La trompeta de Trump
La victoria de Trump advierte al mundo que la hipocresía de lo políticamente correcto ha terminado.
Pasan los días y el planeta sigue cavilando por qué ganó Donald Trump la presidencia de Estados Unidos, siendo un personaje tan detestado por la prensa, las agencias encuestadoras, los gais y las lesbianas, las celebridades más notables, los banqueros de Wall Street, los intelectuales, los izquierdistas de todo pelambre, los conservadores melindrosos y el poderoso establishment washingtoniano. Pienso que es ocioso ocuparse de ese tipo de análisis que parece ser una terapia de grupo para consuelo mutuo de los perdedores. La respuesta es breve: Trump es un agente de la historia cuya victoria es el clarinazo de su trompeta para advertir al mundo que la hipocresía de lo “políticamente correcto” ha terminado; y que la crisis del multilateralismo llama a cada país a asumir sus propias responsabilidades en el marco de una interdependencia de soberanías de cada Estado-nación. Dentro esta tendencia aislacionista, examinaremos los desafíos que debe enfrentar el presidente Trump en su política externa.
Inmigración: la retórica electoral se enfrentará a los procedimientos parlamentarios que frenarán cualquier decisión brusca acerca de la expulsión de 11 millones de indocumentados. La edificación de un muro en la frontera con México tropezará con parecidos obstáculos.
Irán: aunque dijo que el Joint Pomprehensive Plan Of Action (JCPOA), impulsado por Obama, era el peor acuerdo negociado entre Teherán, EEUU y las potencias mundiales interesadas (5+1) no será fácil desdeñar ese modus vivendi laboriosamente concertado con los ayatolás, pese a las presiones del lobby judío.
OTAN: para el presidente Trump, el recorte de gastos militares destinados a proteger con el paraguas nuclear a las naciones europeas aliadas es casi una obsesión. Sin alejarse de los términos del Tratado del Atlántico Norte, la contribución financiera de EEUU a la OTAN podría reducirse radicalmente.
Tratados de libre comercio: en tanto que candidato, Trump se manifestó hostil a los acuerdos de libre comercio en general y al North American Free Trade Area (NAFTA) en particular, lo cual afectaría el flujo de intercambio con México y Canadá.
TPP: El llamado “partenariado transpacífico” la iniciativa estrella del mandatario Obama, fue seriamente objetada por Trump durante la campaña electoral, sin tomar en cuenta que ese emprendimiento incluye también un elemento geopolítico: la contención de la expansión china en el sudeste asiático. Tangencialmente, su falta de aprobación legislativa, aún pendiente, afectará también a los países de la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile), que aspiraban anclarse en ese espacio.
Unión Europea: los vínculos históricos con el Viejo Continente se verán sin duda disminuidos, tanto en el terreno militar como en el comercial, en momentos en que la UE está averiada por el brexit y amenazada por posibles resultados adversos en las elecciones que realizarán en 2017 Francia, Alemania, Holanda e Italia.
Rusia: la abierta simpatía de Vladímir Putin hacia el nuevo mandatario norteamericano se traducirá en tolerancia para la implantación militar rusa en el conflicto sirio, el levantamiento de sanciones impuesto al Kremlin por la anexión de Crimea y, en resumen, un laisser faire, laisser passer (dejar hacer, dejar pasar) en las relaciones ruso-estadounidenses.
ISIS: el combate contra el Estado Islámico acarreará, además severas medidas de seguridad nacional contra el terrorismo, la suspensión de visas de ingreso a Estados Unidos a musulmanes sospechosos.
China: Trump fue claro al declarar que no permitirá más el juego especulativo de cambio monetario que emplea China para abaratar sus exportaciones, en desleal competencia con los productos norteamericanos; aunque no se manifestó explícitamente de la millonaria tenencia de bonos del Tesoro estadounidense que detenta China en sus cofres.
Cuba: Trump, sin entrar en mayores detalles, cree necesario perfeccionar los acuerdos con La Habana impulsados por su antecesor.
América Latina: la nueva administración en Washington adoptará drásticas acciones en su relacionamiento con Caracas. ¿Será posible la implantación de sanciones siguiendo el modelo impuesto a Irán?
Bolivia: no está en el mapa que maneja Trump.