Un festival de cine europeo, otro de teatro (Fitaz), conciertos de música, los habituales martes, viernes o sábados de cine por países proyectados en diferentes salas o centros culturales, cuentacuentos, charlas diversas, presentaciones de libros, talleres y exposiciones de pintura, fotografía para públicos de todas las edades, anuncios de lo que vendrá, como la Larga Noche de los Museos, la entrada del Gran Poder, estrenos de musicales, espectáculos de danza clásica y moderna, etcétera, es decir, una actividad cultural en gran número gratuita, deslumbrante, apabullante, diversa, tentadora, la que se ofrece este mayo en la ciudad de La Paz.
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Uno se pregunta si hay público para tanta y tan variada actividad y la respuesta la encontramos en las puertas, por ejemplo, del Centro Cultural de España, donde la gente hace fila, sin importar el tiempo que permanezca parada, para ingresar a la película que se anuncia para ese día: Ramona, dentro del Festival de Cine Europeo. La curiosidad hace que quiera ver quiénes están en su biblioteca, en su mediateca, o su ludoteca. La sorpresa es alucinante cuando vemos todas sus estancias abarrotadas de jóvenes, adolescentes y niños. Están escribiendo a mano o en una computadora, buscando entre los estantes de libros aquellos que se podrán llevar a casa o quedarse a leer allí mismo. El lugar tiene además un precioso patio con sillas donde se realizan actividades de cine, teatro, etc.
Ese mismo día había un concierto de guitarra en el patio del Hotel Torino. Sobrepasando lo imaginado, la escenografía fue de un gusto exquisito, el sonido fantástico, la música rendía homenaje a la obra completa de Alfredo Domínguez. El público, muy variado en edad, llenó el patio que había sido preparado para el evento, incluidas estufas que gratamente calentaron el ambiente.
Al día siguiente se inauguraba el festival de teatro y el aforo en el Municipal estuvo colmado, lo que se repitió en todos los otros escenarios preparados para ese encuentro internacional, en los días sucesivos.
La ciudad tiene teatros nuevos, con elencos que van desde el monólogo hasta la ópera, pasando por los musicales. Grupos orquestales de todo tipo, desde la sinfónica hasta una orquesta de cámara que suele tocar los sábados en el mercado Achumani, con obras de Vivaldi, Mozart, todos los clásicos para deleite de quienes pasan por allí y rompen su rutina auditiva con una hermosa melodía. Contamos con una orquesta para ópera, lo que hace que de verdad podamos disfrutar de composiciones tales como Cavallería Rusticana o Il Pagliacci.
Uno piensa que no hay público, que la gente está ocupada solo en ver telenovelas o estar pendiente de lo que dicen las redes sociales, y no es así. Es necesario salir de la modorra y aventurarse en las ofertas que tiene la ciudad para darse un baño de actividad cultural. La sorpresa más bonita es que ahí están los jóvenes, organizando, ensayando, presentando, discutiendo, creando, imaginando, inventando. Nos queda fomentar, apoyar, incentivar, participar, aprender y podríamos seguir con estos verbos, pero es mejor entrar en acción y estar allí ocupando un espacio y participando, disfrutando del arte, la lectura, el teatro, el cine, la música…
(*) Lucía Sauma es periodista