Riesgos en mercados
Aún queda en la memoria lo sucedido en un depósito de la calle Incachaca.
El impulso a la implementación de “mercados seguros” debe ser una de las premisas de vendedores y de autoridades locales. Pero hay varios ejemplos que van a contracorriente, por las limitaciones y la negligencia en frecuentados centros de abasto que ponen en riesgo no solo bienes inmuebles y el capital de comerciantes, sino la seguridad de éstos y de los compradores.
Tal como publicó este medio el último fin de semana, la zona de San Antonio en la ciudad de Cochabamba, popularmente conocida como La Cancha y que concentra a cinco tradicionales y concurridas ferias (léase La Pampa, Fidel Araníbar, San Antonio, La Paz y Miamicito), es considerada “una bomba de tiempo” por las precarias instalaciones eléctricas, de acuerdo con funcionarios de la Alcaldía y el Grupo Voluntario de Salvamento Bolivia-SAR.
Ello se demostró en el incendio que se produjo a mediados del anterior mes, que dejó en cenizas a nueve casetas del mercado La Paz, incluida su mercadería, y destruyó parcialmente otras dos. No fue la primera vez que sucedió, ya que el 20 de diciembre de 2010 otro evento similar arrasó con 70 puestos de ropa en ese lugar.
Los cortocircuitos fueron los culpables de estas tragedias que causaron pérdidas cuantiosas para los afectados. Sin embargo, hasta la fecha poco o casi nada se ha hecho para solucionar este problema, tanto desde la vereda de los comerciantes como de la Empresa de Luz y Fuerza Eléctrica Cochabamba SA (ELFEC). Así, comerciantes continúan a cargo de las conexiones eléctricas, cuando es necesario un técnico responsable.
Sin duda, esta informalidad y negligencia son moneda corriente en otros centros de abasto del territorio nacional, como la Huyustus y sus alrededores en La Paz o La Ramada, en Santa Cruz de la Sierra, por citar algunos. Aparte, la inseguridad en estas instalaciones se combina con limitaciones que elevan riesgos o que evitan las tareas de los bomberos ante emergencias, como la falta o escasez de hidrantes, sistemas contra incendios, bocas de incendio y/o extintores.
Aún queda en la memoria lo sucedido en un depósito de la calle Incachaca, aledaña a la Huyustus, en agosto de 2016, cuando las llamas consumieron el edificio debido a un cortocircuito o una mesa de ofrenda para la Pachamama. Además, en la zona el hacinamiento de puestos restringe la tarea de los grupos de salvamento.
Estos elementos requieren de un trabajo de prevención y de concienciación impulsado por actores clave: vendedores (principales interesados), autoridades ediles, instituciones que brindan apoyo en situaciones de urgencia… Es preocupante que, pese a que se sabe que hay mercados que son una “bomba de tiempo” por estas dificultades, no se tomen de una vez cartas drásticas, como todavía pasa en La Cancha de Cochabamba.