¿Evismo sin clase media?
Quizás uno de los dilemas cruciales del MAS sea: ¿cómo reconquistar a la clase media?
Hasta dónde llega el límite del liderazgo de Evo Morales? Quizás aquí estriba una de las principales preguntas al interior del Movimiento Al Socialismo (MAS), ya que la respuesta a esta interrogante nos obliga a una mirada retrospectiva al trazado que hizo Álvaro García Linera sobre el evismo al inicio del proceso de cambio, en 2006.
El Vicepresidente caracterizaba al evismo como sigue: “aunque su núcleo fuerte parta de una persona, el evismo es un hecho colectivo revelado como una práctica política”. De allí se deduce dos aristas; por un lado, el evismo es la autorrepresentación de aquellos sectores que hacen a lo nacional-popular (René Zavaleta dixit), especialmente, indígenas/campesinos. Y, por otro, hay un reconocimiento implícito del liderazgo de Evo Morales. Quizás en estas aristas está la disyuntiva del denominado “proceso de cambio”. Veamos.
De esa caracterización surgió un rasgo de este proceso político, por lo menos en su primer momento, como la “izquierda indígena”. Esta caracterización estaba acompañada por ejes discursivos imprescindibles: la descolonización, el Vivir Bien y el respeto a la Madre Tierra. Empero, paulatinamente esos ejes discursivos se fueron diluyendo, conduciendo al evismo inexorablemente a una “izquierda nacionalista”. A pesar de esta mutación, su base social: la indígena/campesina, fue leal al liderazgo de Evo Morales, como se verificó en el referéndum constitucional para una nueva repostulación del actual presidente boliviano.
Y claro, para lograr una hegemonía no era suficiente con su base social indígena/campesina, ya que, como decía García Linera, “el evismo es fundamentalmente una estrategia de poder”; y para eso necesitaba conquistar a la clase media. Y fue así. Allí radicó uno de sus principales predicamentos para su hegemonía. No obstante, conociendo sociológicamente que la clase media es cambiante, en el referéndum constitucional le negó a Evo Morales la posibilidad de volver a postularse a las elecciones presidenciales en 2019.
Quizás aquí esté uno de los dilemas cruciales del MAS: ¿cómo reconquistar a esa clase media? La lógica diría que la presencia de Evo Morales en el escenario electoral podría azuzar ese malestar o, apelando a la volubilidad de la clase media, esperar su respaldo al MAS; aunque la mucha agua que ha corrido bajo el río hace improbable el retorno de la fidelidad electoral de la clase media al evismo.
De esta constatación surge otra interrogante: ¿cómo se comportaría electoralmente la base campesina/indígena con otro candidato que no sea Evo Morales o de la clase media? Quizás la lección más cercana es lo que ha sucedido en Ecuador. El proyecto de la denominada Revolución Ciudadana sobrevivió al líder, es decir, a Rafael Correa, quien no se presentó a la reelección y, a pesar de haber asumido el riesgo, el partido del actual presidente ganó las elecciones.
Más allá de la persistencia de allanar un camino para la reelección de Evo Morales, se tiene que calibrar las posibilidades reales del evismo en el horizonte del nuevo escenario electoral. En ese diagnóstico político no se debe soslayar la subjetividad de la clase media, ya que su votación puede ser decisiva para dirimir el futuro electoral. He aquí uno de los desafíos inmediatos del evismo.
* es sociólogo.