Aditivos en el tabaco
Los aditivos aumentan las partículas que causan enfermedades cardiacas y cáncer.
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En una nota publicada el domingo en este diario, la directora de la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) en Bolivia, Pamela Cortez, alerta sobre los peligros de los aditivos que las compañías tabacaleras agregan a los cigarrillos para volverlos no solamente más atractivos al paladar, sino también más adictivos, lo que a su vez incrementa su toxicidad.
En efecto, según advierten diferentes investigaciones, las tabacaleras no solo utilizan azúcares, chocolate, mentol y otros saborizantes para mejorar la aceptación de sus productos, sino además sustancias tóxicas como nitrosaminas, ácido levulínico, amoniaco e incluso mayores dosis de nicotina, que potencian la adicción a los cigarrillos, pero también incrementan las probabilidades de adquirir enfermedades cardiacas y cáncer.
Por ejemplo, de acuerdo con una reciente investigación de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) elaborada sobre la base de datos publicados hace una década por Phillip Morris (dueña de siete de las 15 marcas de cigarrillos más populares, entre ellas Marlboro), descubrió que “hubo cambios intencionados en los protocolos analíticos después de que los científicos de la industria encontraran que los aditivos aumentaban la toxicidad de los cigarrillos, incrementando hasta un 20% el número de partículas en el humo que causan enfermedades cardiacas y cáncer”.
Estos resultados coinciden con investigaciones impulsadas por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo de la UE, que dan cuenta de que si bien algunos de los productos agregados a los cigarrillos no son nocivos de manera independiente, cuando éstos se mezclan con otras sustancias o tras el proceso de combustión sí pueden serlo. Es el caso del cacao, “que tiene efectos broncodilatadores que facilitan el tránsito de los vapores de nicotina en los pulmones para que esa sustancia llegue más a la sangre (y sea más adictiva), o los azúcares añadidos, que se convierten en acetaldehído, que también aumenta el poder de enganche de la nicotina”.
Las tabacaleras aseguran que sus aditivos son sencillamente aromas, pero siempre se han opuesto a divulgar las sustancias que agregan y sus efectos, argumentando que se trata de propiedad intelectual para personalizar su producto. No obstante, los recientes hallazgos han motivado la promulgación de nuevas normas, tanto de Europa como en Estados Unidos, que obligan a las tabacaleras a detallar el tipo y el número de aditivos que emplean.
Es de esperar que las autoridades nacionales promulguen normativas similares y no bajen la guardia en esta lucha contra el tabaco. Especialmente después de que estas investigaciones revelaran que los cigarrillos son una avanzada obra de ingeniería concebida para aumentar la adicción de sus clientes, con el único fin de llegar a sus bolsillos, aunque para ello tengan que ser aún más nocivos de lo que se pensaba.