Temas ausentes en la Cumbre de los Pueblos
Creo que estas preguntas son vitales para discutir y soñar con otro tiempo, con otras sociedades.
La Conferencia Mundial de los Pueblos “Por un mundo sin muros hacia la ciudadanía universal”, que se desarrolló en el municipio de Tiquipaya (Cochabamba) entre el 20 y 21 de junio, centró sus debates en identificar las causas de la crisis generalizada del sistema hegemónico mundial. Entre otros factores se mencionó al capitalismo, que ocasiona el desplazamiento y la migración forzada de millones de personas en el mundo. En ese sentido, la Declaración de Tiquipaya identificó como factores principales a “los conflictos bélicos e intervenciones militares, el cambio climático y las enormes asimetrías económicas entre los Estados y al interior de ellos entre sus habitantes.”
Los participantes de la conferencia no solo se dedicaron a hacer un diagnóstico sobre la inmigración y migración en el planeta, sino también plantearon soluciones a futuro, como la de la ciudadanía universal/pluriversal y su acceso a los servicios básicos como los nuevos derechos fundamentales, mismos que no pueden ser objeto de lucro ni especulación de grupos privados y capitalistas. Esta es una propuesta de otra forma de derecho pluriversal, otra generación de los derechos humanos de los habitantes del mundo.
Que Bolivia haya sido el centro de la organización de este encuentro es muy halagador, porque eso demuestra que no solo nos interesa nuestro país, sino también los problemas del mundo y sus pobladores. Además, evidencia que varios países esperan del nuestro la generación de nuevas ideas para construir algunas nociones societales a futuro o para otros tiempos.
Sin embargo, hay temas que estuvieron ausentes en el debate, como el nacionalismo, la patria, la democracia, la revolución e incluso el mismo concepto de ciudadanía. Todas estas nociones son creaciones de la modernidad europea colonial, y aún se repiten, o mejor dicho, las repetimos sin una profunda reflexión. ¿Cómo pensar en la ciudadanía universal (creo que sería mejor decir pluriversal) si la base de esa ciudadanía es el nacionalismo excluyente? ¿Seguimos apostando por ese nacionalismo que ha justificado eliminar millones de seres humanos en el mundo mediante guerras y otras formas de supresión, incluidos los muros fronterizos? ¿Cómo seguir pensando en el Estado nación o sus prácticas cuando ese modelo ha sido un fracaso y solo ha generado fronteras rígidas para sus habitantes? A pesar de que hoy nos denominamos Estado Plurinacional, ¿aún está presente en nuestro pensamiento y nuestro quehacer una forma de nacionalismo similar a la que reproduce el Estado nación? ¿Cómo se diferencia el Estado Plurinacional en su noción de nacionalismo de otras formas de Estado? ¿Estamos de acuerdo con la noción de democracia, sabiendo que también es una construcción occidental y capitalista? ¿Qué hay del concepto de revolución? Aunque una mejor explicación de ese elemento general es el Pachakuti. En fin, creo que las anteriores son preguntas vitales para entrar a discutir y soñar con otro tiempo, ¿con otras sociedades?
Las universidades estatales deberían estar en estas lides de discusión; pero sabemos que el gran conglomerado de este estamento académico está en otra cosa, en la vereda intelectual, esperando que lleguen de otros continentes nuevas ideas para repetirlas muy colonialmente. Esto explica por qué la discusión actual en lo nacional y mundial sobre los problemas de la humanidad no es de interés para las universidades, a excepción de algunos espacios y colegas, pero no como institución superior de educación.
Wali suma aka uraqin jakirinakan amtawinakasa, ukhamaraki sartawinakasan qhanstaski anqa markaru. ¡Jallalla! ¡Machaq mara! ¡Wipha wipha!