Víctor López Aguilar
He aquí un capítulo que no conocía el público sobre la titulación del antropólogo Víctor López.
Me dio mucha alegría que algunos periodistas se hayan interesado en saber quién es Víctor López Aguilar (destaco el titular del periódico Extra del 7 de julio y una entrevista en el canal red Uno, entre otros), otrora estudiante aymara de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y ahora licenciado en Antropología por la indicada universidad. Los medios de comunicación destacan a Víctor López como ejemplo de quien apuesta por el estudio para la superación personal, sin importar la edad (López tiene 75 años). Fui parte del tribunal de defensa de su tesis, titulada Hábitos alimenticios de la excomunidad de Qalaqutu, actual zona de Calacoto, ciudad de La Paz; pero en el proceso sucedieron varias circunstancias que no salieron a la luz pública, y me parece trascendental testimoniar acerca de ellas porque explica mejor la lucha académica de Víctor López.
Luego de recibir la versión corregida del borrador de tesis, se presentó un problema de fondo: el tesista es de origen aymara con dificultades para expresar claramente sus ideas en castellano, que es su segunda lengua. Estábamos frente al problema de la glotofagia o el dominio de la lengua castellana sobre el aymara, aunque en términos formales los idiomas originarios tienen el mismo rango que la lengua de Cervantes, según la Constitución Política del Estado Plurinacional de 2009.
Ante esta eventualidad conversamos con Víctor, y él me manifestó que si la carrera de Antropología le daba la oportunidad de defender su tesis en aymara, estaría encantado y sería una gran oportunidad para explicar mejor el tema estudiado, que es una mezcla entre experiencia vivida y una reflexión académica sobre la misma.
De acuerdo con las reglas académicas de la UMSA sobre la defensa de tesis, Don Víctor López debía someter al lenguaje académico escrito y predominantemente en castellano. Consideré que, con esa lógica, López siempre iba a salir perdiendo, pues el conocimiento, la experiencia y la investigación realizada por él no encaja con los cánones tradicionales académicos de la universidad. Por las consideraciones anotadas en mi informe a la Dirección de la carrera sobre la mencionada tesis, sugerí considerar el caso y buscar soluciones a este problema académico y de conocimientos, por la vía del derecho que tienen las personas pertenecientes a algún pueblo indígena de nuestro país, en este caso, aymara. En suma, solicité al director y al consejo de carrera que el conocimiento y la reflexión de Víctor López puedan ser reconocidos mediante la habilitación a la defensa tesis y que ésta se desarrolle en aymara. Mi sugerencia no pretendía excluir la rigurosidad de la investigación, simplemente que la academia tradicional reconozca otras formas de conocimiento, investigación e incluso de metodología existente.
Pero paralelamente otro colega que también formaba parte del tribunal de evaluación se explayaba con informes en contra de la investigación y prácticamente desahuciaba su defensa, porque no cumplía los requisitos académicos occidentales, a pesar de que él era especialista en antropología educativa. A raíz del fallecimiento del colega, el consejo de carrera tuvo que nombrar otro miembro del tribunal, quien entendió perfectamente el trabajo de investigación de Don Víctor, lo que permitió la habilitación y posterior defensa de su tesis. He aquí un capítulo que no conocía el público. El día de la defensa, le sugerimos a nuestro colega Víctor López que comparta con el resto de la comunidad académica el testimonio de su vida, labor que hoy está en manos del Instituto de Investigaciones de Antropología. ¡Jallalla Tata Víctor López! Wali askiwa sarnaqawinaxa, amtawimaxa, ukhamaraki lup’iwinaxa. ¡Jallalla!