Estafas
Las estafas más frecuentes están relacionadas con transacciones inmobiliarias.
Según alerta una nota publicada el miércoles en este diario, en el país las estafas están a la orden del día. Por caso, tan solo en la sede de gobierno se registran 40 denuncias de este tipo a la semana. Si bien los engaños se actualizan y están vinculados con muchos rubros en los que hay dinero por detrás, los más frecuentes se relacionan con transacciones inmobiliarias.
En efecto, a la FELCC llegan denuncias de estafa de todo tipo, desde personas que ofrecen elevados intereses y “garantías reales” a cambio de un préstamo, pero al final huyen con el dinero sin dejar rastro; pasando por intermediarios que comprometen la participación de grupos musicales de renombre en fiestas patronales, previo pago del 90% de los honorarios de los artistas, pero que nunca llegan a presentarse; el robo de datos personales por internet para acceder a cuentas bancarias; y hasta cuentos del tío de toda laya, que con la llegada de la red de redes se han globalizado.
No obstante, las estafas inmobiliarias siguen siendo las más frecuentes en el país, siendo dos las principales modalidades en este rubro. Por un lado, desde hace varios años operan redes criminales que a través de anuncios en prensa o redes sociales ofrecen en anticrético viviendas que no son de su propiedad o están alquilando, pero cuentan con documentos fraguados que así lo afirman. El precio ofertado suele estar por debajo del promedio. Ello con el fin de engañar en poco tiempo al mayor número de clientes posible. Una vez que la víctima desembolsa un anticipo, por lo general el 50% del total, los estafadores inventan excusas para postergar la entrega del inmueble, lapso que es aprovechado para engañar a más personas. Cuando la situación se vuelve insostenible, huyen con el dinero de las víctimas.
Otra de las formas de estafa inmobiliaria cada vez más recurrente es la preventa falsa de departamentos. Para tal efecto los delincuentes crean empresas constructoras fantasma e incluso alquilan oficinas para dar más credibilidad a su negocio. Con esta fachada ofrecen departamentos en venta que están siendo construidos por otras compañías o que aún no están siendo edificados en predios vacíos bien ubicados, a precios bastante menores en comparación a las viviendas terminadas. Y al igual que en el caso anterior, los delincuentes estafan al mayor número posible de ciudadanos y huyen cuando la situación se vuelve insostenible.
En ambos casos los afectados no solo pierden sus ahorros, sino que incluso muchos contraen deudas para completar la transacción inmobiliaria; y si bien en varias ocasiones la Policía ha logrado aprehender a los responsables, éstos prefieren permanecer algunos años (hasta cinco, según señala la norma) en la cárcel antes que devolver el dinero estafado. Por éstos y otros motivos, la Justicia no se puede mostrar indolente con este tipo de delincuentes, que muchas veces truncan proyectos de vida.