Ley contra el bullying
Este problema deviene en gran medida por la formación deficiente que hoy reciben muchos niños.
A lo largo del año, niños, niñas, adolescentes y representantes de los 47 municipios de Cochabamba participaron en la elaboración de un proyecto de ley contra el acoso escolar en esa región. La norma, que está siendo analizada por la Asamblea Departamental, propone la creación de un comité contra el bullying y subconsejos que impulsen la convivencia pacífica, entre otras disposiciones.
Esta iniciativa surgió luego de que se reportasen varios casos de bullying en diferentes municipios de Cochabamba. Por ejemplo, una muchacha de 13 años comenzó a ser acosada por estudiantes, varones y mujeres, de varias unidades educativas de la ciudad capital luego de que un adolescente de 16 años de su mismo colegio hiciera un fotomontaje con su rostro y el cuerpo de una mujer desnuda, el cual posteriormente fue difundido masivamente por las redes sociales.
Y según declaró a la prensa el abogado defensor de esta muchacha, al menos otras cuatro adolescentes también fueron hostigadas con montajes similares, elaborados y difundidos por la misma persona, pero no denunciaron este extremo por presión del agresor, de sus familiares y del propio director del establecimiento en el que estudian.
Respecto a los efectos del acoso escolar, no sobra recordar que este tipo de agresión puede llegar a ser demoledor para la salud mental y emocional de los niños, niñas y adolescentes, especialmente cuando se presenta de manera sistemática y por tiempos prolongados. De hecho, cada vez más víctimas de bullying optan por el suicidio como una “solución” para acabar con este mal. Y es que la irrupción de las redes sociales en todos los ámbitos ha potenciado los efectos negativos y el alcance del acoso escolar.
Por todo ello, cualquier iniciativa orientada a contrarrestar este fenómeno, como la norma que aquí se comenta, debe ser más que bienvenida. Adicionalmente, sería deseable adoptar medidas para atacar la raíz de este problema creciente, que deviene en gran medida debido a la formación deficiente que hoy en día reciben muchos niños y niñas en sus hogares, cuyos progenitores, por indolencia y/o para ahorrarse malos ratos, no les ponen límites o si lo hacen no se preocupan por hacerlos respetar. Esto cuando están presentes, pues cada vez son más los padres y madres de familia que optan por delegar la “formación” de sus hijos a los colegios, niñeras y/o a la televisión.
Y como resultado de ello, cada vez son más los adolescentes y jóvenes que no manifiestan ningún respeto ni consideración por los demás o por las normas, actuando según sus caprichos, sin medir las consecuencias de sus actos. De allí la importancia de impartir valores en los hogares, enseñándoles a las nuevas generaciones a respetar y tener consideración hacia los demás y hacia las leyes. Esto a través del diálogo, límites y sanciones cuando éstos no son respetados, pero también y sobre todo con el ejemplo.