Una fecha relevante
Esta fecha ha sido empleada como bandera de lucha contra la colonización.
Hoy, 2 de agosto, se conmemora, desde 2010, el Día de los Pueblos Originarios, otrora Día del Indio. Desde su reconocimiento, esta fecha (celebrada por unos, cuestionada por otros) ha adquirido diferentes nombres y ha sido empleada como bandera de lucha contra la colonización y en homenaje al campesino boliviano; connotaciones hoy tan vigentes como antaño.
En 1937, a través de un decreto supremo promulgado por el entonces presidente Germán Busch, se buscó reconocer la importancia del campesino boliviano en particular, y de los pueblos originarios en general, para el soporte del Estado y de la sociedad boliviana. La fecha fue elegida en conmemoración a la fundación del primer núcleo indigenista de Bolivia, en el pueblo de Warisata, concebido por Elizardo Pérez para la formación de los pueblos autóctonos hasta entonces marginados de las esferas de poder.
Por su certera vinculación con uno de los primeros hitos revolucionarios que entendió, correctamente, a la educación como una de las principales armas de descolonización, la elección del 2 de agosto nunca fue cuestionada. La fecha tiene asimismo una estrecha relación con el mundo indígena, que considera a agosto como el mes de la Pachamama, época cuando la Madre Tierra se prepara para recibir las semillas, que en el futuro se convertirán en el alimento de todos nosotros.
Sin embargo, no sucedió lo mismo con el nombre, pues, si bien la palabra “indio” devino de un error geográfico, adquirió connotaciones de desprecio y humillación desde la conquista española que perduran hasta nuestros días. El término incluso llevó a algunos indígenas de tierras bajas a rechazar su celebración, pues vinculan la fecha con la exclusión de los pueblos originarios, la parcelación de sus territorios ancestrales y la eliminación del concepto de propiedad colectiva comunitaria; fragmentación atribuida a la propiedad individual promovida por la Reforma Agraria de 1952.
A su vez los campesinos, conscientes del valor simbólico de esta fecha, antes que su eliminación propiciaron un movimiento para rebautizar el término. Fue así que en 2009 se decidió recordar el Día del Indio y la Interculturalidad. Un año después, la idea de celebrar cada 2 de agosto el Día de los Pueblos Originarios alcanzó consenso. Incluso algunos trabajadores del agro sugirieron llamar el Día de la Producción Campesina Originaria, propuesta que finalmente no prosperó.
En suma, en una época en la que cada vez cobra mayor fuerza la idea de una Bolivia que trata de verse como una nación igualitaria, la fecha sigue siendo relevante no solo porque nos recuerda la importancia de la agricultura familiar para los hogares bolivianos, sino también la persistencia de diferencias institucionalizadas en términos despectivos, que representan un escollo para el progreso nacional.