¿Por qué yihadismo en el Reino Unido?
Una cronología de los atentados en Europa puede dar una idea del avance del terrorismo islámico.
El sábado pasado, el Reino Unido se remeció nuevamente con un ataque registrado en el centro de la capital británica, cuando varios hombres atropellaron con una furgoneta a una veintena de personas en el Puente de Londres, para luego continuar en el vecino mercado de Borough, atacando a los transeúntes a cuchilladas y disparos. En total, siete personas murieron y 48 resultaron heridas. Se trata del tercer ataque en dos meses en el Reino Unido y el séptimo con víctimas desde 2005.
Una cronología de los atentados yihadistas en Europa y sus 576 víctimas mortales puede dar una idea del avance y geografía del terrorismo islámico. 2004: explosiones en cuatro trenes en Madrid (España), 191 muertos y más de 1.600 heridos, (responsable del ataque: Al Qaeda). 2005: tres explosiones en el metro y en un autobús en Londres, 56 muertos y 700 heridos (Al Qaeda). Ese mismo año se registraron 15 atentados con explosivos abortados en todo el Reino Unido. 2007: atentados con explosivos abortados en el aeropuerto de Glasgow y en Londres. 2012: atentado en el aeropuerto de Burgas (Bulgaria), nueve muertos. 2013, un soldado muere atropellado y acuchillado en Londres. 2015: asalto al semanario Charlie Hebdo en la capital de Francia, 12 fallecidos; fallece un policía en un tiroteo en París; mueren cuatro rehenes en un mercado parisino kosher; ataque a un centro cultural y a una sinagoga de Copenhague (Dinamarca), dos muertos, cinco heridos; seis atentados en París, 130 muertos y más de 300 heridos; dos acuchillados en el metro en Londres. 2016: atentados en el aeropuerto y el metro de Bruselas (Bélgica), 32 muertos, 300 heridos; dos policías asesinados en Magnanville (Francia); un camión en Niza (Francia) arrolla a la muchedumbre en vísperas de Año Nuevo, causando 84 muertos y más de 100 heridos; ataque con hacha en un tren en Baviera (Alemania), cuatro heridos; un sacerdote de 86 años es degollado en Saint-Etienne-du-Rouvray (Francia); 12 muertos arrollados en Berlín (Alemania). 2017: cinco muertos atropellados y un policía acuchillado en Londres; un camión atropella transeúntes en Estocolmo (Suecia), cuatro muertos, 12 heridos; un suicida explota bombas en Manchester (Reino Unido), 22 muertos, 119 heridos.
El recrudecimiento de los atentados desde 2015, primero en Francia y recientemente en el Reino Unido, da varias líneas: el uso de explosivos pero, sobre todo, de atropellamientos y cuchillos (estos últimos, terrorismo low cost). La mayoría de los terroristas más cruentos son naturales o residentes de años en donde atentan, muchos islamizados recientemente. En varios de los casos cruentos, las autoridades locales tuvieron información de sus tendencias terroristas, pero (como con los hermanos Tsarnaev en Boston) no las profundizaron. Lo último: tanto Francia como Reino Unido han sido altamente tolerantes con las mezquitas e instituciones salafistas, la tendencia actual más conservadora del islam y promovida por Arabia Saudita y Qatar (ahora enfrentados), “casualmente” sus principales proveedores de hidrocarburos.
No me quedan dudas de que muchos de los atentados pudieron prevenirse, ya fuera con un mayor control antiterrorista, como el anunciado el domingo por la primer Ministra, Theresa May (falta ver si será tan inviable como muchas de las medidas adoptadas por Tony Blair en 2005); controlar adecuadamente la migración, impulsada egoístamente en las economías desarrolladas para conseguir mano de obra; frenar el extremismo salafista, interesadamente aceptado; y promover la inserción cultural y socioeconómica y no el falaz políticamente correcto multiculturalismo que ha promovido la instalación de guetos.