Coipasa hacia el litio
Hace 10 años, el Salar de Coipasa solo aparecía como una referencia geográfica en los mapas, y casi nunca como una posibilidad a la cual podrían recurrir Oruro y Bolivia para generar recursos y proyectar con cierta certidumbre el desarrollo de la región, tan venida a menos después de la caída de la minería en la década de los setenta y ochenta.
¿Por qué ocurrió esto? No cabe duda de que desde principios de siglo, y con la sola excepción de la Revolución Nacional del 52, en el país prevalecía una mentalidad de sobrevivencia. Tal era el grado de pobreza material y mental que a lo sumo solo se apuntaba a que los trabajadores perciban un salario para poder pasar el día a día, cubriendo sus necesidades más apremiantes. Años de cotidiano subsistir con el agua hasta el cuello, y a lo sumo esperando llegar al último día del mes con algunos billetes en el bolsillo. Eran años de pesimismo y desánimo popular, cuando las palabras progreso y desarrollo solo aparecían en la boca de políticos, intelectuales y profesionales excesivamente optimistas.
Sin embargo, para bien del país, aquel oscuro y aciago periodo de la República empieza a quedar atrás, y en medio de marchas y contramarchas Bolivia comienza a vivir un periodo con una mirada orientada más hacia el futuro. Y es que, con el hastío de los años anteriores, surgió entre los mestizos, indígenas y blancos una generación de hombres y mujeres con capacidad de rebeldía y construcción.
En este nuevo momento se desempolvan ideas, proyectos que van más allá de la idea de la sobrevivencia. Ya no somos un país que para llegar al siguiente mes debe levantar un sombrero desplegado y pasarlo delante de la cooperación internacional. En este contexto cobran fuerza proyectos que devuelven la fe y la esperanza, sobre todo a Potosí y Oruro. Ahora se empieza a hablar del litio del salar de Coipasa ubicado en Oruro, como un proyecto con alto grado de factibilidad y que, según los expertos, tiene menos litio que el salar de Uyuni pero con mayor grado de concentración y potencia.
Por esta razón, el ministro orureño de Medio Ambiente y Agua, Carlos Ortuño, sostuvo en pasados días: “El futuro de Oruro ya no será solo la minería tradicional, sino la nueva minería, que explotará el litio y otros no metálicos, que están contenidos en grandes cantidades en el salar de Coipasa”.
En la misma línea, autoridades de gobierno anunciaron hace pocas semanas que en cuatro meses se firmará la constitución de una empresa mixta que estará a cargo de la implementación del complejo industrial de Coipasa, y que a partir de 2024 estaría instalado el complejo de industrialización de ese salar ubicado en el sur de Oruro. De esta manera, el litio de Coipasa cobra vida.