Constituciones latinoamericanas
Una buena parte de los países latinoamericanos reformaron sus constituciones los últimos 30 años. Brasil, en 1988; Colombia, en 1991; Paraguay, en 1992; Perú, en 1993; Bolivia, en 1994, 2004 y 2009; Argentina, en 1995; Ecuador, en 1998, 2008, 2011 y 2017; Venezuela, en 1999 y 2009; Chile en 2005. La mayoría de estas reformas tuvieron por finalidad legitimar sus sistemas políticos, posibilitar la re-elección presidencial, ampliar sus cartas de derechos, precisar los casos de detención preventiva o modernizar sus instituciones jurídico-políticas.
Las tensiones generadas por el neoliberalismo llevaron el pulso de las reformas en países como Venezuela, Ecuador y Bolivia. Estas transformaciones constitucionales se llevaron a cabo mediante procesos constituyentes complejos y con un alto nivel de participación ciudadana. Sus resultados han sido la ampliación de los poderes del Poder Ejecutivo; nacionalizaciones, o un contexto retórico para éstas; extensión de derechos económicos, sociales y culturales (en particular el reconocimiento de derechos a pueblos indígenas), transformando, de esta manera, una buena parte de la institucionalidad estatal bajo el principio de la diversidad cultural y el plurinacionalismo.
La Constitución, los últimos 30 años, ha sido el núcleo de la vida política en Latinoamérica y, en consecuencia, el derecho constitucional latinoamericano se ha robustecido e incrementado con incorporaciones como el Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional, los derechos del medio ambiente, el bloque de constitucionalidad o los constantes diálogos e intervenciones que las cortes y tribunales constitucionales han empezado a tener entre ellas y con los sistemas internacionales de derechos humanos, en la modulación de los alcances de los derechos y los textos constitucionales.
Muchos Estados han sido, además, protagonistas en la Corte Internacional de Justicia, ampliando de esta manera su comprensión respecto a la importancia del derecho y la comunidad internacional. Asimismo, no es nada desdeñable el fuerte impulso teórico doctrinal que, bajo nombres como constitucionalismo latinoamericano, o neoconstitucionalismo, o constitucionalismo transformador, de-colonial u otro, han generado investigaciones y aportes teóricos cada vez más originales y valiosos. No cabe duda de que hay un movimiento latinoamericano de derecho constitucional, resultado de los cambios y transformaciones en los textos constitucionales recientes.
Se avecinan nuevas reformas. Es posible que para los próximos años asistamos a asambleas constituyentes en Chile, en Colombia o en Perú; y esta vez las constituciones de referencia, tanto para copiar sus aciertos como para evitar sus errores, serán las constituciones latinoamericanas, entre ellas la boliviana.
es abogado y filósofo.