Pelea por la tierra
Todavía persisten numerosos conflictos sobre la tenencia de tierras en el país
El tema es, probablemente, más antiguo que la República boliviana, y aunque en la última década se han hecho avances incontrovertibles en materia de acceso y tenencia de la tierra, especialmente para las mujeres, todavía persisten numerosos conflictos sobre el tema en el país. El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) trabaja para resolverlos apropiadamente.
En efecto, según el INRA, desde 2010 hay 1.992.234 hectáreas (ha) en disputa en todo el país; se trata de 1.128 casos en los que individuos y comunidades pelean por demostrar y asegurar su derecho propietario sobre terrenos de diversa extensión, tanto en áreas rurales como urbanas. A esta superficie en disputa hay que agregar otras 8.119.211 hectáreas que deben ser asignadas mediante sentencias del Órgano Judicial.
Según la Directora Nacional del INRA, las controversias por tierras son de cuatro tipos: intereses comunales, conflictos por delimitación, pugnas territoriales que difieren por el reconocimiento de una jurisdicción y competencia en lugar de dar el valor productivo, y por el acceso a la tierra como medio de vida.
Previsiblemente la tipología de los conflictos es diversa, y el INRA debe encontrar solución a toda clase de disputas.
Otra fuente de conflicto está en la oficina de Derechos Reales del Consejo de la Magistratura, pues en esa repartición hay retraso en el envío de datos digitales de los títulos ejecutoriales. Se espera que este año se pueda entregar 500.000 títulos a las y los propietarios de la tierra.
Los mecanismos de solución disponible van desde la conciliación interna, a través de las organizaciones sociales o, incluso, el propio INRA; pasando por mecanismos de definición como el referéndum entre municipios, establecido en la Ley de Delimitación de Unidades Territoriales; hasta la vía del litigio ante el Tribunal Agroambiental. De más está señalar que, aunque es posible que surja, la violencia entre comunidades o grupos es la vía menos deseable y, por supuesto, la que no puede generar resultados duraderos.
Respecto de los departamentos con más y menos casos, la estadística muestra que La Paz es el que más conflictos irresueltos tiene: 209 casos, que equivalen a 780.761 hectáreas en disputa. En el otro extremo, Pando solo tiene ocho conflictos sin resolver, ya que el 99% de la superficie de ese departamento ya ha sido saneada.
Se trata, pues, de un asunto sensible en el contexto nacional, ya que, como se dijo líneas arriba, es una constante en la historia del país. Los grandes avances registrados hasta ahora en materia de distribución de la tierra deben ser refrendados formalmente con los respectivos títulos de propiedad; el resto consistirá en hacer más y mejores esfuerzos por establecer una cultura de la conciliación allí donde hasta ahora ha dominado la tendencia al conflicto y la judicialización de las diferencias.