‘Ser misericordioso’ se dice ‘khuyapayaña’ (pcd-iv)
Para responder, el Gobierno debe tener ‘misericordia’, que según el Papa es el rasgo más profundo de Dios.
Ojalá lean esta columna Evo Morales, David Choquehuanca y otros aymaras y quechuas en alta función de Estado. Es un intento más de ablandar sus entrañas andinas ante la situación de las personas con discapacidad (PCD) movilizadas en La Paz desde hace más de dos meses con una persistencia ejemplar. Han muerto ya cinco personas con discapacidad en todo el país en diversas circunstancias, como antes morían los cocaleros.
Hablé ya antes de esas PCD (LR 10 de abril y 22 de mayo; P7 17 de abril). Pero Evo y el Gobierno ni siquiera aceptan discutir su punto más sensible de la renta mensual por considerarlo “no sostenible”; se fijan solo en otros 42 puntos legales, la mayoría ya normados desde antes pero no cumplidos. En otro texto publicado en La Razón ya insistimos, con Adrián Pérez, en el Art. 2 del DS 29608 (de 2008), una solución estructural aún poco cumplida, que manda que las empresas públicas reserven el 4% de sus empleos para las personas con discapacidad. Y entre tanto, ¿cómo sobrevive cada mes la mayoría?
Las personas con discapacidad llaman a esa renta mensual el “punto 43… para una vida digna” y a ella dedicaron el himno con que “caminaron” (en silla de ruedas) hasta La Paz. Algunas PCD exageraron en algún momento sus expresiones agresivas; ya lo reconocen y flexibilizan también su demanda 43. Aunque “discapacitados”, muestran gran capacidad de insistencia, y ya a principios de junio expresaron su disposición para negociar con las autoridades los alcances de ese punto 43 del que el Gobierno no quiere ni hablar…
Para responder a ello el Gobierno debe tener “misericordia”, que según el papa Francisco es el rasgo más profundo de Dios. En aymara diríamos khuyapaya-ña y en quechua, khuyapaya. Khuya es un radical verbal que significa “compadecerse y amar de manera ‘entrañable’”. El sufijo verbal paya añade “una y otra vez”. Khuyapaya es, por tanto, “compadecerse y amar desde las entrañas, una y otra vez”. En lenguaje bíblico sería “compadecerse, amar y perdonar entrañablemente 70 veces siete”, es decir, siempre. El sufijo final -ña (o -y en quechua) es para el infinitivo y nombre verbal.
En aymara la sede de todo lo entrañable, lo visceral, es el chuyma (lit. “pulmones”, sede de la respiración); y no el lluqu (corazón, que es solo la válvula que bombea la sangre). Tal vez es así por la importancia vital de los pulmones en quienes viven con frecuencia a más de 4.000 metros de altura, como en la joven ciudad de El Alto, llena de aymaras, a 4000-4.300 msm, colgada entre el vasto altiplano aymara y la hoyada, donde está su ciudad gemela y contigua de La Paz, sede de gobierno, superada
en población por El Alto, ya la segunda del país, tras Santa Cruz.
Evo (PCD temporal), David, ante la insistencia reiterada (paya) de las PCD, ¿cómo deben responder ustedes? No ignorándolos hasta que se cansen, como si fueran enemigos, sino “khuyapayándoles” una y otra vez, desde ambas partes, hasta encontrar juntos y de forma amigable una solución que, cediendo algo en ambos frentes, compense a unos y otros en un ambiente de mutua comprensión, dentro de lo factible y sostenible en el tiempo, sabiendo que las personas con discapacidad están también dispuestas a dialogar y negociar. Con ello, se desbaratará de paso un argumento que ahora favorece a la oposición contra el Gobierno, aprovechando esa su terquedad en ni siquiera incluir el tema ni menos a Evo. Sin negar a la vez la búsqueda eficaz de soluciones más estructurales, estaría ya sobre la mesa de negociaciones cierta apertura para discutir también qué renta y con qué monto para cuántas y cuáles PCD más necesitadas, para que pronto tengan ya una “vida digna”.