‘Curas casados’ gestan un movimiento social
El mismo Papa señaló en 2014 que ‘la relajación de las leyes del celibato es una puerta abierta’.
Estos últimos días estuvieron en varios medios de comunicación representantes de la autodenominada Iglesia Católica Apostólica Nacional Boliviana de San Carlos Duarte. Sus miembros aseguran que tienen una nueva manera de vivir el Evangelio junto a su familia, pues están casados o tienen pareja. También comentaron que tienen varias filiales, por ejemplo en la ciudad de Cochabamba, entre otras. Hoy todos ellos forman parte de una misión mayor cuya sede principal se encuentra en Brasil y se conoce como la Iglesia Católica Apostólica Brasileña (ICAB).
Al principio pensé que era la voz crítica de unos cuantos. Sin embargo, ingresando a varias páginas de internet me enteré que en el mundo existen cerca de 90.000 “curas casados”, de los que algo más de 6.500 son españoles, por ejemplo. Además, Europa es el continente donde más se aprecia la crisis del catolicismo. Al descenso de vocaciones sacerdotales se une una disminución del 9% de párrocos en activo, y el envejecimiento del clero restante, 66 años de media de edad.
Según los “curas casados”, han tenido que pasar algunos años antes de que puedan contar su verdad y alejarse de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Esta decisión personal no fue un impedimento para que puedan volver a celebrar misas. Al no tener capillas en las que puedan hacer estas celebraciones eucarísticas, decidieron acudir a los domicilios particulares de sus feligreses. Además, en estos días están realizando caminatas en diferentes barrios de la ciudad de La Paz, incluso están visitando casas particulares, en una tarea diferente a la que hacen los curas conservadores.
Su decisión no fue bien vista por representantes de la Iglesia Católica, quienes señalan que estos “curas casados” no están “reconocidos” y solo buscan “confundir a los fieles católicos en busca de tener un rédito económico”. A estos religiosos los llaman “curas chutos”, “curas rebeldes”, “falsos curas” y otras denominaciones, pero ellos prefieren llamarse “miembros de la Iglesia Católica Reformada” porque se consideran sacerdotes que rescatan el valor fundamental de la familia y predican con el ejemplo. Es importante recordar que en nuestra historia colectiva hemos escuchado frases como “la mujer del cura”, “los hijos bastardos del cura”, etc. que es una forma de decir que los sacerdotes también tienen familias, pese a que la Iglesia intentó mantener a estos clérigos casados fuera del escándalo. En palabras de los mismos “sacerdotes reformadores”, hay curas con familias que continúan dirigiendo parroquias, solo que son removidos para evitar cualquier indicio de sospecha. Los entrevistados cuestionaron que las normas de la Iglesia no se apliquen a todos por igual, a lo que tildan de “hipocresía”.
Ante la crisis del celibato, una posible solución sería el reconocimiento de los “curas casados”. Asimismo se podría abrir el sacerdocio a las mujeres. Ambas medidas permitirían ampliar la participación real de las personas en la fe católica.
Hay que recordar que el papa Francisco señaló en abril de 2014 que “la relajación de las leyes del celibato es una puerta abierta”, reconocimiento forzado por unas declaraciones previas de su Secretario de Estado que habían provocado un curioso sobresalto mediático sobre el tema.
Con tantos adherentes en el mundo y gran simpatía en la ciudadanía boliviana, está en ciernes la conformación de un gran movimiento social de carácter espiritual, cuyo propósito es el de quebrar viejas mentalidades que ya no son adecuadas para estos tiempos, y a la vez proponer otras formas del ejercicio del sacerdocio católico, basado en la familia real. Sería interesante que voces femeninas aporten en este reclamo por el ejercicio real de las mujeres en el sacerdocio.
Machaq tata kuranakawa uñstapxi, machaq amuyumpi, ukhamaraki machaq lurawimpi. Wali kusawa uka machaq thakhixa.