‘Brexit’
Las facciones más extremistas del planeta se han apropiado de esta ‘victoria’.
Las últimas horas estuvieron cargadas de tensión, incertidumbre y por último asombro por el resultado del referéndum en Gran Bretaña sobre su permanencia o no en la Unión Europea. Al final ganó la salida y a partir de ahora quedan dos años para materializar el desarraigo británico del bloque europeo al que perteneció por más de 40 años, con repercusiones aún no previstas.
La primera baja del brexit fue la dimisión del primer ministro, David Cameron, quien anunció su alejamiento en octubre, alegando que hacen falta nuevos liderazgos para enfrentar la etapa que viene y que no le correspondería llevar a cabo la salida británica, toda vez que fue un ferviente partidario de la continuidad anglosajona en el bloque europeo.
Como era previsible, además de sacudir la política británica, las ondas telúricas de esta determinación se sintieron fuertemente en el ámbito económico. Las bolsas de valores en todo el mundo colapsaron y los principales índices perdieron hasta el 12% de su valor, tal como ocurrió por ejemplo en España y en otras latitudes. No cabe duda de que el brexit provocó un “tsunami” financiero, cuyas repercusiones aún no están del todo claras. Además, el desplome de la libra esterlina está presionando a otros países a devaluar sus monedas, con el propósito de evitar la pérdida de competitividad en la comercialización de sus productos, fenómeno que tarde o temprano afectará, en mayor o menor medida, a todas las economías del orbe.
De esta manera, el brexit puede ser leído como una primera llamada de alerta a los proyectos de integración regional, y posiblemente se trate del primer quiebre de un orden globalizador que ha puesto en escena la necesidad de pensar en nuevas formas de asociación entre países.
Por otro lado, lamentablemente las facciones más extremistas del planeta se han apropiado de esta “victoria”. Con ello, las corrientes populistas que defienden los derechos de los habitantes naturales de un territorio a través de políticas que restrinjan los flujos migratorios se han visto reforzadas. Tal es el caso del candidato republicano Donald Trump, quien festejó lo sucedido en el Reino Unido con tales argumentos.
De igual manera han comenzado a escucharse voces en contra de la integración de parte de los ultraconservadores franceses, italianos, escoceses, irlandeses, daneses y holandeses, quienes, a partir de este suceso, iniciarán solicitudes de consulta popular al interior de sus países y someterán al escrutinio popular la continuidad de sus países en la Unión Europea.
Estos pedidos no son sino síntomas de la emergencia de brotes populistas e independentistas en el Viejo Continente, que pretenden vulnerar el bloque europeo, como respuesta a la política del bienestar propiciada por la integración europea durante las últimas décadas, que va más allá de una unión económico-comercial.