Tumulto semestral
Lucía Sauma, periodista
Es una despedida al primer semestre de este borrascoso, tumultuoso o confuso 2023. Comenzó enrarecido, beligerante en nuestro país. Cada día fue ganando intensidad, enfrentamiento, desorden, imprevisible unas veces o totalmente previsible otras. Volvimos a los paros, las marchas, los bloqueos, casi todas estas movilizaciones fueron vencidas por cansancio, con pocos logros. Se batieron récords como los 36 días de paro en Santa Cruz, los tapiados de dirigentes del magisterio en La Paz.
Quedan entre la bruma que suele empañar la memoria, las interminables filas para la compra de dólares en las puertas del Banco Central, ante la desaparición casi total de la moneda estadounidense. ¿Quiénes hacían esas tremendas filas? Los mismos de siempre, los especuladores, por lo menos ellos fueron la mayoría, los menos eran los que realmente necesitaban devolver un anticrético o enviar dinero a sus familiares que estudian o necesitan atención en su salud fuera de nuestro país.
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A esa marea de acontecimientos contribuyó, y de gran manera, la publicación del periódico español El País que dejó al descubierto el diario del jesuita Alfonso Pedrajas, con el relato de sus secretos. Luego salieron a luz los nombres de otros curas, de otras congregaciones de quienes cometieron los delitos de pederastia y de quienes los encubrieron. Las víctimas se van sumando, sus testimonios dan cuenta de las marcas que dejaron en sus vidas los vejámenes que sufrieron. Nada es suficiente para reparar el daño cometido, mucho menos el pedido de perdón, o la carta del papa Francisco al presidente Luis Arce, porque las víctimas lo que requieren es justicia y no la divina, sino la de carne y hueso, la terrenal.
Difícil este primer semestre cargado de infanticidios, de feminicidios, sus víctimas pasarán a ser solo un número más en el recuento de fin de año para ver si se superó la cifra del año anterior, aquí tampoco hay justicia, ni reparación que valga.
Finalmente uno se pregunta: ¿No hay nada bueno? ¿Nada que nos alegre? ¿Que nos haga sentir bien? Y claro que hay éxitos dignos de nombrarse. Por ejemplo, Cergio Prudencio, compositor boliviano ganó, por primera vez para un boliviano, el Premio Platino a Mejor Música Original por la película Utama, de Alejandro Loayza, tan aclamada y premiada como ninguna.
En mayo por primera vez en Bolivia se realizó con éxito el primer trasplante de médula ósea en adultos. Es una gran veta de esperanza para tantas personas que debían ir al exterior y practicarse una intervención de ese tipo para poder vivir. Los propios pacientes y sus familias vuelven a ilusionarse. Cada quien, para darle mayor valor a la vida, resurge con sus sueños olvidados, con sus mejores muestras de optimismo y se promete que el segundo semestre de este año será mejor, vendrá con buenos ánimos, con ganas de tomar un buen café en la tranquilidad de la tarde soleada en cualquiera de nuestras ciudades, con quien quiera compartir esos minutos de serena alegría.
(*) Lucía Sauma es periodista