Bolivia en la ONU
Por esas y otras razones, no es, pues, menor la importancia de Bolivia en la ONU.
El presidente Evo Morales participó el miércoles por undécimo año consecutivo en el inicio de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, brindando un discurso en el que, además de enviar un claro mensaje a Chile, abogó por la eliminación del capitalismo y manifestó su preocupación por el calentamiento global, entre otros asuntos.
Desde el inicio de su primer mandato, el Presidente tuvo clara la importancia de participar en el principal foro multilateral del mundo, y en todo este tiempo, a pesar de las inevitables limitaciones propias de una misión permanente modesta (comparativamente, la representación boliviana es minúscula al lado de otras como las de China, Alemania, España o EEUU, por citar a algunas de las más grandes y numerosas) ha logrado posicionar el nombre del país en algunos temas de gran importancia en estos tiempos, además de participar como nunca antes en las actividades de la organización, como bien lo ilustra el hecho de que Bolivia haya presidido el Grupo de los 77 más China, o que vaya a ocupar durante dos años una silla en el Consejo de Seguridad desde enero de 2017.
El éxito de Bolivia en la diplomacia multilateral se explica en el hecho de que, en la ONU, Morales ha merecido reconocimiento por su liderazgo en cuestiones como los derechos indígenas y derechos de la Madre Tierra, temas de importancia crítica en todo el mundo y ahora más que nunca debido a los efectos del cambio climático. Amparada en la buena imagen del Mandatario, la representación boliviana no solo ha tenido una participación muy activa en todas las reuniones sobre cambio climático, sino que en la reunión de Río +20 logró incorporar en la agenda global el concepto de “armonía con la naturaleza”, un paradigma radicalmente distinto al desarrollo como lo conocemos hoy y que tanto daño causa al medio ambiente. Igualmente, Bolivia hizo importantes aportes en las conferencias de las partes que condujeron al acuerdo climático de diciembre de 2015 en París.
En materia de derechos indígenas Bolivia no solo ha tenido una muy visible participación en los debates previos y posteriores a la reunión anual del Foro Permanente para Asuntos Indígenas, sino que dio el ejemplo al adoptar en 2007 como ley nacional la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas aprobada ese año después de más de una década de debates en el seno de la ONU, y en esa medida es la referencia de otras delegaciones indígenas que participan en las reuniones globales.
Por esas y otras razones, no es, pues, menor la importancia de Bolivia en la ONU, y aunque las grandes potencias logran opacar, si no impedir, algunas propuestas innovadoras de los representantes bolivianos, es evidente que no se trata de una participación sumisa, señal también de que la posición boliviana en el escenario global es notable y respetable.