha junto a ellos para que se los reincorpore).
Segundo, el incremento salarial esperado por la COB no considera factores como la cualificación del recurso humano o su aporte efectivo a la organización para que genere valor, y solo contempla un criterio básico y plano como el índice de inflación, cuya estimación oficial incluso es cuestionada.
Tercero, la COB exige generación de nuevas fuentes laborales a partir de la inversión pública, sin embargo, no considera que tal inversión es intensiva en capital, siendo la generación de mano de obra un elemento secundario cuando la creación de empleo se encuentra en los sectores de transformación de la pequeña y mediana empresa, que por cierto es la más golpeada por las fiscalizaciones tributarias, aduaneras y regulatorias. Por todo lo señalado, es evidente que la COB necesita ampliar su visión respecto a la política laboral en el país.