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Thursday 25 Apr 2024 | Actualizado a 19:33 PM

Incendios complejos y habilidades específicas

/ 7 de diciembre de 2022 / 01:30

Los incendios forestales cada vez son más complejos gracias a los efectos del cambio climático: sequías agudas, fuertes vientos y altas temperaturas. Son la receta ideal para tener escenarios devastadores. Actualmente los incendios se manifiestan con velocidades de propagación que antes no se habían observado: altura y longitud de llamas que ponen en peligro extremo a quienes cumplen las tareas de combate y, por ende, éstos dificultan sobremanera el control y liquidación.

Si bien existe una mejoría en cuanto a la atención de la primera respuesta, ha obligado a los gestores de emergencias, bomberos forestales, tomadores de decisión, entre otros, a desarrollar capacidades y habilidades más específicas.

En los últimos 10 años en el departamento de Santa Cruz, entre el Gobierno Autónomo Departamental y organizaciones de la sociedad civil se han sumado esfuerzos para capacitar bomberos forestales. Ante la necesidad y para atender las emergencias de los últimos años, en muchos casos se han realizado capacitaciones rápidas a bomberos forestales para apoyar en tareas de combate, que desde el punto de vista de seguridad no ha sido lo más adecuado, pues al no contar con la experiencia y equipamiento acorde para enfrentar los incendios se ha puesto en riesgo vidas humanas.

Esta dura lección, sumada al aumento de incendios más complejos, nos empuja a contar con un sistema de calificación estandarizado para la gestión del riesgo de incendios forestales que permita inicialmente aumentar la eficiencia y eficacia en las operaciones. A su vez, clasificar las categorías y funciones o posiciones a ocupar por el personal gestor de las emergencias. Éstas deben estar estrictamente relacionadas con el nivel de capacitación, experiencia y habilidades específicas a desempeñar.

Bolivia necesita trabajar de manera coordinada en la estandarización de formación de bomberos forestales y gestores de emergencias, ya que existen numerosos esfuerzos de distintos grupos de bomberos voluntarios y otras instituciones de continuar con la capacitación y entrenamiento de su personal, pero no siempre se usan las mismas metodologías, contenidos, tiempos de entrenamiento, entre otros. Entendemos claramente que nos encontramos ante incendios forestales más devastadores y esto demanda categorizar los incidentes según su complejidad y, de acuerdo con los requerimientos operacionales, se tiene que acompañar con personal con capacidades y habilidades a la medida. Para ello, contar con este Sistema de Calificaciones estandarizado, en el cual se registre el nivel de capacitación y experiencia adquirida en la gestión de emergencias, tanto a bomberos dependientes de instancias públicas o privadas, bomberos voluntarios, bomberos comunales, entre otros, permitirá contar con el equipo calificado para actuar en las distintas situaciones de complejidad, sin sobrevalorar, pero sobre todo sin omitir las habilidades específicas requeridas, lo que representaría un alto riesgo para la integridad personal y el cumplimiento de los objetivos.

Pedro Pablo Ribera es gerente de Fortalecimiento de Capacidades de Combate de Incendios Forestales & Manejo de Fuego, de la FAN.

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Trabajar en la prevención

Aún tenemos muy enraizada la cultura ‘respondedora’ (reactiva ante la emergencia)

/ 10 de abril de 2024 / 06:43

Me pregunto: ¿por qué es tan difícil trabajar en la prevención si está comprobado que los costos son mucho menores a los asociados con las tareas de respuesta y la fase de recuperación posincendios forestales? Y es que estamos a medio camino para llegar a la temporada de incendios forestales, nos queda menos de cuatro meses para buscar que se reduzcan los riesgos de desastres y mitigar sus efectos.

Aún tenemos muy enraizada la cultura “respondedora” (reactiva ante la emergencia). Si echamos una mirada a nuestros presupuestos para la gestión de riesgos, casi en su totalidad están programados para la respuesta, es decir equipamiento y capacitación para bomberos, alquiler de vehículos, maquinaria, alimentación y otros. Y no es que ello esté mal, es más, en los últimos años hay una mejora sustancial sobre los dispositivos de primera respuesta (tenemos más y mejores bomberos), pero las experiencias a nivel mundial nos indican que la solución no va por ese camino.

Consulte también: Incendios complejos y habilidades específicas

Lo poco que trabajamos en prevención de incendios forestales está enfocado a los talleres de capacitación, educación, sensibilización mediante medios de comunicación, redes sociales y otros medios. Sin embargo, estas acciones, muy necesarias, abordan incompletamente los aspectos culturales de la prevención, desde hace décadas atrás hemos venido pasando por alto cómo son las prácticas de prevención propias de las comunidades locales y el conocimiento tradicional para gestionar sus territorios.

Otro pilar fundamental es la prevención legal, la cual debería implementarse, por ejemplo, a partir de la planificación territorial en cumplimiento estricto de los planes de uso de suelo e instrumentos de ordenamiento del territorio, la calendarización de quemas para determinar los periodos críticos con anticipación y paralizar las quemas según el riesgo y los niveles de alerta. Incluir incentivos para las buenas prácticas y adecuación de normativas, contemplando los conocimientos y el uso cultural del fuego. Así también, realizar mayores controles sobre el cumplimiento de las normativas, la investigación de causas y origen de incendios que permitan de manera objetiva determinar quiénes son responsables, y aplicar sin titubeos las leyes contra los que provocan incendios forestales.

Por último, la que a mi parecer y desde la experiencia en terreno ha demostrado ser muy efectiva, es la prevención física, mediante la cual se planifican e implementan obras de ingeniería como la apertura de brechas cortafuegos en lugares estratégicos, la limpieza y el mantenimiento de deslindes y derechos de vías, previos a la temporada crítica de incendios, infraestructuras que puedan detener o ralentizar la propagación de incendios forestales, y evitando que éstos se conviertan en desastres. Asimismo, la gestión del territorio mediante quemas prescritas, para reducir el riesgo de la ocurrencia de grandes incendios forestales, a partir de la regulación de las cantidades de combustibles forestales disponibles y promoviendo los aspectos ecológicos del fuego, han demostrado ser una medida exitosa en la gestión de los incendios forestales.

Necesitamos que la prevención se base en la anticipación, la planificación y la implementación de medidas preventivas, cumpliendo así la ley de gestión de riesgo vigente en Bolivia, la cual nos conmina a trabajar en el proceso completo de gestión de riesgos, del cual percibo que la prevención es la “cenicienta”.

(*) Pedro Pablo Ribera es gerente de fortalecimiento en capacidades de combate y manejo de fuego de la FAN

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