El equipo de fútbol más verde del mundo
Un estadio de madera que aporta energía limpia, camisetas hechas con material reciclable de fibra textil de residuos de café y una cancha que proclama su condición de “libre de pesticidas” son algunas de las iniciativas alrededor del primer equipo de fútbol del planeta certificado por la ONU como neutral en carbono y ratificado por la FIFA como el más verde del mundo. Se trata del equipo británico Forest Green Rovers, un equipo de tercera división pero todo un campeón invicto en sostenibilidad que está demostrando que se pueden hacer las cosas distintas y también salir ganando.
Y es que cuando hablamos de medio ambiente y en general de estos asuntos “eco o verdes” pareciera que dividimos y hablamos de diferentes mundos, uno ajeno del otro: los activistas ambientales defendiendo la naturaleza, los futbolistas en la cancha metiendo goles, los científicos en los foros internacionales sobre cambio climático con recomendaciones técnicas para salvar el planeta.
Es precisamente en las fusiones y la mixtura de temas cuando hablamos un lenguaje común, inclusivo, capaz de llegar a todas y todos. Y es en la vivencia a través de las experiencias, desde los lugares y temas donde nos movemos cotidianamente, que podemos entender mejor lo que le sucede al medio ambiente en el que estamos inmersos y con el que somos un solo equipo.
El camino hacia lo eco y la sostenibilidad empezó en todos los ámbitos, no hay vuelta atrás, y esto ya no es algo ajeno y menos aún lejano. Las empresas, los diferentes negocios y rubros que quieren permanecer y ser competitivos lo están entendiendo. Porque no solo se trata de aportar con buenas acciones para evitar que la temperatura del planeta siga subiendo, sino que es un hecho que los recursos son más limitados, escasos y migrar a una economía circular es lo más inteligente. A final de cuentas, lo que está pasando respecto al medio ambiente y cómo lo solucionamos es lo que definirá quiénes serán los futuros líderes del mundo o de las regiones.
En el año 2000, cuando apareció internet, muchas personas pensaron que no era algo necesario para sus negocios, que esto no tenía nada que ver con ellos. Con el tema del medio ambiente y la sostenibilidad sucede lo mismo, no se trata de un tema ajeno para defensores empedernidos de áreas protegidas que jamás hemos pisado, sino de algo que nos afecta y nos va a afectar en el presente, traspasando diferentes ámbitos y espacios en los que no creeríamos que pudiera afectarnos.
No solo los negocios lo empiezan a entender sino las diferentes industrias, como la gastronomía, que empieza a consolidar una oferta de productos nativos y locales; la música, con conciertos que buscan reducir la huella de carbono; la tecnología, con el internet de las cosas, la inteligencia artificial que mide el clima de las cosechas y reduce costos; Blockchain, donde se invierte criptomonedas en plantaciones que son una inversión de retorno a futuro. Entonces no se trata solo del medio ambiente, sino de jugar diferentes partidos con diferentes equipos para apostar a ganar.
Se trata también de innovación, economía y futuro. En el mundo ya comenzaron a surgir fondos e inversiones enfocadas en parámetros ecológicos, sociales y de gobernanza, siendo mayor la inversión en ese tipo de fondos que en los tradicionales.
Todo esto demuestra que el sistema ya cambió y sigue transformándose, las reglas del juego ya están dadas. Quien piensa que lo verde es una moda, se quedará en la banca fuera del juego. Y esto que aún creemos que sucede en los países del “primer mundo” ya está aquí en Latinoamérica, en Bolivia. Lo que debemos plantearnos ahora es qué valor vamos a aportar desde el lugar donde nos toca jugar. A final de cuentas, si la naturaleza gana, todas y todos ganamos. Y si el fútbol y el medio ambiente eran antes como dos planetas distintos, ahora tienen que entenderse y empezar a orbitar juntos. Ese es el reto al que nos enfrentamos, solo que en este caso no hay opción: el partido ya comenzó.
Xiomara Zambrana es comunicadora y emprendedora. Blog https://xioz.me/